martes, 20 de enero de 2015

Arg- Detrás de Nisman

20-1-15 NODAL

Por Santiago O’Donnell, autor del libro Argenleaks

 Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Allá por enero del 2011, cuando Julian Assange, editor del sitio Wikileaks, me entregara un pen drive con más de 2500 cables diplomáticos estadounidenses referidos a la Argentina, lo que más me llamó la atención fue la información referida al atentado en contra de la AMIA y al fiscal de la causa, Alberto Nisman.
Los cables reflejan una y otra vez la falta de independecia del fiscal respecto de la embajada de Estados Unidos en la investigación del atentado, tal como documenté en mis libros Argenleaks (2011) y Politileaks (2014). Dicha conducta incluye el adelantarle a la embajada medidas judiciales tanto de la fiscalía como del juzgado que entiende la causa AMIA, llevar borradores de resoluciones a la embajada para ser corregidos hasta conseguir la aprobación de la sede diplomática, y disculparse reiteradamente cuando no se dio preaviso de alguna medida judicial del caso a los diplomáticos y agentes de dicha embajada estadounidense. Los cables reflejan también que importantes referentes de las principales organizaciones de la comunidad judía, de la cancillería argentina y hasta de los propios expertos estadounidenses que le daban letra a Nisman expresaban en privado serias dudas acerca de la marcha del expediente, pero que evitaban que esas dudas se hicieran públicas para no debilitar la causa.
Más allá de esta información, de claro interés público, me llamó la atención que el periódico español El País y el diario francés Le Monde, que venían publicando artículos sobre Argentina basados en los cables de Wikileaks desde noviembre del 2010, hasta entonces no habían publicado ni una palabra sobre los 196 cables referidos a la AMIA, muchos de ellos clasificados como “secreto” o “clasificado.”
También me llamó la atención que menos de una semana después de que Assange me confiara los cables de Argentina, El País publicó por primera y única vez un artículo referido a los cables que hablan del atentado a la mutual judía de 1994. Pero lejos de poner al descubierto la connivencia del fiscal con la embajada, el artículo se dedica a ventilar algo que ya era de público conocimiento: la entonces cercanía de Nisman con el gobierno, que había empezado cuando Néstor Kirchner creó una fiscalía especial para investigar el atentado en el 2005 y nombró a Nisman para liderarla.
Titulado “EE.UU. sospechaba que la reapertura del caso AMIA respondía al oportunismo del gobierno argentino”, el artículo arranca así:”La embajada de Estados Unidos en Buenos Aires sospechó que el oportunismo del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y la ambición del fiscal especial Alberto Nisman determinaron, probablemente, la reactivación hace tres años de las investigaciones sobre el atentado terrorista que, en 1994, destruyó la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina en la capital argentina y causó 85 muertos y 300 heridos.”
Esa misma semana redacté el artículo que terminaría siendo un año después, casi palabra por palabra, el capítulo “AMIA” de Argenleaks, con la intención de publicarlo inmediatamente en mi diario, Página/12, del cual sigo siendo jefe de la sección El Mundo, tal como habíamos convenido con Assange y también con Ernesto Tiffenberg, director del diario. Sin embargo, Tiffenberg me comunicó que no publicaría mi texto sobre Nisman y la AMIA, así como los referidos al grupo Clarín, terrorismo en la Triple Frontera y otros que dejaban mal parados a funcionarios del gobierno, incluyendo uno sobre el vicepresidente Amado Boudou. Pero mientras los demás textos fueron suprimidos hasta que salieron mis libros, en el caso de Nisman-AMIA Tiffenberg le entregó uno de mis cables (en ese momento tenía la exclusividad para la Argentina, según un convenio que yo mismo había firmado con Assange, con el aval de Página/12) al periodista Raúl Kollman y me informó que Kollman se encargaría de escribir sobre la AMIA porque era el experto de diario en el tema. Entonces me ofrecí a a trabajar con Kollman, pero Tiffenberg no dio lugar a mi sugerencia.
Poco tiempo después, el 27 de febrero del 2011, bajo la firma de Kollman, Página/12 publicó en su tapa del domingo “Una ayudita a los amigos para acusar a Irán” . El artículo descalifica a las fuentes que aparecen en los cables poniendo en duda la investigación de Nisman y dice que los cuestionamientos a la investigación del fiscal provienen de ex funcionarios judiciales procesados por encubrimiento:
“En los últimos días, el diario El País, seguido luego por La Nación y Clarín, interpretaron que el cable del 27 de mayo señalaba que, según la opinión norteamericana, Nisman, en combinación con Néstor y Cristina Kirchner, pretendieron tapar, con el pedido de detención de Menem y los demás, el problema que por entonces estaba en el centro de la escena: el conflicto con las entidades del campo. En el cable del día 22 queda claro quién sostiene esa hipótesis: los propios Menem y Galeano. Ambos dijeron públicamente que la acusación en su contra era una maniobra política. Sin embargo, todo fue confirmado en las dos instancias judiciales superiores, el juez y la Cámara. Los otros dos que abonan esa teoría del desvío de atención fueron Neuburger y González. Los cables traducen esas opiniones y, sobre el final, Wayne más bien expresa sus dudas.”
También cita al propio Nisman para desmentir su cercanía con el gobierno, relación que por entonces era archiconocida: “Página/12 consultó a Nisman sobre una frase del ‘garganta profunda´ de la Embajada: ‘Nisman está totalmente dominado por el jefe de Gabinete Alberto Fernández. Obedece sus ordenes sin discusión y no descarto que todo sea una maniobra política de Alberto Fernández´. El fiscal respondió brevemente a Página/12. “Vi a Alberto Fernández dos veces en mi vida. Ambas en 2005, cuando se estableció la fiscalía especial para el caso AMIA. En ese momento gestioné ante el jefe de Gabinete la compra del sistema Excalibur de entrecruzamiento de llamadas. El presupuesto dependía de él y por ello lo fui a ver. Nunca más lo vi.”
De obsecuencia, de falta de independencia, de recibir órdenes de la embajada, ni una palabra.
Cuando leí el artículo le dije a Tiffenberg que me llamaba la atención que Página /12 siguiera la misma línea editorial de los grandes medios argentinos y extranjeros de proteger a Nisman y salvoguardar la investigación, pese a las dudas y presuntas inconductas que surgían de los cables de Wikileaks. Me contestó que no, que La Nación y Clarín apoyaban la línea Galeano-Mullen-Barbaccia-Nisman, mientras que Página/12 sólo apoyaba lo que hacía Nisman, que era muy distinto a lo de sus antecesores, (por más que Nisman había trabajado con los fiscales procesados e identificado a los mismos presuntos culpables).
Un mes más tarde, en marzo del 2011, un colaborador de Wikileaks le entregó una copia de los cables de Argentina al periodista de La Nación Hugo Alconada Mon y tres meses más tarde los cables se hicieron públicos. Sin embargo, nada se publicó hasta la salida de Argenleaks sobre la relación entre Nisman y la embajada.
Nobleza obliga, más allá del generoso espacio que me dieron algunos medios radiales para hablar del tema, empezando por Víctor Hugo Morales, el primer medio gráfico que publicó algo referido a mi capítulo de Argenleaks sobre la connivencia entre Nisman y la embajada fue Clarín. Con la firma de Daniel Santoro, el 29 de agosto del 2011, pocos días después de la salida a la venta de Argenleaks, Santoro escribió “Insólito pedido de disculpas de un fiscal a EE.UU.”, referido al profuso pedido de disculpas que Nisman le hicera a distntos funcionarios de la embajada por no anticiparles que pediría la captura de Menem y de otros funcionarios políticos y judiciales por presunto encubrimiento del atentado.
(Nobleza obliga también, esta semana vi a mi estimado y respetado colega Santoro en el canal de noticias del Grupo Clarín defender a capa y espada la acusación de Nisman contra la presidenta Cristina Kirchner, el canciller Héctor Timerman y otras personas, dando por cierta una conspiración que me resulta tan inverosimil como oportunista, políticamente motivada y de difícil comprobación, más allá de la opinión que me merezca el actual gobierno.)
Poco tiempo después Nisman me citó en su despacho a través de su publicista para hablar del libro, invitación que acepté de buena gana como suelo hacer cuando alguien sobre quien escribí quiere comentar lo que dije. En esa reunión Nisman me dijo que si bien puede ser cierto que la embajada le decía esto y aquello, él no siempre le hacía caso y que continuaba investigando pistas alternativas mal que le pesara a la embajada y que la prueba está en el expediente y en que la acusación contra los encubridores de la “conexión local” fue elevado a juicio. (Esta semana el juez de la causa, Rodolfo Canicoba Corral, cercano al gobierno, lo contradijo diciendo que muchas veces le pidió a Nisman que ampliara su investigación más allá de los iraníes pero que el fiscal no le hizo caso.) Nisman también me contó que prácticamente toda su información provenía del agente de la Secretaría de Inteligencia Jamie Stiusso, ya que Stiusso tenía la confianza de los servicios secretos estadounidenses e israelíes. Me comentó que Stiusso le pasaba información en bruto y lo que él podía corroborar lo llevaba al expediente.
Desde entonces la información sobre Nisman y la embajada desapareció de los medios hasta la firma del convenio con Irán para investigar el atentado en enero del 2013. Era como si existiera una política de Estado que atravesaba gobierno y oposición, medios k y anti k, y los principales representantes de la comunidad judía, de que la causa no se toca y el trabajo de Nisman tampoco.
El convenio con Irán rompió el pacto de silencio y reavivó el interés en mi trabajo con los cables de la AMIA. El 17 de febrero del 2013, a horas de que se discutiera el convenio en el Congreso, publiqué en Página/12 la columna “AMIA.doc.” , la que sería la base del capítulo “Nisman” de Politileaks. Más allá de que pensara que el convenio representaba un cambio de política exterior demasiado brusco y arriesgado para el país y la causa AMIA, aún sabiendo que la información sería utilizada por el gobierno para avalar su decisión, me pareció importante compartir con los legisladores lo que decían los cables, a favor y en contra, antes de que tomaran una decisión tan importante. Salvo la parte donde señalo que los cables muestran que durante su presidencia Nestor Kirchner había rechazado un convenio muy similar al que luego firmaría su esposa, que debí negociar con Tiffenberg palabra por palabra, el resto del texto, que documenta la falta de independencia de Nisman con respecto a la embajada, no mereció ningún reparo. Los tiempos habían cambiado
Ahora vuelve todo con la denuncia de Nisman y el interés de los medios k en los cables de Wikileaks sobre el fiscal. Pos supuesto que me llamó la atención que esto ocurriera apenas días después del desplazamiento del poderoso y otrora intocable agente Stiusso. Y sí, claro que puedo estar equivocado, pero la movida de Nisman me huele a carpetazo de los servicios. Aún así, no quiero ser un peón en la batalla política entre el gobierno y la oposición ni avalar conductas de unos u otros que no comparto. Hablé en varias radios pero no quise salir en televisíón por miedo a que mi imagen en determinado canal sea entendida como un apoyo a un lado de la grieta. Sin tomar partido en cuestiones que me exceden largamente y sin ser un experto en el tema AMIA, entre otras razones porque cuando ocurrió yo vivía en Estados Unidos, quería decir que me duelen las manipulaciones políticas a los familiares de las víctimas que se vienen sucediendo desde que ocurrió el atentado, y la falta de Verdad y Justicia en un tema tan sensible y doloroso para todos los argentinos.
Santiago O’Donnell

