jueves, 30 de enero de 2014

Arg- GBA- La Provincia integró la mesa contra el trabajo infantil en General Pueyrredón

17-1-14 GBA COPRETI

Compromiso conjunto entre la Nación, la Provincia y el Municipio

El pasado 15 de enero se llevó a cabo en la secretaría de Desarrollo Productivo de Mar del Plata un nuevo encuentro de la Mesa para la prevención y erradicación del Trabajo Infantil del partido de General Pueyrredón. El mismo contó con la presencia de la coordinadora de la  Comisión Provincial para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil (COPRETI), María Cecilia Nogueira.
Durante el encuentro, se presentaron los resultados de un informe diagnóstico acerca de la situación del trabajo infantil en el partido y las particularidades en el sector de la pesca, frutihortícula y en basurales.
Asimismo, se estableció una agenda de trabajo conjunta con el objetivo de desarrollar intervenciones que lleven a la erradicación del trabajo infantil.
“El  ministro de Trabajo provincial, Oscar Cuartango nos marca un compromiso claro e ineludible en relación al trabajo articulado entre la Nación, la Provincia y los municipios para la erradicación del trabajo infantil. El trabajo es para los adultos, los niños y niñas tienen que jugar y aprender.” enfatizó la funcionaria provincial.
Cabe destacar que participaron de la reunión representantes del Consejo de Infancia, del Servicio Local de Promoción y Protección de Derechos, organización de la Sociedad Civil La Alameda, del ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, del servicio de Operadores de Calle, el Lic. Francisco Senno y de los productores de pesca costera, entre otros.
http://www.trabajo.gba.gov.ar/informacion/copreti/noticia.asp?id_Noticia=3365

Conferencia de Manuel Castells en Fronteiras do Pensamiento 2013

30-1-14 Sociologia Contemporanea
CONFERENCIA Manuel CASTELLS y otras Conferencias
bajar en 
http://sociologiac.net/2014/01/30/conferencia-de-manuel-castells-en-fronteiras-do-pensamiento-2013/

Vía @fronteirasweb








UNICEF- EMI 2014: todos los niños y niñas cuentan- Comebtario PJ

29/01/2014 | Actualizada a las 11:26h | La infancia en datos

Todos los niños y niñas cuentan. Revelando las disparidades para impulsar los derechos de la niñez. Es el título del informe El Estado Mundial de la Infancia (EMI) de 2014 en cifras, presentado hoy por UNICEF y en el que se insta a realizar un mayor esfuerzo e impulsar la innovación para identificar y abordar las brechas que impiden que los niños más desfavorecidos de entre los 2.200 millones que hay en el mundo disfruten de sus derechos.
 Para UNICEF, es fundamental contar con datos para lograr avances para los niños, así como poner de manifiesto el acceso desigual a servicios básicos y a sistemas de protección, algo que daña las vidas de tantos niños.  
 “Los datos han permitido salvar y mejorar las vidas de millones de niños, especialmente de los más desfavorecidos”, ha dicho Tessa Wardlaw, jefe de la sección de Datos y Análisis de UNICEF. “Sólo se podrá progresar más si sabemos qué niños son los más desatendidos, dónde hay niños y niñas que no pueden ir a la escuela, dónde hay enfermedades descontroladas o dónde falta saneamiento básico”.
LOGROS Y DESAFÍOS
Desde que en 1989 se firmó la Convención sobre los Derechos del Niño se han logrado grandes progresos, al igual que en el avance de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de 2015
El EMI 2014 en cifras, el informe anual más importante de UNICEF, refleja que:
  • Unos 90 millones de niños habrían muerto antes de cumplir los 5 años si las tasas de mortalidad infantil se hubieran mantenido en los niveles de 1990, pero han sobrevivido. En gran medida, esto se debe a los progresos realizados en ámbitos como la vacunación, la salud o los servicios de agua y saneamiento.
  • Las mejoras en los niveles de nutrición desde 1990 han producido una reducción del 37% en el número de niños con retraso del crecimiento.
  • La matriculación de niños en enseñanza primaria ha aumentado, incluso en los países menos desarrollados: mientras que en 1990 sólo 53 de cada 100 niños en esos países entraba en la escuela, en 2011 la cifra era de 81 de cada 100.
Aun así, las estadísticas del informe también ponen el foco en las violaciones de derechos de la infancia que se siguen produciendo:
  • Unos 6,6 millones de niños menores de 5 años murieron en 2012, la mayoría debido a causas prevenibles, lo cual viola su derecho fundamental a vivir y desarrollarse.
  • El 15% de los niños del mundo tienen que trabajar, comprometiendo su derecho a ser protegidos de la explotación económica y vulnerando su derecho a aprender y jugar.
  • El 11% de las niñas se casa antes de cumplir los 15 años, poniendo en riesgo sus derechos a la salud, educación y protección.
Los datos también revelan brechas y desigualdades, mostrando que los logros conseguidos en desarrollo están distribuidos de manera desigual:
  • Los niños más pobres del mundo tienen casi tres veces (2,7) menos posibilidades que los más ricos de nacer bajo la atención de personal cualificado, lo cual les deja a ellos y a sus madres en alto riesgo de sufrir complicaciones relacionadas con el parto.
  • En Níger, sólo el 39% de los hogares rurales –frente al 100% de los urbanos- tiene acceso a agua potable.
  • En Chad, de cada 100 niños que estudia secundaria sólo lo hacen 44 niñas. Esto les deja sin educación, y sin los servicios y la protección que los colegios pueden proporcionar.
El informe destaca que “contar con los niños les hace visibles, y este acto de reconocimiento hace posible abordar sus necesidades y avanzar en sus derechos”. Además, señala que innovar en la recogida de datos, su análisis y su difusión posibilita desagregar los datos por factores como la ubicación, riqueza, sexo, etnia o discapacidad, para incluir a los niños que han sido excluidos o ignorados en estadísticas más generales.
MAYOR INVERSIÓN EN INNOVACIÓn
El documento insta a realizar una mayor inversión en innovación para corregir el error de la exclusión. “La exclusión termina cuando empiezan a usarse datos inclusivos. Para mejorar el alcance, la disponibilidad y la fiabilidad de los datos sobre las privaciones a las que se enfrentan los niños y sus familias, las herramientas de recopilación y análisis son modificadas constantemente –y se están desarrollando otras nuevas. Esto requerirá compromiso y una inversión continuada”, dice el informe.
 Han pasado 30 años desde que se empezara a publicar el Estado Mundial de la Infancia, que incluye tablas con estadísticas nacionales y globales estandarizadas, que ofrecen una foto detallada de la situación de la infancia. Con el lanzamiento de esta edición del informe dedicada a los datos estadísticos, UNICEF invita a aquellos que tienen la responsabilidad de tomar decisiones y al público en general a acceder y utilizar estas estadísticas disponibles en www.data.unicef.org para fomentar cambios positivos para los niños.
 “Los datos no cambian el mundo por sí mismos. Hacen posible el cambio, identificando necesidades, apoyando la concienciación y midiendo el progreso. Lo más importante es que aquellos que toman decisiones usen los datos para hacer un cambio en positivo, y que los datos estén disponibles para que los niños y las comunidades los utilicen como sujetos de derecho”.

http://www.unicef.es/actualidad-documentacion/noticias/emi-2014-millones-de-ninos-y-ninas-sufren-desigualdad-y-exclusion?utm_source=Facebook&utm_medium=SocialMedia&utm_campaign=EMI2014


El Estado Mundial de la Infancia de 2014 en cifras: todos los niños y niñas cuentan
               Fecha de publicación (Año): 2014
Este informe subraya la importancia de contar con datos para lograr avances para los niños, y de poner de manifiesto el acceso desigual a servicios básicos y a sistemas de protección, algo que daña las vidas de tantos niños.
Desde que en 1989 se firmó la Convención sobre los Derechos del Niño se han logrado grandes progresos, al igual que en el avance de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de 2015.
Por ejemplo, unos 90 millones de niños habrían muerto antes de cumplir los 5 años si las tasas de mortalidad infantil se hubieran mantenido en los niveles de 1990, pero han sobrevivido gracias a los progresos hechos en vacunación o salud, entre otras ámbitos.

bajar Info Completo en:

