martes 14 de junio de 2011
MISIONES ON LINE
El 17,6% de los niños argentinos de 5 a 17 años realiza algún tipo de trabajo. El número es un promedio de lo que ocurre a nivel nacional en grandes centros urbanos, pero hay regiones, como el Gran Tucumán, en donde la situación es mucho peor: allí llega al 24,6 por ciento.
Los datos son del segundo semestre de 2010 y surgen del Observatorio de la Deuda Social de la Infancia de la Universidad Católica Argentina (UCA), que midió a seis mil hogares de todo el país para abordar la temática del trabajo infantil en las grandes ciudades de Argentina.
El universo de chicos que trabajan se divide en dos grupos: los que realizan actividades domésticas en forma intensiva (limpian, lavan, cuidan a los hermanos, hacen la comida todos los días, juntan agua, leña), o actividades económicas (ayudan a sus familiares u otras personas en un trabajo, hacen alguna actividad para ganar dinero por su cuenta como empleado a aprendiz) y existen contrastes según la edad: entre los 14 y los 17 años el promedio de chicos que trabajan es de 32,4 por ciento, mientras que entre los chicos de 5 y 13 años, ese número es del 10,6 por ciento.
La investigación resume datos referidos al trabajo infantil urbano en el país, quedando afuera la realidad de los chicos que trabajan en ámbitos rurales, donde la situación en general es más preocupante y donde se encuentran más a menudo casos de explotación laboral. Una situación que hace más urgente la aplicación de políticas públicas para prevenir y erradicar un problema que, como se ve en este informe, afecta a miles y miles de chicos y adolescentes en todo el país.
El trabajo en la niñez y adolescencia afecta la inclusión educativa, aumenta la probabilidad de rezago educativo y de ausentismo escolar. Tanto es así que entre los 5 y 17 años, período en que la escolarización es obligatoria, la no asistencia a la escuela alcanza a nivel nacional el 9,1 por ciento entre los niños y adolescentes trabajadores, mientras que entre los no trabajadores es de 3,9 por ciento.
Es decir, que la propensión a no asistir a la escuela es de más del doble entre los niños y adolescentes que trabajan. La situación más preocupante es en los adolescentes: entre ellos, la no asistencia a la escuela es del 14 por ciento entre los trabajadores, frente al 8,6 por ciento de sus pares que no trabajan, según cifras a nivel nacional.
Las desigualdades son mayores cuando se trata de rezago educativo, esto es la probabilidad de repetir de grado u año y transitar el ciclo educativo con mayor edad que la correspondiente al año en curso. Entre los niños/as de 5 a 14 años la probabilidad de rezago educativo se duplica entre los niños/as trabajadores respecto de sus pares que no trabajan, mientras que entre los adolescentes no llega a duplicarse pero pasa de 21% entre los adolescentes que no trabajan a 35% en los trabajadores.
http://www.argenpress.info/2011/06/el-trabajo-infantil-afecta-al-176-de.html
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