 http://www.nodal.am/2015/01/detras-de-nisman-por-santiago-odonnell-autor-del-libro-argenleaks/

Arg- La inteligencia argentina, niño prodigio

 Rev Crisis- Nº 19
 
doctrina de seguridad nacional y popular / las orejas del estado / km 601
por Claudio Mardones 

El Estado es también la gestión de los secretos. Argumentos para la resolución de internas de palacio, estrategas de la diplomacia internacional, operadores de tapas de diarios, disparadores de la represión. Las capas de la inteligencia militar y civil son un agujero negro de la política. No sólo por la oscuridad de su funcionamiento sino porque descose lo público con su potencia absorvente.

Piso seis. Oficina 602. Edificio Alfredo Palacios, ex Caja Nacional de Ahorro y Seguro, actual anexo del Senado Nacional. Detrás de sus puertas blindadas trabajan siete empleados que según la ley deben reportar a los catorce senadores y diputados que integran la Comisión Bicameral Permanente de Fiscalización de los Organismos y Actividades de Inteligencia. El ente más importante de todo el Congreso Nacional. La ventanilla que más denuncias recibe por los abusos de los espías argentinos, lleva trece años sin funcionamiento formal y es la última frontera constitucional entre el poder civil y la autonomía del espionaje repartido en una decena de organismos policiales y militares de inteligencia que nadie logra controlar.
Según el presupuesto votado para este año por el Congreso, la Secretaría de Inteligencia (SI), ex SIDE, considerada la zona más visible de todas las áreas de espionaje interior y exterior de la Argentina, tiene un presupuesto de 1.874 millones de pesos, con 1.492 millones destinados a pagar los salarios de un número desconocido de agentes. Las planillas oficiales de esos gastos reservados solo mencionan a dos empleados: al jefe y subjefe de la SI. El resto, tal como lo convalida la Ley de Inteligencia Nacional, es secreto y no puede ser revelado. Sin embargo, la cueva de la calle 25 de Mayo yace desde hace medio siglo en el viejo edificio Martínez de Hoz, frente a la Casa Rosada y dicen que cuenta con unos dos mil empleados, en su mayoría reclutados a partir de recomendaciones y vínculos familiares de los antiguos habitantes de ese mundo recóndito. Otros casos son por designaciones políticas de cada gobierno. Pero en ese mundo ningún número es concreto, gracias a la ley secreta 17.112, que establece el estatuto “para el personal civil de la secretaría de informaciones de estado y de los servicios de inteligencia de las fuerzas armadas”. Su artículo 14 define que solo cuatro categorías del “personal civil de inteligencia” de la SI y del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea cobrarán su salario “por partida pública del presupuesto”, aunque otras tres lo harán “por partida secreta, en planillas aparte, y utilizará nombre de encubrimiento”. Es decir, que una parte del presupuesto nacional tendrá todos los años una parte oculta, con nombre ficticio, para pagar los salarios de una cantidad desconocida y sin control de agentes en cuatro organismos del Estado.
Sin embargo para los conocedores solo se trata de una norma básica de cualquier organismo similar en el mundo. En algunos pocos casos, no en Argentina, los controles constitucionales echan luz sobre esa ausencia de contornos entre lo público y lo secreto, pero por encima de esa norma fundacional, transcurre un sistema basado en lo oculto, estructuras verticales, compartimentadas, extremadamente autoritarias, pero también sofisticadas y perfeccionadas al cobijo de la tecnología. Desde las transmisiones secretas por radio de la Segunda Guerra Mundial, pasando por los códigos de CIA que descifró el periodista Rodolfo Walsh para evitar la invasión de Bahía de Cochinos en Cuba, hasta la nueva guerra fría que provocó la filtración de documentos secretos del Departamento de Estado, a manos de la organización Wikileaks. En ese contexto navega la poco explorada relación actual de la democracia argentina con sus catacumbas secretas.
lista negra
El actual jefe de la SI es el santacruceño Héctor Icazuriaga. El “vasco” es el vigésimo “señor Cinco” de la historia de ese organismo, desde que Juan Domingo Perón lo creó como Coordinación de Informaciones de la Presidencia (CIPE), bajo la batuta del agente nazi Rodolfo Ludovico Freude. Poco después pasó a llamarse Coordinación de Informaciones del Estado (CIDE) y funcionó con ese nombre hasta 1966. La dictadura del general Juan Carlos Onganía la bautizó como Secretaría (SIDE), un nombre que duró hasta la sanción de la nueva Ley de Inteligencia Nacional (25.520), aprobada por el Congreso el 27 de noviembre de 2001 y promulgada 17 días antes de que su impulsor, el radical Fernando De la Rúa, huyera en helicóptero de la Casa Rosada.
En medio de esa tragedia nació el nuevo ordenamiento del aparato nacional de espionaje que finalmente fue reglamentado por el decreto 950/2002. Firmado por el mandatario interino Eduardo Duhalde el 6 de junio, tres semanas antes del operativo conjunto que protagonizaron la Bonaerense, la Federal y la Prefectura para reprimir la protesta que cortó el Puente Pueyrredón y terminó con las vidas de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. El operativo contó con la sibilina intervención del entonces titular de la SI, Carlos Soria, quien según la versión del periodista Ricardo Ragendorfer habría alertado al gobierno nacional sobre la elaboración por parte de los movimientos sociales de un “plan insurreccional que ya estaba en marcha y que tenía prevista la toma del poder el 9 de julio”. El comisario Alfredo Fanchiotti, actualmente preso por el asesinato de ambos jóvenes, cumplía las funciones de enlace con “La Casa” de la calle 25 de mayo a través de la Jefatura Departamental del distrito.
Según esa norma vigente, la “secretaría” nunca dejó de depender en forma directa del presidente, bajo la sigla SI, pero desde entonces es la cabeza del “Sistema de Inteligencia Nacional”, compuesto también por la “Dirección Nacional de Inteligencia Criminal”, que depende de la Secretaría de Seguridad Interior, y por la “Dirección Nacional de Inteligencia Estratégica Militar”, bajo la órbita del Ministerio de Defensa. La lista de entes secretos no termina ahí. Hay otros tres, que reportan a Defensa, y por su intermedio, al menos en la letra de la ley, a la SI: la Armada cuenta con su Servicio de Inteligencia Naval (SIN), la Fuerza Aérea con el SIFA y el Ejército con su viejo servicio secreto militar, que se llamó Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE) desde el 45 hasta el 69. Por entonces, la dictadura de Onganía lo reinauguró para la Doctrina de Seguridad Nacional y lo bautizó Batallón 601. Funcionó hasta el 31 de diciembre del 86. Desde comienzos del 87 se llamó Centro de Reunión de Inteligencia Militar, bajo la órbita de la Jefatura II del Ejército, hasta el año pasado conducida por el General César Milani, quien también tuvo bajo su órbita a la División de Inteligencia del Estado Mayor de la Defensa J-2, la Compañía de Comandos 601 y el desmantelado Batallón 601.