CIFRAS...Que Logros???
Todxs Sabemos que los NIÑXS CUENTAN...!!! Sobre todo, a quienes nos ocupamos de la Infancia!!!
Ya Sabemos...hace mucho tiempo..como se ha instalado la Pobreza e Indigencia ...a nivel Local, Regional, Nacional y Global..!!
Q´ NOS DICE de NUEVO HOY...UNICEF ???...Un raconto..y Mas de LO MISMO!!???
 Sin Precisiones... respecto a posibles Acciones Positivas para un Posible Cambio de Situacion...??Solo dice "palabras sonoras" q´...en ACTO...NADA dicen...simplemente "emblemas" q´Todxs acordamos...xro sin Resonancia Efectiva y Concreta!!!
Q´ HIZO c/DATOS y Preciciones ANTERIORES???...A NIVEL GLOBAL!!!...(ya q tiene a disposicion TODOS los Datos...???)... TAN SOLO MUESTRA...NUEVAMENTE...EL CUADRO DE SITUACION GLOBAL!!!...ACTUAL!!!...Para q´??? 
Q´POLITICAS GLOBALES HA IMPLEMENTADO UNICEF...RESPECTO A LA INFANCIA en el ultimo decenio??? acorde a sus datos e informaciones de Coyuntura...en las diversas Regiones??? 
Es q´UNICEF SOLO es un ámbito de DENUNCIA???...solo éso??
Quiza...éso parece ser...hace mucho tiempo...Un Organismo q´es tan solo un espacio que da testimonio del Estado de Situacion de la Infancia...y NADA MAS!!!!
PJ




lunes, 13 de enero de 2014

Arg Reg Centro- NARCOS. Carlos del Frade

 12-13

Nombres y apellidos de los narcos en Rosario, por el periodista Carlos Del Frade.

 En el marco del lanzamiento de la Red Antimafia en Rosario la exposición del periodista Carlos Del Frade fue lapidaria. El saqueo que sufrió Rosario, una ciudad industrial que hoy es sede del crimen organizado. El narcotráfico como mascara del capitalismo.
* por la redacción de Agenda Oculta.
La situación de Rosario, la provincia de Santa Fe y con seguridad cada rincón del país posee un sistema que es basado en un “entramado de relaciones gubernamentales, de fuerza de seguridad, de empresarios e abogados y como último nivel los que ponen el cuerpo que son los pibes”. Indicó que en lo que va del año son 235 asesinados en Rosario y que el 70% son menores de 35 años, dice que esto a la gente de Rosario no les interesa debido a que creen que “hay que dejarlos, que se están matando entre ellos” habla de un racismo “impuesto” por los grandes medios de comunicación. El periodista pide que se pare con estos asesinatos en Rosario, e implica que la sociedad es cómplice de esto por no llamarse a la acción, que son cómplices de un “plan de exterminio, que es un plan de control social”. Afirma que “los pibes que se matan en el barrio son las manos sucias, socios en última instancia de los delincuentes de guante blanco que saquearon la ciudad y se llevan millones y millones de pesos”

El periodista de investigación hace referencia a la privatización del Banco Provincial de Santa Fe, que fue entregado a los hermanos Ron, ya conocidos y enunciados en ese momento como narcos lavadores y la privatización del Puerto de Rosario, también del presidente de Newell’s, Eduardo López, denunciado por el lavado de 10 millones de dólares.

Carlos del Frade hace referencia a que “como todo fenómeno capitalista, este es un negocio que viene de arriba hacia abajo”, cuenta que primero fue el lavado de dinero el gran negocio, contadores, abogados, dueños de medios de comunicación, corrupción policial, corrupción judicial.
Para el periodista, Argentina se convirtió en un país narco, por diversos factores, “al problema social de la falta de trabajo, de estudio, de deporte, de entretenimiento de cultura”. “Estamos en un país narco”, aseguró.
Denuncia que en Rosario hay cuatro grupos manejando el negocio, 2 mil millones de pesos anuales mientras que el presupuesto de la municipalidad es de 3600, el 54% del presupuesto la municipalidad para atender las necesidades cotidianas de un millón de habitantes es lo que maneja estas cuatro familias, la familia Cantero en el sur, Los Monos, en la zona oeste Luís Medina, los Albarados en el centro de rosario y en la zona norte "Los Pillines", la barra brava de Central, estas se denunciaron en febrero. Insiste con que “la mafia esta de arriba hacia abajo”, asegura que los que tienen que ir presos son “los delincuentes de guantes blancos, los que se disfrazan de funcionarios, los que se visten de fuerza de seguridad, que son los que están en realidad para hacer el negocio”.
 Sostiene que “el mayor cartel de distribución que tenemos en las tres principales provincias de la Argentina: Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, son las policías provinciales en complicidad con los que dejan entrar la droga en cantidad por todas las fronteras de la Argentina”. Hace referencia a un informe de las Naciones Unidas en donde indica que “la Argentina es el primer país consumidor de alcohol, tabaco y cocaína de América y es el tercer país exportador de cocaína a Europa”.
Del Frade hace mención de una reciente encuesta de Santa Fe, en donde indica que Santa Fe es el primer consumir de cocaína, pero que el 70% de los que están presos por estupefacientes son madres, de barrios humildes, que vendían para poder darle de comer a sus hijos. Agrega que por estas situaciones es necesario lanzar una red anti mafia en Rosario. Resalta que lo importante es “hablar, decir lo que los demás callan”, invitando de esta forma a denunciar estos actos delictivos y sosteniendo que la lucha es cuerpo a cuerpo, en los barrios.
http://www.agendaoculta.net/2013/12/diagnostico-de-carlos-del-frade-sobre.html