A esa red del secreto castrense se suman los aparatos de espionaje criminal de la Gendarmería Nacional, de la Prefectura y de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, y las tristemente célebres superintendencias de Seguridad Federal y de Interior de la Policía Federal Argentina, dos áreas que contienen los restos de Coordinación Federal, organismo creado en 1944 y originalmente diseñado por la Escuela de Informaciones del Ejército para perseguir al espionaje extranjero. Al principio quedó dividida en antinazis y pronazis, pero después del fin de la Segunda Guerra Mundial y con el gobierno de Juan Domingo Perón se transformó en una estructura de espionaje interior, la temida “Sección Especial”.
Si entre 1946 y el 55 la Policía Federal fue la mayor fuerza civil armada que tuvo Perón, a partir de su derrocamiento fue el brazo ejecutor de la nueva dictadura, esta vez, bajo el comando del temible SIN de la Libertadora del Almirante Isaac Rojas. A partir de 1966 pasó a llamarse Superintendencia de Coordinación Federal y tuvo a su cargo toda la persecución política, gremial y estudiantil en el área metropolitana, y en las delegaciones del interior del país. La dimensión de su letalidad pasa inadvertida por las intrigas que rodean a la ex SIDE y a la corrupción de la inteligencia militar, pero la Federal cuenta con un cuerpo de espías bajo órdenes de sus jefes y sin intervención de ningún juez, desde la misma época en que Juan Perón potenció a la fuerza. Son las “plumas” del gallo que simboliza a la Federal. Esos agentes, según reflejó con precisión la periodista de Página 12 Adriana Meyer, pasaron a formar parte del Cuerpo de Informaciones de la PFA, mediante el decreto ley 9.021 de 1963. “Un verdadero servicio paraestatal de informaciones e inteligencia no sujeto a ningún tipo de contralor administrativo, judicial y parlamentario más allá que el ejercido por algunos pocos miembros del comisariato superior de la fuerza”, detalló Marcelo Saín sobre el organismo que, desde 1970 gracias a la ley 18.895, también cuenta con el Cuerpo de Auxiliares de Investigaciones, el cual incluye un estatuto secreto propio para los plumas y que les permite tener cualquier empleo público en forma paralela a las funciones de espía interior estatal.
a desalambrar, a desalambrar
Toda la arquitectura legal que sostiene a la vieja osamenta de los espías argentinos se mantuvo en secreto hasta 2003, cuando Kirchner comenzó un lento proceso de desclasificación de archivos. Fue el paso previo a la ley 26.134 que desde agosto de 2006 dejó sin efecto el carácter secreto de todas las leyes reservadas. Esa decisión abrió la puerta para la desclasificación a partir de 2008 de los nombres del Personal Civil de Inteligencia que se desempeñó en los tres servicios secretos de las fuerzas armadas entre 1976 y 1983. Los que siguieron trabajando para la misma estructura desde 1984 siguen siendo un secreto bien guardado. La revelación ocupó tres veces la primera plana de la revista Veintitrés. Primero con los empleados del Batallón 601, luego con los miembros del SIFA y finalmente con la nómina de 1265 agentes del SIN. La caída del secreto sobre la identidad de unos 7 mil espías civiles de las tres fuerzas, solo permitió conocer la estructura del personal asalariado que cumplió tareas criminales, y también servicios generales durante la dictadura. Entre ellos zafó el actual secretario general de la UOCRA Gerardo Martínez. Pero hubo algunos mandos militares y policiales que siempre zafaron de la desclasificación y fueron descubiertos por periodistas y organismos de derechos humanos, como el ex miembro del Grupo de Tareas 3.3.2 de la ESMA, Ricardo Miguel Cavallo, descubierto cuando llevaba años como titular del Registro Nacional de Vehículos, con una identidad similar. El capitán de navío Jorge Raúl Vildoza tuvo una suerte aún mayor: jamás cayó preso, su mujer cumple reclusión, pero sostiene que ya murió. En rigor, gozó de una compleja protección en el exterior hasta hace pocos años. Otro espía con éxito e impunidad en el exterior es Mario Alfredo Sandoval, ex oficial de Coordinación Federal que, según indagó la periodista Nora Veiras en 2008, llegó a trabajar como asesor del presidente francés Nicolás Sarkozy hasta que el juez federal Sergio Torres pidió su detención en la causa que investiga la desapariciones cometidas por “Coordina”, regidora de un centro clandestino propio en el 1417 de la calle Moreno.
letra chica
La desclasificación permitió la publicación de normas y documentos que muy pocos miran, como los informes diarios sobre actividades políticas que producía Coordinación. En los archivos del Congreso Nacional yacen, desde hace diez años, las listas diarias que realizaba la Federal, hora por hora, de lunes a lunes, sobre lo que ocurrió en cada punto del país entre 1973 y 1976, cuando parte de su estructura, en forma orgánica, integró la Alianza Anticomunista Argentina. Esa valiosa pieza de documentación revela un funcionamiento informativo que nunca dejó de realizarse, pero que fue cambiando de formatos con el correr del tiempo y la tecnología. El destape hace un año del mayor de inteligencia de la Federal Américo Balbuena, que infiltró a la agencia alternativa Rodolfo Walsh, es la muestra viva de esa presencia secreta en la vida política argentina desde hace por lo menos medio siglo. Actualmente esa red de informantes secretos y auxiliares de investigaciones de la Federal superaría los mil agentes. Sus tareas de vigilancia ideológica se han mantenido en el tiempo, pero fueron acompañadas desde fines de los noventa por la inteligencia interior de la Gendarmería Nacional. A pesar de su bajo perfil, comenzó intervenir activamente en la represión del conflicto social a partir de la represión de los cortes de ruta en Tartagal y Cutral Có en 1997.
Las tareas de seguimiento político del viejo organismo de control de fronteras, que tiene servicio propio de inteligencia desde fines de los 30, fueron conocidas en su real dimensión con las denuncias que revelaron la existencia del Proyecto X.
La lista de organismos secretos se completaría con el Servicio de Inteligencia Penitenciario Federal, creado el 18 de mayo de 1973, cinco días antes de la partida de la dictadura de Lanusse, que sigue vigente y cuenta con 16 escalafones de agentes. Una norma que, al igual que los demás estatutos de los otros servicios, establece presupuestos y nóminas ocultas. Los memoriosos recuerdan que su inauguración “técnica” estuvo en manos de dos viejos torturadores del batallón 601 y de la ex SIDE: el criminal común Aníbal Gordon y el espía Eduardo Alfredo Ruffo. El primero murió en los ochenta y el segundo está preso en el penal de Marcos Paz por crímenes de Lesa Humanidad. Luego de asesinar y torturar para la Triple A desde una patota promovida por el Batallón 601, ambos fueron designados en uno de los primeros centros clandestinos de detención del Plan Cóndor: Automotores Orletti. Tan activa fue la participación de Ruffo que, como inorgánico del aparato de espionaje, siguió manteniendo contactos con las redes activas de 25 de mayo para negociar la entrega de información sobre el paradero de hijos de desaparecidos a cambio de protección. La maniobra duró hasta el 25 de octubre de 2006, cuando se entregó en la coqueta calle Juez Tedín al 2600, en Barrio Parque, muy cerca de los calabozos que tiene la División Antiterrorista de la Federal en la calle Cavia.
el ojo de la patria
Los aparatos de inteligencia deben ser auxiliares de la justicia para las investigaciones que requieran los magistrados y para las intervenciones que consideren necesarias. Esos pedidos van a parar a la Dirección de Observaciones Judiciales, históricamente conocida como la Ojota.
Antes de tener un Gran Hermano con acceso a todos los cableados telefónicos del país, “La Casa” mandaba agentes a cada una de las centrales e instalaba grabadores en las terrazas. Los datos surgen de la escasa literatura sobre el espionaje nacional y de SIDE, la Argentina Secreta, un libro publicado por Planeta en 2006, que llegó a las tres ediciones, y se agotó con la velocidad de quien manda a comprar todos los ejemplares. Su autor, Gerardo Young, ex redactor de Clarín, sacó del secreto a Antonio Horacio Stiusso, alias Jaime, o Aldo Stiles, y contó parte de su pasado. Actual Director de Contrainteligencia del organismo y dueño de la tecnología dedicada a la intercepción de comunicaciones, a un paso de cumplir los 61, es considerado uno de los jefes más “viejos” de 25 de Mayo.
Según Young está en el organismo desde 1972 y pertenece a la casta de espías de carrera. Trabajó para dos dictaduras, el radicalismo, el menemismo, y también para el kirchnerismo, hasta el último cisma ocurrido hace pocos años por el cambio de enfoque respecto al atentado de la AMIA, que puso en tela de juicio la tesis del coche bomba, construida bajo la persistencia de los servicios de inteligencia norteamericanos e israelíes, poseedores de una excelente relación con la SI y con Stiuso, quienes suelen realizar espionaje a pedido de ambas centrales extranjeras. Esa práctica se ha mantenido durante décadas, en dictadura o democracia, pero entró en una compleja inflexión a partir de los atentados contra la Embajada de Israel, que dejó 29 muertos y 300 heridos el 17 de marzo de 1992, y contra la AMIA, el 18 de Julio de 1994 que mató a 85 personas e hirió a otras 300. A pesar de la intervención de toda la autodenominada “comunidad de inteligencia”, nadie cayó preso en forma definitiva, mientras que la interpretación sobre ambos ataques siempre evolucionó bajo la tutela de Washington y de Tel Aviv. La investigación tuvo dos pistas principales: una adjudicó la autoría del atentado a la organización islámica Hezbollah, presuntamente apoyada por Irán; y otra, la llamada pista siria, apunta a los vínculos entre el ex presidente Carlos Menem y el traficante de armas sirio Monzer Al Kassar. El caso sigue abierto y algunas indagatorias centrales dependen del “Memorandum de entendimiento” firmado por Argentina con Irán para que declaren en Teherán.
Pero no fue la única puja que “Stiles” libró con el kirchnerismo. La primera estalló el 25 de julio de 2004, en el programa Hora Clave, conducido por Mariano Grondona. El invitado especial era Gustavo Béliz que había cumplido más de un año en el Ministerio del Interior cuando Néstor Kirchner le aceptó la renuncia. Tras el portazo Béliz guardó silencio, hasta sentarse ante las cámaras para vengarse del hombre al que sindicó como jefe en las sombras del organismo secreto. “Me echaron por nombrar la palabra maldita de la política argentina: SIDE”, dijo y mostró el rostro de Antonio Horacio Stiusso a la televisión. Nervioso pero seguro, Beliz buscó resumir el papel de ese organismo: “Es una especie de agujero negro, se manejan fondos sin rendición de cuentas. Constituye un Estado paralelo, una policía secreta sin ningún tipo de control: la maneja un señor al que todo el mundo le tiene miedo porque dicen que es peligroso y te puede mandar a matar. Ese hombre participó de todos los gobiernos y se llama Jaime Stiusso”. Y terminó la denuncia con una despedida: “Dejo la política, estoy desilusionado”. Se fue con su familia a Estados Unidos y desde entonces afronta una causa penal por “revelar secretos políticos o militares concernientes a la seguridad”.
La ferretería técnica, controlada desde una base ubicada en el 4100 de la calle Estados Unidos, prosperó con los años. Con la llegada de Internet y los celulares, sumó nuevas generaciones de espías. También nuevos equipos. Una de las mayores inflexiones sucedió a comienzos de los noventa, cuando Menem privatizó ENTel y la vendió a France Telecom y a Telefónica de España. Ambas multinacionales tuvieron que garantizarle al Estado el monopolio de las escuchas legales (e ilegales) que realizaba la SIDE por medio de la Dirección de Observaciones Judiciales. Ambas acordaron financiar y equipar un edificio para las orejas del Estado. Desde entonces un inmueble ubicado al 3832 de Avenida de Los Incas, en pleno barrio de Belgrano, es la sede de la Ojota. Desde la existencia de los celulares, Stiusso fue comprando una enorme cantidad de valijas interceptoras. Esa tecnología contó con la creciente presencia de competidores privados. Hace dos años, los dos gerentes de las telefónicas confiaron a la Comisión Investigadora de la Legislatura Porteña que intervienen “un promedio de 250 líneas por mes a pedido de la SI”. El promedio real superaría las seis mil líneas pinchadas por año con el escuálido control de algunos jueces. Un rastrillaje telemático que también promueven los “grandes” del fisgoneo corporativo como Kroll, Stratfor y The Ackerman Group, tres multinacionales del espionaje con sucursal en Buenos Aires que cuentan con el gerenciamiento de ex agentes de la CIA y el FBI.
El rompecabezas siempre será incompleto para comprender el nivel del acecho estatal en la política argentina. Pero es muy posible que algo entenderíamos si pudiéramos acceder a las 20 mil carpetas rebosantes de información secreta que la SI poseería en los subsuelos de su sede principal.