lunes, 6 de enero de 2014

ALatina- Dos horas más con Fidel- I. Ramonet

6-1-14 le Monde español.Nº: 219   Enero  2014

Dos horas más con Fidel
Ignacio Ramonet


País:  Cuba     

Yo había llegado a Cuba cuatro días antes. Venía de la Feria de Guadalajara (México) donde estuve presentando mi nuevo libro Hugo Chávez. Mi primera vida (1), conversaciones con el líder de la revolución bolivariana. En La Habana, se estaba celebrando con inmenso éxito, como cada año por estas fechas, el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. Y su director, Iván Giroud, tuvo la gentileza de invitarme al homenaje que el Festival deseaba rendirle a su fundador, Alfredo Guevara, un auténtico genio creador, el mayor impulsor del cine cubano, fallecido en abril de 2013.
Como siempre cuando llego a La Habana, había preguntado por Fidel. Y a través de varios amigos comunes le había transmitido mis saludos. Hacía más de un año que no lo veía. La última vez había sido el 10 de febrero de 2012 en el marco de un gran encuentro “por la Paz y la preservación del Medio Ambiente”, organizado al margen de la Feria Internacional del Libro de La Habana, en el que el Comandante de la revolución cubana conversó con una cuarentena de intelectuales (2).
Se abordaron, en aquella ocasión, los temas más diversos, empezando por el “poder mediático y la manipulación de las mentes” del que me tocó hablar en una suerte de ponencia inaugural. Y no se me olvida la pertinente reflexión que hizo Fidel al final de mi exposición: “El problema no está en las mentiras que los medios de comunicación dominantes dicen. Eso no lo podemos impedir. Lo que debemos pensar hoy es cómo decimos y difundimos nosotros la verdad”.
Durante las nueve horas que duró esa reunión, el líder cubano impresionó a su selecto auditorio. Demostró que, a sus entonces 85 años de edad, conservaba intacta su vivacidad de espíritu y su curiosidad mental. Intercambió ideas, propuso temas, formuló proyectos, proyectándose hacia lo nuevo, hacia el cambio, hacia el futuro; sensible siempre a las transformaciones en curso del mundo.
¿Cuán cambiado lo hallaría ahora, diecinueve meses después? Esto me preguntaba yo a bordo del vehículo que me acercaba a él. Fidel había hecho pocas apariciones públicas en las últimas semanas y había difundido menos análisis o reflexiones que en años anteriores (3).
Llegamos. Acompañado de su sonriente esposa, Dalia Soto del Valle, Fidel me esperaba a la entrada del salón de su casa, una pieza amplia y luminosa abierta sobre un soleado jardín. Lo abracé con emoción. Se le veía en estupenda forma. Con esos ojos brillantes cual estiletes sondeando el alma de su interlocutor. Impaciente ya de iniciar el diálogo, como si se tratase, diez años después, de proseguir nuestras largas conversaciones que dieron lugar al libro Cien horas con Fidel (4).
Aún no nos habíamos sentado y ya me formulaba infinidad de preguntas sobre la situación económica en Francia y la actitud del Gobierno francés... Durante dos horas y media, charlamos de todo un poco, saltando de un tema a otro, como viejos amigos. Obviamente se trataba de un encuentro amistoso, no profesional. Ni grabé nuestra conversación, ni tomé apunte alguno durante el transcurso de ella (5). Y este relato, además de dar a conocer algunas reflexiones actuales del líder cubano, sólo aspira a responder a la curiosidad de tantas personas que se preguntan, con buenas o malas intenciones: ¿cómo está Fidel Castro?
Ya lo he dicho: estupendamente bien. Le pregunté por qué aún no había publicado nada sobre Nelson Mandela, fallecido hacía ya más de una semana. “Estoy en ello –me declaró–, terminando el borrador de un artículo (6). Mandela fue un símbolo de la dignidad humana y de la libertad. Lo conocí muy bien. Un hombre de una calidad humana excepcional y de una nobleza de ideas impresionante. Es curioso ver cómo los que ayer amparaban el Apartheid, hoy se declaran admiradores de Mandela. ¡Qué cinismo! Uno se pregunta, si únicamente tenía amigos, ¿quién entonces metió preso a Mandela? ¿Cómo el odioso y criminal Apartheid pudo durar tantos años? Pero Mandela sabía quiénes eran sus verdaderos amigos. Cuando salió de prisión, una de las primeras cosas que hizo fue venir a visitarnos. ¡Ni siquiera era todavía presidente de Sudáfrica! Porque él no ignoraba que sin la proeza de las fuerzas cubanas, que le rompieron el espinazo a la elite del Ejército racista sudafricano en la batalla de Cuito Cuanavale [1988], y favorecieron así la independencia de Namibia, el régimen del Apartheid no se hubiese derrumbado y él se hubiera muerto en la cárcel. ¡Y eso que los sudafricanos poseían varias bombas nucleares, y estaban dispuestos a utilizarlas!”
Hablamos después de nuestro amigo común Hugo Chávez. Sentí que aún estaba bajo el dolor de la terrible pérdida. Evocó al Comandante bolivariano casi con lágrimas en los ojos. Me dijo que se había leído, “en dos días”, el libro Hugo Chávez. Mi primera vida. “Ahora tienes que escribir la segunda parte. Todos queremos leerla. Se lo debes a Hugo”, añadió. Ahí intervino Dalia para señalarnos que ese día (13 de diciembre), por insólita coincidencia, se cumplían 19 años del primer encuentro de los dos Comandantes cubano y venezolano. Hubo un silencio. Como si esa circunstancia le confiriera de pronto una indefinible solemnidad a nuestra visita.
Meditando para sí mismo, Fidel se puso entonces a recordar aquel primer encuentro con Chávez del 13 de diciembre de 1994. “Fue una pura casualidad –rememoró–. Me enteré de que Eusebio Leal lo había invitado a dar una conferencia sobre Bolívar. Y quise conocerlo. Lo fui a esperar al pie del avión. Cosa que sorprendió a mucha gente, incluido al propio Chávez. Pero yo estaba impaciente por verlo. Nos pasamos la noche conversando”. “Él me contó –le dije–, que más bien sintió que usted le estaba haciendo pasar un examen...” Se echa a reír Fidel. “¡Es cierto! Quería saberlo todo de él. Y me dejó impresionado... Por su cultura, su sagacidad, su inteligencia política, su visión bolivariana, su gentileza, su humor... ¡Lo tenía todo! Me di cuenta de que estaba frente a un gigante de la talla de los mejores dirigentes de la historia de América Latina. Su muerte es una tragedia para nuestro continente y una profunda desdicha personal para mí que perdí al mejor amigo...”
“¿Vislumbró usted, en aquella conversación, que Chávez sería lo que fue, o sea el fundador de la revolución bolivariana?” “Él partía con una desventaja: era militar y se había sublevado contra un presidente socialdemócrata que, en realidad, era un ultraliberal... En un contexto latinoamericano con tanto gorila militar en el poder, mucha gente de izquierdas desconfiaba de Chávez. Era normal. Cuando yo conversé con él, hace hoy pues diecinueve años, entendí inmediatamente que Chávez se reclamaba de la gran tradición de los militares de la izquierda en América Latina. Empezando por Lázaro Cárdenas [1895-1970], el general-presidente mexicano que hizo la mayor reforma agraria y nacionalizó el petróleo en 1938...”
Hizo ahí Fidel un amplio desarrollo sobre los “militares de la izquierda” en América Latina e insistió sobre la importancia, para el Comandante bolivariano, del estudio del modelo constituido por el general peruano Juan Velasco Alvarado. “Chávez lo conoció en 1974, en un viaje que efectuó a Perú siendo aún cadete. Yo también me encontré con Velasco unos años antes, en diciembre de 1971, regresando de mi visita al Chile de la Unidad Popular y de Salvador Allende. Velasco hizo reformas importantes pero cometió errores. Chávez analizó esos yerros y supo evitarlos”.
Entre las muchas cualidades del Comandante venezolano, subrayó Fidel una en particular: “Supo formar a toda una generación de jóvenes dirigentes; a su lado adquirieron una sólida formación política, lo cual se reveló fundamental, después del fallecimiento de Chávez, para la continuidad de la revolución bolivariana. Ahí está, en particular, Nicolás Maduro con su firmeza y su lucidez que le han permitido ganar brillantemente las elecciones del 8 de diciembre. Una victoria capital que lo afianza en su liderazgo y le da estabilidad al proceso. Pero en torno a Maduro hay otras personalidades de gran valor como Elías Jaua, Diosdado Cabello, Rafael Ramírez, Jorge Rodríguez... Todos ellos formados, a veces desde muy jóvenes, por Chávez”.
En ese momento, se sumó a la reunión su hijo Álex Castro, fotógrafo, autor de varios libros excepcionales (7). Se puso a sacar algunas imágenes “para el recuerdo” y se eclipsó luego discretamente.
También hablamos con Fidel de Irán y del acuerdo provisional alcanzado en Ginebra el pasado 24 de noviembre, un tema que el Comandante cubano conoce muy bien y que desarrolló en detalle para concluir diciéndome: “Irán tiene derecho a su energía nuclear civil”. Para, en seguida, advertir del peligro nuclear que corre el mundo por la proliferación y por la existencia de un excesivo número de bombas atómicas en manos de varias potencias que “tienen el poder de destruir varias veces nuestro planeta”.
Le preocupa, desde hace mucho, el cambio climático y me habló del riesgo que representa al respecto el relanzamiento, en varias regiones del mundo, de la explotación del carbón con sus nefastas consecuencias en términos de emisión de gases de efecto invernadero: “Cada día –me reveló–, mueren unas cien personas en accidentes de minas de carbón. Una hecatombe peor que en el siglo XIX...”
Sigue interesándose por cuestiones de agronomía y botánica. Me mostró unos frascos llenos de semillas: “Son de morera –me dijo–, un árbol muy generoso del que se pueden sacar infinitos provechos y cuyas hojas sirven de alimento a los gusanos de seda... Estoy esperando dentro de un momento a un profesor, especialista en moreras, para hablar de este asunto”.
“Veo que no para usted de estudiar”, le dije. “Los dirigentes políticos –me respondió Fidel–, cuando están en activo, carecen de tiempo. Ni siquiera pueden leer un libro. Una tragedia. Pero yo, ahora que ya no estoy en la política activa, me doy cuenta de que tampoco tengo tiempo. Porque el interés por un problema te lleva a interesarte por otros temas relacionados. Y así vas acumulando lecturas, contactos, y pronto te das cuenta de que el tiempo te falta para saber un poco más de tantas cosas que quisieras saber...”

Las dos horas y media pasaron volando. Empezaba a caer la tarde sin crepúsculo en La Habana, y el Comandante aún tenía otros encuentros previstos. Me despedí con cariño de él y de Dalia, particularmente feliz por haber constatado que sigue teniendo Fidel su espectacular entusiasmo intelectual de siempre.