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 http://www.revistacrisis.com.ar/la-inteligencia-argentina-nino.html

viernes, 16 de enero de 2015

Mundo- Charlie Hebdo: Una Reflexión difícil. Por Boaventura de Sousa Santos

12-1-15 Red en defensa de la humanidad
  
Traducción de José Luis Exeni Rodríguez
 
La repugnancia total e incondicional que los europeos sienten ante estas muertes debe hacernos pensar por qué razón no sienten la misma repulsa ante un número igual o mucho mayor de muertes inocentes como resultado de conflictos que, en el fondo, ¿tal vez tengan algo que ver con la tragedia de Charlie Hebdo? En el mismo día, 37 jóvenes fueron muertos en Yemen en un atentado con bomba. El verano pasado, la invasión israelita causó la muerte de dos mil palestinos, de los cuales cerca de 1.500 eran civiles y 500 niños. En México, desde el año 2000 fueron asesinados 102 periodistas por defender la libertad de expresión y, en noviembre de 2014, 43 jóvenes fueron asesinados en Ayotzinapa.
El repugnante crimen cometido contra los periodistas y dibujantes del semanario Charlie Hebdo hace muy difícil un análisis sereno de lo que está implicado en este acto bárbaro, de su contexto y precedentes, así como de su impacto y repercusiones futuras. Sin embargo, este análisis es urgente, bajo pena de continuar avivando un fuego que mañana puede alcanzar a las escuelas de nuestros hijos, nuestras casas, nuestras instituciones y nuestras conciencias. Ahí están algunas pistas para tal análisis.

La lucha contra el terrorismo, la tortura y la democracia
No se pueden establecer nexos directos entre la tragedia de Charlie Hebdo y la lucha contra el terrorismo que los EUA y sus aliados están ejecutando desde el 11 de septiembre de 2001. Pero es sabido que la extrema agresividad de Occidente ha causado la muerte de muchos millares de civiles inocentes (casi todos musulmanes) y ha sometido a niveles de tortura de una violencia increíble a jóvenes musulmanes contra los cuales las sospechas son meramente especulativas, como consta en el reciente informe presentado al Congreso norteamericano. Y también es sabido que muchos jóvenes islámicos radicales declaran que su radicalización nació de la revuelta contra tanta violencia impune. Ante esto debemos meditar si el camino para frenar la espiral de violencia es continuar con las mismas políticas que la han alimentado como ahora es demasiado patente.
La respuesta francesa al ataque muestra que la normalidad constitucional democrática está suspendida y que un estado de sitio no declarado está en vigor, que los criminales de este tipo, en lugar de ser apresados y juzgados, deben ser abatidos, que este hecho no representa aparentemente ninguna contradicción con los valores occidentales. Entramos en un clima de guerra civil de baja intensidad. ¿Quién gana con ella en Europa? Ciertamente no los partidos de izquierda como Podemos en España o Syriza en Grecia.
 
La libertad de expresión
Es un bien precioso pero tiene límites, y la verdad es que la abrumadora mayoría de ellos son impuestos por aquellos que defienden la libertad sin límites siempre y cuando sea "su" libertad. Ejemplos de límites son inmensos: si en Inglaterra un manifestante dice que David Cameron tiene sangre en las manos, puede ir preso; en Francia, las mujeres islámicas no pueden usar el hiyab; el 2008, el dibujante Maurice Siné fue despedido de Charlie Hebdo por haber escrito una crónica supuestamente antisemita. Esto significa que los límites existen, pero son diferentes para diferentes grupos de interés. Por ejemplo, en América Latina, los grandes medios, controlados por familias oligárquicas y por el gran capital, son los que más claman por la libertad de expresión sin límites para insultar a los gobiernos progresistas y ocultar todo lo bueno que estos gobiernos han hecho por el bienestar de los más pobres.
Aparentemente, Charlie Hebdo no reconocía límites para insultar a los musulmanes, incluso cuando muchos de sus dibujos fueran propaganda racista y alimentasen la onda islamofóbica y antiinmigrante que avasalla a Francia y a Europa en general. Además de muchos dibujos con el Profeta en poses pornográficas, uno de ellos, bien aprovechado por la extrema derecha, mostraba un conjunto de mujeres musulmanas embarazadas, presentadas como esclavas sexuales de Boko Haram que, apuntando a sus barrigas, pedían que no les fuese retirado el apoyo social a la gravidez. De un golpe se estigmatizaba el Islam, a las mujeres y al Estado de bienestar social. Obviamente que, a lo largo de los años, la mayor comunidad islámica de Europa se fue sintiendo ofendida por esta línea editorial, pero fue igualmente inmediato su repudio por este crimen bárbaro. Debemos, pues, reflexionar sobre las contradicciones y asimetrías en la vida vivida de los valores que creemos son universales.

La tolerancia y los "valores occidentales"
El contexto en que ocurrió el crimen es dominado por dos corrientes de opinión, ninguna de ellas favorable a la construcción de una Europa inclusiva e intercultural. Las más radical es frontalmente islamofóbica y antiinmigrante. Es la línea dura de la extrema derecha en toda Europa y de la derecha cuando se ve amenazada por elecciones próximas (el caso de Antonis Samarás en Grecia). Para esta corriente, los enemigos de la civilización europea están entre "nosotros", nos odian, tienen nuestros pasaportes; y esta situación solo se resuelve liberándonos de ellos. La pulsión antiinmigrante es evidente.
La otra corriente es la de la tolerancia. Estas poblaciones son muy distintas de nosotros, son una carga, pero tenemos que "aguantarlas", hasta porque son útiles; empero, solo debemos hacerlo si ellas son moderadas y asimilan nuestros valores. ¿Pero qué son los "valores occidentales"? Luego de muchos siglos de atrocidades cometidas en nombre de estos valores dentro y fuera de Europa –de la violencia colonial a las dos guerras mundiales--, se exige algún cuidado y mucha reflexión sobre lo que son esos valores y por qué razón, según los contextos, ora se afirman unos ora se afirman otros.
Por ejemplo, nadie pone hoy en duda el valor de la libertad, pero lo mismo no puede decirse de los valores de la igualdad y de la fraternidad. Fueron estos dos valores los que fundaron el Estado social de bienestar que dominó la Europa democrática después de la segunda guerra mundial. Sin embargo, en los últimos años, la protección social, que garantizaba niveles más altos de integración social, comenzó a ser puesta en causa por los políticos conservadores y hoy es concebida como un lujo inaccesible para los partidos del llamado "arco de gobernabilidad". La crisis social causada por la erosión de la protección social y por el aumento del desempleo entre jóvenes, ¿no será leña en el fuego del radicalismo por parte de los jóvenes que, más allá del desempleo, sufren la discriminación étnico-religiosa?

El choque de fanatismos, no de civilizaciones.
No estamos ante un choque de civilizaciones, incluso porque la cristiana tiene las mismas raíces que la islámica. Estamos ante un choque de fanatismos, aunque algunos de ellos no aparezcan como tales por sernos próximos. La historia muestra cómo muchos de los fanatismos y sus choques estuvieron relacionados con intereses económicos y políticos que, en realidad, nunca beneficiaron a los que más sufrieron con tales fanatismos. En Europa y sus áreas de influencia es el caso de las cruzadas, de la Inquisición, de la evangelización de las poblaciones colonizadas, de las guerras religiosas y de Irlanda del Norte. Fuera de Europa, una religión tan pacífica como el budismo legitimó la masacre de muchos millares de miembros de la minoría tamil de Sri Lanka; del mismo modo, los fundamentalistas hindús masacraron a las poblaciones musulmanas de Guyarat en 2003 y el eventual mayor acceso al poder que han conquistado recientemente con la victoria del Presidente Modi hace prever lo peor.
Es también en nombre de la religión que Israel continúa imponiendo la limpieza étnica de Palestina y que el llamado Emirato Islámico masacra poblaciones musulmanas en Siria y en Irak. ¿La defensa de la laicidad sin límites en una Europa intercultural, donde muchas poblaciones no se reconocen como tales, será después de todo una forma de extremismo? ¿Los diferentes extremismos se oponen o se articulan? ¿Cuáles son las relaciones entre los yihadistas y los servicios secretos occidentales? ¿Por qué los yihadistas del Emirato Islámico, que ahora son terroristas, eran “combatientes de la libertad” cuando luchaban contra Kadhafi y contra Assad? ¿Cómo se explica que el Emirato Islámico sea financiado por Arabia Saudita, Catar, Kuwait y Turquía, todos aliados de Occidente? Una cosa es cierta, por lo menos en la última década: la gran mayoría de las víctimas de todos los fanatismos (incluyendo el islámico) son poblaciones musulmanas no fanáticas.
 
El valor de la vida
La repugnancia total e incondicional que los europeos sienten ante estas muertes debe hacernos pensar por qué razón no sienten la misma repulsa ante un número igual o mucho mayor de muertes inocentes como resultado de conflictos que, en el fondo, ¿tal vez tengan algo que ver con la tragedia de Charlie Hebdo? En el mismo día, 37 jóvenes fueron muertos en Yemen en un atentado con bomba. El verano pasado, la invasión israelita causó la muerte de dos mil palestinos, de los cuales cerca de 1.500 eran civiles y 500 niños. En México, desde el año 2000 fueron asesinados 102 periodistas por defender la libertad de expresión y, en noviembre de 2014, 43 jóvenes fueron asesinados en Ayotzinapa.
Ciertamente que la diferencia en la reacción no puede estar basada en la idea de que la vida de europeos blancos, de cultura cristiana, vale más que la vida de europeos de otros colores o de no europeos de culturas basadas en otras religiones o regiones. ¿Será entonces porque estos últimos están más lejos de los europeos y estos los conocen menos? ¿Acaso el mandato cristiano de amar al prójimo permite tales distinciones? ¿Será porque los grandes medios y los líderes políticos de Occidente trivializan el sufrimiento causado a esos otros, cuando no los demonizan al punto de hacernos pensar que ellos no merecen otra cosa?
Publicado por
 http://cubaendefensadelahumanidad.blogspot.com.ar/2015/01/charlie-hebdo-una-reflexion-dificil-por.html
 

Las abejas están muriendo, ¿cuánto nos queda a los humanos?

14-1-15- Diario Ecologia.com

Casi una tercera parte de la producción agraria global depende de la polinización que realizan los animales, en su mayor parte por las abejas. Sin embargo, estos insectos están muriendo a un ritmo alarmante, advierte el rotativo británico The Telegraph, recordando que Albert Einstein dijo una vez.
Casi una tercera parte de la producción agraria global depende de la polinización que realizan los animales, en su mayor parte por las abejas. Sin embargo, estos insectos están muriendo a un ritmo alarmante, advierte el rotativo británico The Telegraph, recordando que Albert Einstein dijo una vez que si la abeja desaparece de la superficie de la Tierra, al hombre le quedará solo cuatro años para vivir.
El problema del bienestar de los seres de los que dependen las cosechas, se hace más inquietante de cara a la mayor subida de los precios de alimentos en la historia y la escasez de las reservas del cereal.
Los especialistas consideraban hasta hace poco este fenómeno como algo particular y discutían, cuál era la causa de tal mortandad, parásitos, un virus, algunos pesticidas que afectan su sistema nervioso o un conjunto de causas. Mientras, según los datos de Rabobank, proveedor de servicios financieros en el sector agrario, en los últimos años las colonias de abejas son incapaces de sobrevivir un invierno hasta un 35% en EE. UU. y un 20% en Europa, Asia y América Latina (con un índice normal de un 10%).
De acuerdo con los expertos, entender la situación como un “escenario apocalíptico” es exagerar las cosas, pues los cultivos de maíz, trigo y arroz se polinizan por el viento. Sin embargo, la polinización por animales es esencial para nueces, melones y bayas, y es importante para los cítricos, manzanas, coles, pimienta, berenjenas, aguacates, pepinos, cocos, tomates, así como café y coca.
Estos cultivos se polinizan en 80-90% por las abejas de miel domesticadas. Pero en general, mientras que en EE. UU. a partir de 1961 la producción de cultivos polinizados se cuadruplicó, las colonias disminuyeron el doble, y el ratio de abejas por hectárea bajó casi un 90%, advierte el informe de Rabobank. Y si todavía los agricultores lograban la producción con un número inferior de colmenas y no se reportaba sobre campos afectados por la falta de los insectos, la cuestión es hasta cuándo se podrá alargar esta situación.
Las colonias de abejas en Estados Unidos disminuyeron mucho antes de la crisis actual, debido al barato importe de la miel de Asia. A su vez, China perdió todas las colmenas en algunas regiones en Sichuan debido al uso de pesticidas, y hasta hoy los cultivos en aquellos territorios se polinizan manualmente. Alemania, Francia e Italia prohibieron el uso de productos químicos que afectan la memoria de los insectos. En Reino Unido y EE. UU. demandaron una “revista urgente” de estos productos advirtiendo que “podemos perder todas las abejas en una década”. Estudios comprobaron que los agentes utilizados para impedir el ataque a la siembra, perjudican la salud de los insectos.
Sin embargo, el mundo necesita alimentos y las compañías de fertilización están buscando vías de aumentar la producción de cara a la demanda que crece cada año y de cosecha que se convierte en biocombustible. Mientras, los científicos están luchando contra los parásitos propios de las abejas de miel, pero no avanzan lo suficientemente rápido, informa el periódico. A su vez, la entidad financiera llama a acelerar la respuesta global, y endurecer las reglas, por ejemplo, prevenir que los agricultores usen pesticidas durante el día cuando las abejas se alimentan.

 http://diarioecologia.com/las-abejas-estan-muriendo-cuanto-nos-queda-a-los-humanos/?doing_wp_cron=1421378932.0725090503692626953125

UE- La mafia controla cerca de 5000 restaurantes en Italia

viernes, 16 de enero de 2015- Argenpress.info

PL

Cerca de cinco mil restaurantes italianos son controlados por la mafia, mientras en 2014 los negocios agroalimentarios en manos de esos grupos alcanzaron los 15 mil 400 millones de euros, señaló hoy un informe publicado en la prensa.
El tercer Reporte Agromafia, elaborado por la organización de agricultores Coldiretti, la agencia Eurispes y el Observatotio sobre la criminalidad en el sector agrícola, indicó que el año pasado el volumen de negocios de la mafia en la agricultura creció un 10 por ciento respecto a 2013.
De acuerdo con la edición digital del diario La Repubblica, el estudio captó la atención de la opinión pública nacional, sobre todo, en cuanto a las cifras presentadas y la concusión de que, entre el resto de las áreas económicas, el rubro agroalimentario es privilegiado para la mafia italiana.
Según el citado medio, el informe trazó el perfil de una criminalidad organizada que acapara terrenos, maneja mano de obra agrícola, produce, transporta, almacena mercancía y compra, incluso, supermercados y restaurantes.
Una de las revelaciones más impactantes, destacó La Repubblica, es que esos negocios cobran fuerza tanto dentro como fuera de Italia.
Así, las cifras generales reflejadas en el reporte señalan que un total de cinco mil, entre restaurantes, fondas, bares y locales exclusivos están en manos de grupos criminales, los cuales los usan para lavar dinero.
Resaltó, además, que el crecimiento de la llamada "agromafia" se favorece de situaciones coyunturales, como las climáticas o las ocasionadas por la crisis económica, pero también por la decisión de empresarios de invertir en sectores altamente rentables, como el mencionado anteriormente.
En declaraciones a la prensa en Roma, el fiscal de Turín, Giancarlo Caselli, afirmó que el fenómeno se llamada "money dirtying" y consiste en invertir capitales "limpios" en la economía "sucia", es decir, lo contrario del "lavado" o reciclaje.
Caselli apuntó que esas operaciones trasladan mensualmente 120 millones de euros en promedio de la economía sana a la ilegal y ponen en contacto a los llamados "cuellos blancos", empresarios y miembros de las instituciones, con mafiosos.
Advirtió también que la próxima feria universal ExpoMilan 2015, prevista para inaugurarse el primero de mayo y dedicada a la alimentación, podría ser un momento de alto riesgo de infiltración de la criminalidad organizada en el sector.

http://www.argenpress.info/2015/01/la-mafia-controla-cerca-de-5000.html

UE- Libertad de expresión. UE- Medios y periodistas: Charlie Hebdo, la imagen del atropello

viernes, 16 de enero de 2015- Argenpress

 Ximena Cabral (CISPREN)

La última portada del periódico con la caricatura de Mahoma sosteniendo el cartelito “Yo Soy Charlie” en expresión de pena y titulada “Está todo perdonado” implica una actitud de soberbia simbólica. Otra vez, la palabra y el perdón parecen atributos eurocéntricos.