(1) Ignacio Ramonet, Hugo Chávez. Mi primera vida, Debate, Barcelona, 2013.
(2) http://www.cubadebate.cu/noticias/2012/02/11/nueve-horas-de-dialogo-con-el-lider-de-la-revolucion/
(3) Léase, en particular, Fidel Castro: “Las verdades objetivas y los sueños”, Cubadebate, La Habana, 14 de agosto de 2013. http://www.cubadebate.cu/fidel-castro-ruz/2013/08/14/las-verdades-objetivas-y-los-suenos/
(4) Título de la edición cubana de Fidel Castro. Biografía a dos voces, Debate, Barcelona, 2006.
(5) Todas las citas de Fidel Castro en este artículo son de memoria; no son textuales. Se trata de una reconstrucción a posteriori basada en los recuerdos del autor. En ningún caso pueden atribuírsele tal cual a Fidel Castro.
(6) Fidel Castro, “Mandela ha muerto ¿Por qué ocultar la verdad sobre el Apartheid?”, Cubadebate, 18 de diciembre de 2013. http://www.cubadebate.cu/fidel-castro-ruz/2013/12/19/articulo-de-fidel-mandela-ha-muerto-por-que-ocultar-la-verdad-sobre-el-apartheid/
(7) Léase, en particular:  Alex Castro et al.., Fidel, fotografías, Ediciones Boloña, La Habana, 2012.

http://www.monde-diplomatique.es/?url=editorial/0000856412872168186811102294251000/editorial/?articulo=48a1da81-215c-48d6-89b7-fbabed37cf12

Arg- La población de las villas creció un 52,3% entre 2001 y 2010

6-1-14 LA NACION

Son datos del último censo, que registró a 163.000 personas; los asentamientos del Sur, los de mayor expansión

Por   | 
Según los datos del último censo, en 2010 había 163.587 personas que residían en asentamientos, mientras que en 2001 la cifra era de 107.422. El aumento representa el 52,3% .
Cabe destacar que en la última década no se erradicó ninguna villa en la ciudad. Sólo se desarmó la villa Cartón, un asentamiento creado por el propio Estado porteño, detrás del Parque Roca.
Las villas 31 y 31 bis, en la zona de Retiro, y la 21-24, en el barrio de Barracas, son las que más crecieron en población y en territorio. En el caso de las dos primeras, los especialistas en temas sociales y las autoridades coinciden en el hecho de que los asentamientos se han transformado en un verdadero mercado inmobiliario paralelo.
En el caso de la villa más grande del sur porteño, su crecimiento se explicaría por la ola inmigratoria de los países limítrofes.
"La primera ola inmigratoria hacia lo que llamamos «la ciudad no formal» se produjo a nivel mundial, no sólo local. Comenzó en 2001, y puede decirse que entre 2010 y 2013 las villas no han crecido de la misma manera. Por ejemplo, la villa 31 es un negocio inmobiliario, está ubicada en el lugar más caro y más estratégico de la ciudad", indicó Marina Klemensiewicz, titular de la Secretaría de Hábitat e Inclusión porteña (Sechi).
Lo cierto es que, tal como publicó LA NACION a fines de diciembre pasado, el proceso de crecimiento de las villas 31 y 31 bis no se detiene. Ambas sumaron un nuevo asentamiento, el San Martín, a metros de la terminal de ómnibus de Retiro. En ese espacio ya hay instaladas 3500 nuevas familias, y las construcciones superan el cuarto piso.
El aumento de población de las villas no creció a la par de la superficie que ocupan. En total, en 2001 ocupaban 292,7 hectáreas, mientras que en 2010 la superficie ocupada era de 259,9 hectáreas. "En los últimos 30 años, los asentamientos no crecieron en superficie, sino en altura. Y es que ya no hay más terrenos libres, excepción hecha de aquellos al costado de las vías del ferrocarril, que ahora también están ocupados", explicaron en la Dirección de Estadística Sociodemográfica.
Estos números tampoco indican que se hayan erradicado o urbanizado los asentamientos (ver aparte). Un caso paradigmático es el de la villa 21-24, que se encuentra en terrenos de la Ceamse (Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado), vías del ex Ferrocarril General Belgrano Norte, calle Luna y la costa del Riachuelo. Sus terrenos fueron comprados al Estado nacional hace 15 años por la Asociación Mutual Flor de Ceibo-Villa 21. Sin embargo, como no se habría cumplido con las obligaciones contenidas en el boleto de compraventa, a la mayoría de los vecinos que abonaron las tierras no se les otorgó la escritura correspondiente.
En los últimos 10 años esa población trepó otro 50 por ciento y, según la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, al estar ubicada a la vera del Riachuelo, existe un serio riesgo ambiental y sanitario que afecta a la población infantil, ya que más del 80 por ciento de los menores de la villa padece algún tipo de parasitosis intestinal. "Actualmente estamos desarrollando un programa de urbanización en esa villa dentro del plan de saneamiento del río", explicó Klemensiewicz. En el último año han reubicado a unas 50 familias de la zona.
Otro de los asentamientos más importantes de la ciudad es la villa 1-11-14, en el Bajo Flores. La ocupación de estos terrenos fue progresiva y sin planificación desde la década del 40. Ha tenido un gran crecimiento, especialmente en altura. "Para este año hay un proyecto de infraestructura y urbanización de esta villa en dos manzanas importantes. Hoy ya hay un 70% de las familias que tiene acceso a los servicios básicos", apuntó Klemensiewicz.
Las villas que más crecieron en superficie y población son las del Sur. Entre la 1-11-14 y la 21-24, suman 55.755 personas.
"Lo importante del proceso de transformar la ciudad no formal en formal es acompañar la inversión en infraestructura con construcción de ciudadanía. Es por eso que instalamos en cada una de las villas una oficina del gobierno para que puedan recurrir al Estado cuando lo precisen. Es necesario que se elimine el intermediario en la relación", agregó la funcionaria.
Según las cifras oficiales, casi el 60% de la población en villas y asentamientos vive en el sur de la ciudad. En la comuna 8 (Villa Lugano, Villa Riachuelo, Villa Soldati) uno de cada tres habitantes reside en una villa o asentamiento.
La inseguridad es el principal problema identificado por los vecinos. La mitad manifestó haber sufrido (él o un miembro de su familia) un hecho de delincuencia en el barrio o sus alrededores, tal como señala una investigación realizada por el Departamento de Sociología, la Escuela de Economía Francisco Valsecchi y la Coordinación de Compromiso Social y Extensión de la Universidad Católica Argentina.
Allí también se agrega que el apego al barrio está debilitado por conflictos violentos protagonizados por pandillas (80%), grupos de diferentes "sectores" (62%) y de distintas nacionalidades (62%).
En el gobierno porteño aseguran que trabajan para conectar la ciudad formal con las villas. "La gente de la villa 20 tiene que entender que el Polo Tecnológico es una oportunidad laboral para ellos. Y también tienen que entenderlo los empresarios. Hay que tener una mirada más amplia", sostuvo la funcionaria, quien también mencionó la construcción de la Villa Olímpica, en 2018, como una avance para la zona aledaña al Parque Roca.

Diez años de asentamientos

En la última década no se erradicó ninguna villa de emergencia. Sólo se desarmó la Villa Cartón, un asentamiento que el propio estado porteño había creado detrás del Parque Roca.
También se generaron dos nuevos espacios en donde se ocupó el espacio público y que actualmente se encuentran en pleno litigio judicial: se trata de la villa Rodrigo Bueno, ubicada en la Reserva Ecológica, y el asentamiento en el playón de la Chacarita. En estos dos espacios no hay urbanización posible; sin embargo, día a día se afianza más su ocupación por familias, lo que aumenta la población en los asentamientos ilegales.
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Mundo- ¿Tiene el Estado que regular los cuidados domésticos?- Anne-Marie Slaughter

5-1-14- LA NACION

El trabajo invisible: 

Escondidas en la intimidad del hogar, las tareas de atención a niños, ancianos y enfermos, que recaen naturalmente en las mujeres, representan una parte relevante del PBI de un país, al punto que algunos gobiernos las integran a sus políticas públicas

Anne-Marie Slaughter, brillante politóloga norteamericana, siempre creyó que el camino hacia la igualdad de género era inseparable del avance de la presencia femenina en puestos de poder. La hora de la verdad le llegó en enero de 2009, cuando se convirtió en la primera mujer directora de políticas públicas del Departamento de Estado norteamericano. cargo al que renunció 18 meses después, esgrimiendo razones que escandalizaron al feminismo de su país: Slaughter no podía conciliar las exigencias de la función pública con el cuidado de sus hijos.
Semejante decisión puso el foco en "los trabajos de cuidado", concepto que, para algunas feministas, impulsará en la economía del siglo XXI transformaciones de magnitud similar a las que el lema "lo personal es político" impulsó en la intimidad y la sexualidad del siglo XX.
¿Qué son los trabajos de cuidado? Mucho más que mecer un bebé o colgar la ropa: son una enorme masa de actividades que, escondida en el corazón de lo doméstico, incide, como demuestran algunas investigaciones, de manera considerable en el PBI de cualquier nación. Porque de los cuidados depende no sólo que las generaciones más jóvenes estén alimentadas, educadas y en condiciones -a su tiempo- de ingresar en el mercado laboral, sino también que todos gocemos de cierto bienestar emocional y los mayores, enfermos o discapacitados estén atendidos.
Si las mujeres tradicionalmente se ocupaban de un ámbito tan crucial para el desarrollo de la sociedad, ¿cómo cubrir el espacio que ha dejado su ingreso masivo en el mercado laboral?
Descartados tanto el regreso al modelo del ama de casa tradicional como la opción de idílicas "súper chicas" capaces de dobles o hasta terceras jornadas poslaborales, la Cepal alerta sobre la existencia de una "crisis de los cuidados" de nefastas consecuencias. Investigadoras y feministas proponen una solución: trasladar a lo público lo que alguna vez fue sagrado territorio de lo privado.