Esta arrogancia moral que aniquila al Otro pone en circulación un espiral de violencia que desde las redacciones y los diferentes medios de comunicación se reproducen sin considerar la estructuración ideológica que atraviesan los discursos y el espacio de lo público.
Las opiniones sobre el ataque al semanario francés Charlie Hebdo comenzaron a saturar parte de las redes sociales y medios de comunicación que se encolumnaron tras la defensa a la libertad de expresión y contra el fundamentalismo islámico.
El dolor social que supone la muerte de doce trabajadores de prensa, y la condena que como organización desde los trabajadores estamos dispuestos a asumir, no inhibe poder denunciar e intentar destramar la eficacia de la utilidad política que este ataque supone. La cantidad de reportes que se replicaron con la figura antitética de ciudadanos franceses conmocionados por los terroristas islámicos, otra vez ponen en juego las fichas donde se enfrentan los avances de ciudadanía y civilidad contra la violencia y el descalabro.
El atropello de la hegemonía capitalista occidental y las potencias europeas donde arrasan tras la descalificación, la burla y el desprecio de algunas culturas extranjeras, demuestran un racismo que el atentado evidencia y que desde parte de las redacciones y las organizaciones “ciudadanas” reproducen hasta saturar el espacio.

La intolerancia
Según el investigador de Sociología del Medio Oriente Enrique Herszkowich, para muchos musulmanes, “la caricaturización de Muhammad bien puede ser considerada una blasfemia. Pero, sin duda, la idea de que debe ser castigada con la muerte del artista, sólo se restringe, en la actualidad, a una pequeña minoría entre los mil quinientos millones de fieles”.
Sin embargo, las acusaciones vertidas en las diferentes crónicas y análisis lo engloban como parte de la cultura árabe o el mundo islámico ejerciendo una falsa equivalencia -que no solo reproducen parte de las publicaciones locales sobre el atentado en el periódico francés sino que se extiende por todo occidente-. La estigmatización del Islam después de los atentados de septiembre de 2001 y de fenómenos como Al Qaida o el Estado Islámico lo prueban.
El nodo de la discusión, entonces, se bifurca hasta caer en el pozo ciego de generalizaciones simplistas que permiten justificar las políticas de saqueo neocoloniales ya avanzado el tránsito por el siglo XXI. La intervención de las potencias económico militares en los países que poseen abundantes recursos en bienes naturales a partir de la industria de las guerras va sosteniéndose en un andamiaje basado en el discurso del odio y la intolerancia hacia las creencias de otros sistemas como materia prima.
Otra de las maneras en que se manifiesta la intolerancia es en la burla o infantilización de las creencias.
Desde diversos formatos de publicaciones, la desacralización, el desprecio por otras culturas y sus rituales más profundos, son las formas de atropello desde un capitalismo cruento que pretende imponer su ideología de mercado bajo la creencia del dios dinero.

La cultura del desprecio
Esta violencia es constitutiva de la cultura occidental europea que arraiga un desprecio al otro cuando se manifiesta profundamente como diferente -y no puede diluirlo en tarjetas postales de minorías folklóricas dentro de la industria del turismo-.
La burla demuestra un acto de creencia en una superioridad mental, principalmente en ciudades que se van poblando de racismos. Basta recordar las barricadas con autos en llamas y las alzadas en protesta en Francia y caminar hoy por estas ciudades europeas, bellas, y de monumentos fastuosos donde por cada esquina hay algún inmigrante musulmán precarizado como vendedor callejero o en algún rebusque en un sistema que lo expulsa y denigra. Aquí los empleos no son por capacidad o competencia sino por nacionalidad.
Actualmente, en Francia viven aproximadamente unos seis millones de musulmanes, algunos provienen de la inmigración reciente, pero otros pertenecen a generaciones de familias nacidas en Francia de las ex colonias o de las guerras en la región. Sin embargo, como explica el pensador Herszkowich en la revista Anfibia, existe todavía una asociación, en el sentido común francés, y europeo en general, entre el musulmán y el extranjero donde “los jóvenes de los suburbios, entonces, viven con la amenaza del desempleo, el hostigamiento policial, y la desconfianza de una sociedad que no los considera franceses de pura cepa. Los discursos xenófobos de la derecha, que asocia a la inmigración con el terrorismo y los males económicos de los franceses, y la necesidad de los partidos tradicionales de asegurarse que sus votos no se dirijan hacia esa derecha, no hace más que profundizar esa situación. Mientras tanto, crecen en toda Europa los movimientos abiertamente xenófobos, antiinmigración, y antimusulmanes”.
La Francia majestuosa e ilustrada alberga miradas despectivas y socarronas que se disparan en un sistema económico, social y cultural que tacha y reprime al diferente. El uso político del atentado y su grito final “Alá tuvo justicia” operará como leit motive para engordar la furia y el desenfreno con que avanza la “cruzada antiterroristas” en las guerras europeas. Bajo el estruendo de acrecentar compras de armas en Estados blancos armados, se solapa la complejidad de la muerte en el periódico de Charlie Hebdo.
Complejidad que desde los reporteros gráficos, periodistas, comunicadores digitales y quienes van conformando parte de las redacciones y responsables de la construcción de discurso necesita poder desentramazar para abordar los hechos sociales anudados en la intolerancia, el desprecio y el atropello en las sociedades liberales de mercado.
Partiendo de la base de repudiar, con absoluto énfasis y energía, la horrenda masacre protagonizada por los mercaderes de la muerte -sea cual fuere la organización o potencia para la que prestan sus deleznables servicios- acaecida en la publicación satírica parisina y que cobrara la vida de una docena de trabajadores de prensa.

Ximena Cabral es Secretaria de Cultura del Cispren.
http://www.argenpress.info/2015/01/libertad-de-expresion-medios-y.html

Mundo-La industria terrorista y el proyecto de formar el gran medio oriente

viernes, 16 de enero de 2015-ARGENPRESS.info

Juan Francisco Coloane (especial para ARGENPRESS.info)

Para explorar las causas del terrorismo de última generación, asociadas por geografía y forzadamente, con cierto fundamentalismo islámico, en el residual histórico del análisis tiende a omitirse la influencia del proyecto para reformar el medio oriente y una amplia zona adyacente.
Este proyecto adquiere cuerpo legal en el congreso de Estados Unidos a partir de las gestiones del senador republicano estadounidense Richard Lugar en 2004, para crear un gran fondo fiduciario y así lanzar el plan para formar un Gran Medio Oriente. Dijo Lugar en junio de 2004: “Se deben obtener las metas de reforma de los sistemas económicos, a la cual dichos estados se han resistido por décadas. Estas metas incluyen reformar el sistema económico, reducir el control del Estado de las economías, diversificar las industrias y reformar los mercados laborales… también se incluirán reformas políticas”. También consistía en la formación de una fuerza de control del terrorismo con la intervención de la OTAN. (Brookings.edu. marzo, 2004).
El proyecto coordinado desde el congreso de Estados Unidos, recibe un apoyo importante con el lanzamiento en abril de 2005, del Tercer Informe de Desarrollo Humano para el Mundo Árabe preparado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Esto ocurre a dos años de la ocupación militar en Irak lo que indica un proceso acelerado en una especie de “ahora o nunca” para reestructurar el medio oriente en un formato ampliado con democracias previsibles y proclives a formar alianza con el orden transatlántico. El informe del PNUD divulgado el 7 de abril del 2005 se centraba en las libertades políticas en las naciones árabes: “De acuerdo a los estándares del siglo XXI, los países árabes no han resuelto las aspiraciones de desarrollo del pueblo árabe, la seguridad y la liberación, a pesar de las diversidades entre un país y otro a este respecto…hay un consenso en que existen graves carencias en el mundo árabe, y que éstas se sitúan específicamente en la esfera política”. (PNUD. 2005)
Estas recomendaciones empalman con el esfuerzo de consolidar la unidad transatlántica. En un trabajo compilado por Ronald Asmus, (The Washington Quarterly. 2005), se indica la necesidad de una estrategia transatlántica para promover la democracia bajo el diseño de un Gran Medio Oriente. La invasión a Irak de 2003 fue el gran detonante y facilitador para implementar esta idea precedida por un ambicioso plan de Naciones Unidas elaborado en 2002, y que contemplaba democratizar los regímenes políticos autoritarios, incluyendo el cambio de régimen. Con el advenimiento de un grupo expandido de ideólogos neoconservadores durante la administración de George W. Bush, que se apodera virtualmente de la política exterior de Estados Unidos, los componentes básicos de este proyecto menos radical en cuanto a la acción unilateral, se transforman en vías rápidas de generar condiciones para el intervencionismo, eufemísticamente desestabilizar para intervenir. En el corazón del pensamiento neoconservador, la ONU no sirve para la transformación de países en clave de mundo desregulado y menos atado a la burocracia estatal que es la esencia del funcionamiento de la ONU.
La idea de democratizar “a la occidental” el mapa político del Medio Oriente y el Norte de África, proviene de los imperativos del sistema financiero mundial. El objetivo es transferir los valores del estado liberal a los países árabes e incorporar a una gran zona de recursos, principalmente los energéticos (más del 60% de las reservas petroleras del mundo) y humanos, que entregarían nuevo vigor a la economía global en crisis, pero no solucionarían los problemas políticos del estado liberal que bajo la globalización han aumentado, por la creciente desigualdad y concentración de poder en ciertas regiones. Es así que la incorporación de nuevos capitales y mercados con democracias “a la occidental”, deberían funcionar como dos tenazas en pos de la supremacía global en un capitalismo comandado bajo la doctrina neoconservadora y en clave de gobernabilidad totalitaria.
Pero la estrategia a través del control político ideológico del mundo árabe e islámico promoviendo democracias “a la occidental” falló y por tanto había que directamente intervenir con medidas de más coerción acudiendo a la violencia política y social. El neoconservadurismo que se maneja desde los cuarteles centrales del gran capital internacional y de sus delegados en los países, no ha encontrado un campo más fértil de reclutamiento que el que ofrecen las zonas más pobres y desafectadas del mundo islámico, incluyendo a los países de Europa Occidental con población islámica marginalizada, para generar una industria del terrorismo en función de provocar pánico político y social en determinados países.
Aunque el término “industria del terrorismo” suene extravagante, es lo que es. En notas anteriores para ARGENPRESS, analizando la crisis internacional en torno a la guerra que libra Siria contra el terrorismo desde 2011, me he referido a esa industria no estatal, (aunque recibe fondos estatales de varias naciones), que ha utilizado a Siria como una probeta de ensayo. Esta intervención se sitúa en el tipo de intervencionismo unilateral que se ubica al centro de la doctrina en política exterior del partido republicano y que ha sido capaz de insertarlo en la política exterior de Estados Unidos como parte de su estrategia por la supremacía global.
Ese tipo de intervencionismo unilateral ha sido utilizado en la operación “Contras”, en Nicaragua, para desestabilizar el gobierno Sandinista en la década de 1980, y que estuvo ligado a al affaire Irán-Contras durante la guerra de Irán con Irak, en plena presidencia de Ronald Reagan un mentor del neoconservadurismo.
La historia es muy conocida. Estados Unidos le vendió secretamente armas a Irán violando las propias normas del bloqueo a Irán. Los ingresos por esa venta incrementaría los fondos de la guerrilla anti gobierno sandinista llamada Contras, pese a existir una expresa disposición del congreso de suspender el apoyo financiero a los Contras, debido a una fuerte presión internacional.
Este tipo de intervención unilateral y violando todas las normas del derecho internacional y la Carta de Naciones Unidas, tuvo otra expresión distintiva en la actividad terrorista que el régimen del Apartheid introdujo en los movimientos políticos para desestabilizar a los gobiernos no alineados con la Alianza Transatlántica en Mozambique y Angola, en la década de 1980. Estas intervenciones también operaron bajo el rótulo de guerras o guerras civiles. Esas guerras, a otra escala, en un contexto histórico diferente, con otras variables en juego y con la Unión Soviética como factor de contención, también fueron escenario de los desmanes, las decapitaciones y otras aberraciones que se practican hoy bajo la fachada del EIL o DAESH en Siria e Irak.
La diferencia de estas intervenciones con las anteriores consiste no tanto en los niveles del daño a la población, sino en la escasa información al público de las atrocidades porque la industria mediática en Estados Unidos y Europa Occidental principalmente, no había anticipado el inmenso lucro que se podría obtener con la exposición de la barbarie. También existía en esa misma industria mediática, cierto decoro en mantener alguna equidistancia respecto a favorecer uno u otro bando.
Hoy, ese escenario mediático ha cambiado radicalmente. Los medios de mayor alcance en occidente toman partido y el caso más patente ha sido el apoyo abierto de muchos de esos medios, al plan de derrocar al gobierno en Siria. Buenos ejemplos han sido CNN, Al Jazeera, Le Monde, El País de España, y The New York Times, hasta cierto punto. The New Yorker que hasta los reportajes de Seymour Hersh, (hoy, desaparecido de sus páginas) mantenía una postura para un análisis más abierto, bajo la dirección de David Remnick se ha transformado en una publicación deformadora de la verdad de lo que sucede en Siria, con el uso de reporteros propios de la revista y locales, que entregan una visión parcial dirigida a mantener el clima de derrocamiento de un gobierno.
Todo esto ocurre por el predominio de idea neoconservadora en política internacional que se administra desde Estados Unidos pero que atraviesa fronteras y latitudes. La idea central en el neoconservadurismo es re-posicionar a EEUU como la mayor potencia política y militar. La segunda consiste en profundizar a escala mundial los ejes del ajuste económico estructural de la década de 1980: privatizar, desregular, abrir zonas de libre mercado, desestatizar la gestión económica y social. La idea es un mundo convertido en un “Tea Party” para todos, con la refundación del estado liberal desde las bases neoconservadoras.
La palabra fascista asusta, neoconservadurismo no. La empresa privada y el libre mercado desregulado, aunque maltraten a los trabajadores y se relacionen con ellos en todos los estamentos en un sistema cercano a la esclavitud, expresamente no es asociada con el fascismo. De allí que el neoconservadurismo aparezca como una vuelta de tuerca a la sofisticación del fascismo en la actualidad.
La industria terrorista que asola a Siria e Irak bajo la fachada del islamismo fundamentalista, la que ha golpeado a Francia con el último atentado, forma parte del mismo proyecto de formar el gran medio oriente, que fracasó con la idea democratizadora. Ahora se trata de desestabilizar directamente, de generar más tensión y nuevas crisis para justificar intervenciones invasivas. Los errores de ese tipo de intervenciones en Afganistán, Irak y ahora que se contienen en Siria, se pagan caro a todos los niveles, incluyendo una revista satírica. La industria terrorista que opera en la actualidad, es una invención neoconservadora que se fue formando a medida que el proyecto de formar el gran medio oriente no prosperaba.

http://www.argenpress.info/2015/01/la-industria-terrorista-y-el-proyecto.html