Es decir, promover sistemas estatales de cuidado de niños, enfermos y ancianos del mismo modo en que se organizan sistemas de salud o educación; impulsar licencias por maternidad y paternidad que equiparen las responsabilidades de hombres y mujeres ante sus empleadores; asistencia personalizada gratuita para madres recientes o personas con familiares discapacitados; escuelas públicas con horarios extendidos, capaces de adaptarse a la dinámica laboral de las familias actuales. En países con estructuras estatales tan deterioradas como el nuestro, semejante propuesta parece inalcanzable. Sin embargo, muchas de estas opciones ya son una realidad en países europeos y latinoamericanos.

Estructuras que atrasan


"Sigo creyendo que las mujeres podemos «tenerlo todo» (y los hombres también) -escribió Slaughter en The Atlantic tiempo después de su sonada renuncia-. Pero no hoy, no con el modo en que la economía y la sociedad están estructuradas". ¿Habría que considerar, entonces, que la actual armazón social atrasa con respecto a la descomunal transformación experimentada por la población femenina? Algunos pensadores hablan de una "revolución estancada": tras las grandes promesas de igualdad logradas en el siglo pasado, hoy las mujeres suelen dividirse entre las que se abstienen de las grandes ligas profesionales en pos de una dinámica familiar más equilibrada o, en el otro extremo, las que renuncian a la maternidad para insertarse con todas las letras en el competitivo universo laboral. En el medio discurre la gran multitud de mujeres madres y empleadas, con el cansancio a cuestas, las agendas saturadas y el estrés como modo de vida (al menos en nuestro país, se calcula que el 80% de las tareas domésticas y de cuidado está a cargo de la población femenina).
Nada de esto se vislumbraba a mediados del siglo XX, cuando a la incorporación masiva de las mujeres al mercado laboral siguió el "estallido" de la familia nuclear y el consecuente derrumbe del esquema "hombre proveedor/mujer ama de casa". Luego vendrían la maternidad a edad cada vez más avanzada y la prolongación de la expectativa de vida. Al menos en Occidente, no quedó espacio del mundo privado sin transformar, a excepción de uno: los cuidados y tareas domésticas.

"El cuidado es un tema urgente -afirma Natalia Gherardi, directora del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA)-. Pero el Estado no se involucra, el mercado ofrece sus opciones en el sistema oferta /demanda y, finalmente, todo queda en las familias. Y, dentro de las familias, en las mujeres". En plan de describir los agobiados hombros femeninos, Gherardi agrega un ejemplo especialmente ilustrativo: "En una sociedad que está envejeciendo, ¿quién se ocupa de los mayores? Las mujeres de la generación intermedia; o sea, las que están en edad laboral y, además, están criando a sus propios hijos".
Un informe de Cepal publicado en 2009 define la actual "crisis del cuidado" en América latina como "un momento histórico en que se reorganiza simultáneamente el trabajo salarial remunerado y el doméstico no remunerado, mientras que persiste una rígida división del trabajo en los hogares y la segmentación de género en el mercado laboral". El resultado: mientras aumenta la cantidad de personas dependientes de cuidado, disminuye la proporción de aquellos -más bien, aquellas- que están en condiciones de asumir esos cuidados. Así, las mujeres insertas en el mercado laboral suelen sumar a la jornada diaria de trabajo lo que se llama el "segundo turno" y a veces, hasta un tercero, ligados siempre con las tareas de cuidado.
"Mi experiencia como investigadora me indica que se están dando algunos cambios en las generaciones más jóvenes, pero en las parejas heterosexuales estos generalmente se inscriben en que los varones hacen «el favor» de ocuparse por un rato de la crianza y de algunas actividades domésticas -explica la socióloga Graciela Di Marco, investigadora y docente de la Unsam-. Para algunos sectores medios, la difusión mediática de los varones como cocineros legitima un lugar que antes era muy poco practicado. En muchas parejas, es el varón el que cocina, pero si no se analiza el uso del tiempo total de los adultos no se puede afirmar que esto conlleve una disminución de la sobrecarga de las mujeres. Son ellas las que siguen demandando en las empresas, sean privadas o públicas, guarderías de calidad para sus hijos e hijas y una organización más flexible del trabajo."
En De eso no se habla: el cuidado en la agenda pública , un informe publicado por el ELA el año pasado, se explica que durante mucho tiempo los temas que más afectaban a las mujeres (violencia de género, derechos sexuales y reproductivos) eran difíciles de tratar porque permanecían en el ámbito de lo privado. Algo similar estaría ocurriendo con el cuidado: atender a los otros es una tarea que se realiza en horarios tan elásticos y está tan ligada a los atributos convencionalmente asociados a la femineidad (suavidad, altruismo, calidez, abnegación) que apenas resulta visible en tanto trabajo concreto. De acuerdo con el informe de ELA, "Argentina no cuenta con encuestas de uso del tiempo, uno de los principales instrumentos que permite conocer la magnitud y forma de distribución del trabajo de cuidado".
Las encuestas de uso del tiempo y trabajo no remunerado, defendidas por los premios Nobel Joseph Stiglitz y Amartya Sen como herramientas para un conocimiento más preciso de la dinámica económica de una comunidad, están arrojando luz sobre una zona por mucho tiempo en penumbra. Así lo demostró en 2006 la catedrática madrileña María Ángeles Durán cuando, al frente de un estudio del Centro Superior de Investigaciones Científicas (organismo de investigación español), llegó a la conclusión de de que las tareas de cuidado no remuneradas representaban casi el 55% del PBI de la Comunidad de Madrid. Algo similar reveló el Instituto de Estadísticas de México, al establecer que el trabajo no remunerado realizado en los hogares de ese país en 2009 alcanzó aproximadamente el 22% del PBI. De acuerdo con el trabajo que Flavia Marco Navarro y María Nieves Rico publicaron en la compilación Las fronteras del cuidado (ELA/Biblos), esa cifra significó "un aporte al bienestar económico del país superior a la participación de la industria manufacturera (17,6%), la extracción de petróleo y gas (6,9%) o el sector agrícola (3,4%)".

El "muro maternal"

Las tareas domésticas, con su difícilmente cuantificable monto de trabajo son, además, casi inescindibles del ejercicio de la maternidad. En esto probablemente pensaba la académica norteamericana Joan C. Williams cuando, en referencia al "techo de cristal" que en otros tiempos impedía a las mujeres ascender profesionalmente por el simple hecho de ser mujeres, escribió que, actualmente, "muchas mujeres ni siquiera llegan cerca" de aquel techo porque "las frena mucho antes el muro maternal".
Hace diez años, unas cuantas compatriotas de Williams protagonizaron la Revolución de las Opt-Out , mujeres de excelente posición, títulos de universidades prestigiosas y considerables desempeños laborales, que optaban por dejarlo todo para dedicarse a la maternidad full time . Aunque en su momento se las asoció a una suerte de festivo retorno al origen, hoy se las observa como síntoma de algo bien diferente: la inaudita presión que se ejerce sobre aquellas que tienen el mandato de escalar socialmente tan rápido como los hombres y, al mismo tiempo dedicarse a la familia y cuidar del hogar.
En Europa, esta disyuntiva se hizo best seller . La filósofa francesa Elisabeth Badinter generó escándalo -y muchas ventas- con La mujer y la madre , libro donde se equipara la maternidad con una forma de esclavitud. Un revuelo similar provocó la suiza Corinne Maier con No kid: 40 buenas razones para no tener hijos . La otra cara de la moneda la encarna la "súper mujer" Marissa Mayer: nombrada CEO de Yahoo el año pasado mientras cursaba un embarazo, la ejecutiva no se ha cansado de asegurar que sí, es posible que una mujer lo tenga todo.
¿Qué les queda a las que no poseen la excepcional capacidad de trabajo de Mayer, pero igual intentan conciliar el desarrollo profesional con la vida familiar? En ¿Dónde está mi tribu? (Capital Intelectual), la española Carolina del Olmo propone una salida: "Hay que repensar el papel que ocupa la maternidad en nuestra sociedad y cómo queremos vivirla. Conseguir que los cuidados pasen a ocupar el centro de la vida política y económica".
En los países nórdicos algo de esto ya se está haciendo. Por ejemplo, según un informe de BBC Mundo, en Islandia el 82,6% de mujeres en edad laboral trabaja y constituye el 45,5% de la fuerza al laboral. También tienen una de las tasas de fertilidad más altas de Europa: 2,1 niños por mujer. El secreto islandés pareciera radicar en las estructuras legales y sociales pensadas para la equidad, los servicios de cuidado infantil a bajo costo y un régimen de amplias licencias por maternidad y paternidad (tres meses para la madre, tres para el padre y tres para que la pareja los administre como prefiera).
Por otra parte, quienes se preocupan por la dinámica de los cuidados consideran fundamental avanzar en articulaciones que incluyan la escuela. "El horario escolar muchas veces es incompatible con los horarios de trabajo de las madres o los padres -explica Gherardi-. La escolaridad debiera estar integrada a un sistema que contemplara la enorme diversidad que atraviesa nuestra época: desde los diversos modelos y horarios de trabajo hasta las distintas composiciones familiares".
En este sentido se trabaja en Uruguay donde, desde mediados del año pasado, se están realizando debates y consultas destinados al diseño de un Sistema Nacional de Cuidados que impulse "la corresponsabilidad entre las familias y el estado, así como entre mujeres y hombres dentro del hogar". En todo caso, se trataría de poner en letra de la ley lo que con precisión define Graciela Di Marco: "Los temas del cuidado, la crianza, la educación y la salud de niños y niñas no son asuntos privados sino una responsabilidad pública".

Igualdad de derecho, no siempre de hecho

Como ocurre con casi todas las prácticas sociales, la posibilidad de que se generen cambios en el modo de entender la dinámica de los cuidados y su vínculo con la inserción laboral de las mujeres pasa, en buena medida, por el marco legal.
Para Natalia Gherardi, abogada y directora del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género, "el Estado argentino podría reconocer que la regulación actual del empleo está pensada en el modelo de hace 50 años. Las responsabilidades de cuidado exceden en mucho al momento del nacimiento; eso está ausente en la ley de contrato de trabajo, aunque sí se encuentra en algunos estatutos. Pero, en general, la legislación se ha pensado desde el trabajador que no tiene responsabilidad de cuidados. Ése es el paradigma que se debe que cambiar, porque la persona trabajadora con responsabilidad de cuidado (de hijos, pero también de personas mayores o con alguna discapacidad) no es solamente la mujer. Aquí hay un tipo de regulación que el Estado debiera promover."
Por su parte, Matilde Mercado, socióloga e investigadora del Instituto Gino Germani, plantea una salvedad: "Durante las últimas décadas del siglo pasado se observaron cambios significativos en cuanto a la aparición de la normativa laboral basada en la paridad genérica. Sin duda hubo avances en el debate por promocionar y producir cambios respecto del papel de la mujer en las distintas esferas de la vida social. En los organismos internacionales de la región se observa una mayor apertura para la incorporación formal de temáticas de equidad e igualdad con centro en las relaciones de género sexual".
Con respecto a la Argentina, Mercado destaca: "A partir del reinicio y sucesión de gobiernos elegidos democráticamente, se establece un nuevo grupo de normas centrado en la igualdad de oportunidades y trato entre varones y mujeres. Hay un continuum de convenios internacionales ratificados en los que, con relativa sistematicidad, se alude a la flexibilización de la asignación de roles sexuales y a la responsabilidad compartida entre varones y mujeres".
El problema, no obstante, pareciera estar más en los hechos que en el papel: "La integración de las mujeres en la esfera productiva y la vida familiar continúa siendo conflictiva -reconoce la socióloga-. La división sexual jerárquica del trabajo permanece afectando a la mujer como responsable de un conjunto de tareas que debieran ser atendidas por la sociedad en su conjunto". Para Mercado, el fenómeno podría explicarse por "la existencia de una relación inestable entre la igualdad de derecho y la igualdad de hecho".
Martín Hevia, decano de la Escuela de Derecho de la Universidad Torcuato Di Tella, considera que, en lo que hace a mujeres y trabajo, la legislación argentina deja mucho espacio para mejorar.

"Por empezar -asegura-, la extensión de las licencias por maternidad es inferior a la que existe en algunos países de América latina. En cuanto a las licencias para los padres, son muy escuetas. Es evidente que la desigualdad en la distribución de la riqueza impacta, en primer lugar, en la posibilidad de acceder a servicios de cuidado en general y, en segundo lugar, en la posibilidad de acceder a servicios de cuidado de calidad. Asimismo, no está arraigada en la Argentina la idea de que el trabajo de cuidado, no remunerado, es trabajo en el mismo sentido que el remunerado. Hubo un avance en esta dirección con el reconocimiento de las pensiones no retributivas, pero entiendo que estamos a mitad de camino.

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Arg- El Gobierno ha multiplicado los efectos de la desigualdad social en un contexto de crecimiento" ODSA- A Salvia

5-1-14 LA NACION

El coordinador del Observatorio de la Deuda Social de la UCA alerta sobre la cristalización en el país de una "masa marginal" inempleable, casi 4 millones de personas que malviven entre la violencia y la ilegalidad

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La investigación más reciente del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina se conoció en el tórrido y convulsionado final de año, y mostró una realidad evidente, incómoda y preocupante a pesar de la bonanza económica de diez años de kirchnerismo: se han cristalizado situaciones de marginalidad laboral, pobreza estructural y desigualdad social en el país.
Algunas estadísticas del período 2004 a 2012 dan prueba de ello: la pobreza medida por los ingresos afecta a un 25% de la población urbana (10 millones de personas), una de cada 10 viviendas no tiene agua corriente y tres de cada 10 no disponen de cloacas; el 37 % de los jóvenes no termina la secundaria y el 20% no estudia ni trabaja, y el 55% de la fuerza de trabajo no tiene un empleo productivo y protegido.
El sociólogo Agustín Salvia, coordinador e investigador jefe del Programa del Observatorio de la Deuda Social, sostiene que a lo largo de tres décadas, y a pesar del crecimiento económico de diez años del modelo "neodesarrollista", la desigualdad estructural en la Argentina se ha agravado. "No sólo no ha revertido esta tendencia, la ha reproducido. Crecen las torres, pero crecen las villas y los asentamientos. Se dinamizaron los sectores de punta y también los sectores informales. ¿Creció La Salada? Creció, pero no dejó de ser La Salada, con salarios de pobreza, salud de pobreza, educación de pobreza", explica.
Según el investigador del Conicet, así como hubo una década ganada para buena parte de los sectores medios que se recuperaron de la crisis de 2001, hubo también una década desaprovechada y una oportunidad perdida a la hora de definir políticas de Estado y una visión estratégica de inversión para el desarrollo social.
"Pensaron, al igual que el menemismo y el Consenso de Washington, que el derrame iba a llegar, que el crecimiento económico haría que, tarde o temprano, todos terminarían incluidos. Y se equivocaron. Esos sectores no recibieron el derrame, apenas un goteo, y el crecimiento quedó encapsulado en determinados enclaves productivos."
Días después de los saqueos que se multiplicaron en el país, y que dejaron un saldo de 14 muertos, Salvia -que es además coordinador del Programa Cambio Estructural y Desigualdad Social en el Instituto Gino Germani de la UBA- deja en claro que el aumento de la conflictividad social tiene como matriz la desigualdad, no la pobreza. "La responsabilidad de que exista una mafia instalada en los barrios más pobres y de que el narcotráfico y la violencia crezcan no es producto de que la gente es mala, sino de que ha faltado un Estado justo capaz de generar reglas de equidad, de inclusión, de progreso."
-¿Cuándo y por qué se crea el Observatorio de la Deuda Social?
-Se crea como un programa de investigación interdisciplinario en el año 2001, previo a la crisis, en el contexto de los obispos reunidos en la Conferencia Episcopal Argentina que convocaba a pensar en que había una deuda interna que había que atender, por sobre la deuda externa. A esa deuda interna se la llamó "deuda social". En ese contexto, la UCA lanzó un plan para realizar investigación teórica y empírica a partir de encuestas propias y de encuestas permanentes de hogares, con datos censales. Hasta entonces se tendía a mostrar la problemática vinculada al empobrecimiento y el desempleo de las clases medias, al corralito y a los ahorros, pero nuestros equipos comenzaron a analizar los nuevos rostros de la marginalidad y los nuevos trabajos, como los limpiavidrios, los cartoneros, las cooperativas.
-¿Con qué se encontraron?
-Con que ese proceso y esa matriz de construcción de una pobreza más estructural venía agravándose en las últimas tres décadas. Uno podía ver momentos de picos de pobreza por ingresos con las distintas crisis y luego una cierta recuperación, pero nos preguntábamos si eso no producía otros cambios. Y vimos que sí, que había una pobreza menos coyuntural, que dependía menos de lo que ocurriera en el mercado de trabajo o con el proceso inflacionario. Hoy tenemos un componente importante de este 25 % de pobreza asociado al proceso inflacionario, pero si estabilizáramos la situación inflacionaria -que hoy es entre un 25 y un 28%-, nos encontraríamos con que entre un 15 y un 18% de la población en situación de pobreza o indigencia no lograría, a pesar de una inflación cero, salir de ese estado.
-¿Por qué?
-Por su inserción en un mercado de trabajo secundario, marginal y de baja calidad. Es el vendedor ambulante, el limpiavidrios, el servicio doméstico no protegido, el albañil por hora, las changas de todo tipo. A esto se le agregan las empresas clandestinas, con trabajos de muy baja productividad, y las empresas o microempresas familiares cuasi legales o ilegales. Alrededor de un 20% de la población estaría desarrollando trabajos cuyos ingresos están muy por debajo de lo que le permitiría acceder a una canasta que cubra las necesidades básicas económicas y alimentarias. Esa situación de marginalidad laboral y económica es la que Pepe Nun llamó en los años sesenta "la masa marginal".
-Ese sector, que no es necesario para el mercado de trabajo, no se los incorpora ni siquiera en los momentos de crecimiento.
-Exacto. Nuestra economía en expansión no los necesita. Son prescindibles, sobran y, más aún, producen un gasto muy importante para el sistema económico. Son entre 3 y 4 millones de personas que están en trabajos de muy mala calidad y que esta economía de crecimiento no logró incorporar. En ese sector hay un componente fuerte de mujeres y de jóvenes, con bajo nivel educativo -que no han terminado el primario o el secundario-, que están también en situación de segregación residencial, concentrados en territorios marginados, en áreas urbanas o rurales, vinculados a un sistema público de mala calidad y a programas de asistencia que les transfieren ingresos para la subsistencia. Esos planes o subsidios les permiten garantizar la comida y la sobrevivencia mínima, pero no son una plataforma de inclusión social. Esto finalmente les genera una "subciudadanía".
-En su mayoría, además, por la baja calificación, son inempleables para el mercado formal.
-Así es. Son clientes de los sistemas políticos, los sistemas sociales clientelares, incluso religiosos, que funcionan en torno a esto. Necesitan de la asistencia pública porque no pueden valerse por sus propios medios. Y no son empleables para el tipo de mercado que hoy opera en la Argentina, ni para las políticas de empleo que van dirigidas a mejorar las condiciones de los sectores que ya están incluidos, o sea, esos sectores intermedios que habían quedado desocupados con la crisis de 2001 / 2002 y que fueron incorporados en el período de crecimiento económico de 2003 a 2007. Esos sectores tuvieron un proceso de movilidad social ascendente, fueron incorporados al marco normativo del convenio, protegidos por sindicatos, por normas profesionales y estimulados por la existencia de un alto nivel de consumo. Son sectores intermedios pero que están incluidos, tienen un empleo regular, y pueden incluso estar en negro en algunos casos.
-¿Cuál es el porcentaje de la población en negro?
-Representa un 30%, sean asalariados o no asalariados. Las estadísticas muestran que el 45 % de la fuerza de trabajo de este país tiene un empleo productivo y decente, y el 55 % restante, no. Y cuando uno toma a los ocupados, sólo el 49% -asalariados y no asalariados- hacen aportes a la seguridad social. El otro 50% está desamparado y depende de cómo funcione la economía, qué capacidad tenga el colectivo de defenderse de las crisis.
-¿Cómo se explican estos indicadores tras varios años de incremento del PBI, expansión de la economía y un Estado con capacidad recaudatoria y presión tributaria?
-Así como hubo una década ganada en componentes importantes en las clases medias que lograron recuperarse de la crisis de 2001 y 2002, hay también una década desaprovechada. ¿Quiénes ganaron? Las clases medias en buena medida recuperaron el nivel de vida que tuvieron en la etapa menemista, y las clases medias obreras que habían sufrido el desempleo o bajos niveles de salario en la etapa menemista lograron un ascenso importante. Para los sectores sindicalizados fue una muy buena década, pero no lo fue para todos: entre un 20 o 25 % de la población que está en una situación de exclusión estructural recibió el goteo del modelo y no le llegó el derrame. El capital financiero internacional, Menem y las reformas estructurales y el Consenso de Washington nos decían que, en la medida en que llegaran inversiones internacionales, llegaría el derrame y habría buenos empleos para todos. Ésa era la promesa de los noventa.
-Pero la experiencia comparada demuestra que las ganancias pueden concentrarse en determinados sectores, y no necesariamente derraman sobre el resto de la población.
-Exactamente, acá las ganancias se encapsularon en enclaves productivos sojeros, mineros, productos industriales, productos siderúrgicos de alta productividad, circuitos financieros y comerciales cada vez más concentrados y el resto de la sociedad quedó afuera. La década neodesarrollista del kirchnerismo produjo un boom importante del crecimiento y del consumo interno, gracias al superávit de la balanza comercial yal superávit fiscal, que produjo una fuerte inyección de capitales hacia el mercado interno, junto con la mejora del salario, de las jubilaciones y los programas sociales. Eso fue capaz de dinamizar a los sectores de punta, a los sectores más concentrados y a los sectores intermedios. ¿Y los sectores informales se dinamizaron? Sí, se dinamizaron. ¿Vio cómo se dinamizó La Salada? Se dinamizó, pero no dejó de ser La Salada.
-Pero ese mercado informal moviliza muchísimos recursos.
-Sí, pero las industrias, las empresas y los servicios que giran alrededor de estos consumos informales y que crecieron durante la etapa de crecimiento económico lo hicieron con salarios de pobreza y bajo condiciones de hábitat de pobreza, educación y servicios de salud de pobreza. En esta década, el Estado se equivocó en el diagnóstico y no tuvo una visión estratégica de inversión para el desarrollo social porque pensó, como el menemismo, que el derrame iba a llegar. Se equivocaron y resolvieron el problemade la misma manera que lo había resuelto el Banco Mundial y el menemato: con planes y subsidios. La consecuencia es el agravamiento de la desigualdad estructural. No se corrigió la desigualdad social ni acercamos el sector informal al mundo formal. Hemos producido que el mundo formal siga expandiéndose y el mundo informal también se expanda en momentos de crecimiento. Crecen las torres, pero crecen las villas y los asentamientos. La masa de capital físico invertido en un sector y en otro marca una distancia que no existía en los ochenta y en los noventa. Se invirtió muchísimo más en la construcción de viviendas para las clases medias que en los procesos de urbanización de las villas.
-No se podría decir que en estos años no hubo intervención del Estado. ¿Cómo describe el rol?
-Éste ha sido un Estado incapaz de producir una efectiva redistribución de la riqueza, y un Estado débil para producir condiciones de integración social. Es un gobierno que ha multiplicado los efectos de la desigualdad social y de fractura en un contexto de crecimiento, lo cual no se nota cuando hay crecimiento y hay bonanza: todos consumimos más, hay más trabajo, hay programas sociales, hay cohesión social y hay funcionalidad de la masa marginal. Pero en contexto de crisis inflacionaria, o en contextos en los que no crece el empleo -como sucedió en estos últimos años a diferencia de lo que sucedió en el primer quinquenio- y las bondades del modelo dejan de funcionar, aparecen problemas sociales muy fuertes.
-En otros momentos históricos la movilidad social ascendente estaba ligada al estudio, al trabajo, al esfuerzo y al sacrificio. ¿En qué medida se ha perdido eso?
-Se empezó a perder en los ochenta, se perdió mucho más en los noventa y continuó perdiéndose en los 2000. El camino de la actividad extralegal es una reacción frente a la violencia que produce la ostentación, la desigualdad, la sensación de que en teoría pertenezco a esta sociedad, pero en los hechos, no tengo derecho a ninguno de los beneficios. Robar un plasma o un estéreo en un saqueo significa una especie de resarcimiento.
-¿Se puede hablar de una nueva cultura de la pobreza? Y en tal caso, ¿cómo la describiría?
-Todavía existe una cultura de la pobreza digna que hace sobrevivir a los barrios. Pero la marginalidad estructural va creando otra cultura de la pobreza, con otras reglas de intercambio, de relaciones sociales y de valoración social. ¿Cuáles son las que priman? Hay mucha más violencia y es la ley del más fuerte. Los lazos de solidaridad son más débiles que los de las capas medias. Ocupa una vivienda o un lote el que tiene mayor capacidad de negociar, intervenir, reprimir o amenazar. Frente a la cultura de la pobreza digna está la otra pobreza, la del narcotráfico, la de la venta de productos ilegales y la de la violencia, que es la que se está imponiendo. En los ochenta todavía teníamos una pobreza digna. Esto se fue acumulando y cada crisis fue produciendo un shock de expulsión mayor. Desde el punto de vista económico ya no acceden a un buen empleo, probablemente no puedan acceder a un mercado formal y por lo tanto tratan de encontrar una forma alternativa de vivir. Y esas alternativas se encuentran en formas extralegales.En todos estos años no hemos pensado tampoco en cómo dignificar la pobreza.
-¿Cómo sería eso?
-¿Por qué no podemos hacer escuelas ricas para los pobres? ¿No podemos hacer que ir a la escuela para el sector pobre sea algo digno?¿No podemos hacer que transportarse al lugar de trabajo no sea denigrante? No es inversión sólo en bienes materiales, sino en capital simbólico. Significa "vos sos parte, vos podés". En su lugar, hemos creado el "vos no podés, vos no servís, no te necesitamos, no te queremos, no vengas. Andá a las peores escuelas que nos salgan baratas, andá a los hospitales que nos salgan baratos. No gastemos en vos porque no sos útil".

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Arg- Democracia o capitalismo? - Boaventura de Sousa Santos

6-1-14 Diario Pag 12

Por Boaventura de Sousa Santos *

Al inicio del tercer milenio, las fuerzas de izquierda se debaten entre dos desafíos principales: la relación entre democracia y capitalismo, y el crecimiento económico infinito (capitalista o socialista) como indicador básico de desarrollo y progreso. En estas líneas voy a centrarme en el primer desafío.
Contra lo que el sentido común de los últimos 50 años nos puede hacer pensar, la relación entre democracia y capitalismo siempre fue una relación tensa, incluso de contradicción. Lo fue, ciertamente, en los países periféricos del sistema mundial, en lo que durante mucho tiempo se denominó Tercer Mundo y hoy se designa como Sur global. Pero también en los países centrales o desarrollados la misma tensión y la misma contradicción estuvieron siempre presentes. Basta recordar los largos años de nazismo y fascismo.
Un análisis más detallado de las relaciones entre capitalismo y democracia obligaría a distinguir entre diferentes tipos de capitalismo y su dominio en diferentes períodos y regiones del mundo, y entre diferentes tipos y grados de intensidad de la democracia. En estas líneas concibo al capitalismo bajo su forma general de modo de producción y hago referencia al tipo que ha dominado en las últimas décadas, el capitalismo financiero. En lo que respecta a la democracia, me centro en la democracia representativa tal como fue teorizada por el liberalismo.
El capitalismo sólo se siente seguro si es gobernado por quien tiene capital o se identifica con sus “necesidades”, mientras que la democracia es idealmente el gobierno de las mayorías que no tienen capital ni razones para identificarse con las “necesidades” del capitalismo, sino todo lo contrario. El conflicto es, en el fondo, un conflicto de clases, pues las clases que se identifican con las necesidades del capitalismo (básicamente, la burguesía) son minoritarias en relación con las clases que tienen otros intereses, cuya satisfacción colisiona con las necesidades del capitalismo (clases medias, trabajadores y clases populares en general). Al ser un conflicto de clases, se presenta social y políticamente como un conflicto distributivo: por un lado, la pulsión por la acumulación y la concentración de riqueza por parte de los capitalistas, y, por otro lado, la reivindicación de la redistribución de la riqueza generada en gran parte por los trabajadores y sus familias. La burguesía siempre ha tenido pavor a que las mayorías pobres tomen el poder y ha usado el poder político que le concedieron las revoluciones del siglo XIX para impedir que eso ocurra. Ha concebido a la democracia liberal de modo de garantizar eso mismo a través de medidas que cambiaron con el tiempo, pero mantuvieron su objetivo: restricciones al sufragio, primacía absoluta del derecho de propiedad individual, sistema político y electoral con múltiples válvulas de seguridad, represión violenta de la actividad política fuera de las instituciones, corrupción de los políticos, legalización del lobby... Y siempre que la democracia se mostró disfuncional, se mantuvo abierta la posibilidad del recurso a la dictadura, algo que sucedió muchas veces.
Después de la Segunda Guerra Mundial, muy pocos países tenían democracia, vastas regiones del mundo estaban sometidas al colonialismo europeo, que servía para consolidar el capitalismo euro-norteamericano, Europa estaba devastada por una guerra que había sido provocada por la supremacía alemana, y en el Este se consolidaba el régimen comunista, que aparecía como alternativa al capitalismo y la democracia liberal. En este contexto surgió en la Europa más desarrollada el llamado capitalismo democrático, un sistema de economía política basado en la idea de que, para ser compatible con la democracia, el capitalismo debería ser fuertemente regulado, lo que implicaba la nacionalización de sectores clave de la economía, un sistema tributario progresivo, la imposición de las negociaciones colectivas e incluso, como sucedió en la Alemania Occidental de entonces, la participación de los trabajadores en la gestión de empresas. En el plano científico, Keynes representaba entonces la ortodoxia económica y Hayek, la disidencia. En el plano político, los derechos económicos y sociales (derechos al trabajo, la educación, la salud y la seguridad social, garantizados por el Estado) habían sido el instrumento privilegiado para estabilizar las expectativas de los ciudadanos y para enfrentar las fluctuaciones constantes e imprevisibles de las “señales de los mercados”. Este cambio alteraba los términos del conflicto distributivo, pero no lo eliminaba. Por el contrario, tenía todas las condiciones para instigarlo luego de que se debilitara el crecimiento de las tres décadas siguientes. Y así sucedió.
Desde 1970, los Estados centrales han estado manejando el conflicto entre las exigencias de los ciudadanos y las exigencias del capital mediante el recurso a un conjunto de soluciones que gradualmente fueron dando más poder al capital. Primero fue la inflación (1970-1980); después, la lucha contra la inflación, acompañada del aumento del desempleo y del ataque al poder de los sindicatos (desde 1980), una medida complementada con el endeudamiento del Estado como resultado de la lucha del capital contra los impuestos, del estancamiento económico y del aumento de los gastos sociales originados en el aumento del desempleo (desde mediados de 1980), y luego con el endeudamiento de las familias, seducidas por las facilidades de crédito concedidas por un sector financiero finalmente libre de regulaciones estatales, para eludir el colapso de las expectativas respecto del consumo, la educación y la vivienda (desde mediados de 1990). Hasta que la ingeniería de las soluciones ficticias llegó a su fin con la crisis de 2008 y se volvió claro quién había ganado en el conflicto distributivo: el capital. La prueba: la conversión de la deuda privada en deuda pública, el incremento de las desigualdades sociales y el asalto final a las expectativas de una vida digna de las mayorías (los trabajadores, los jubilados, los desempleados, los inmigrantes, los jóvenes en busca de empleo) para garantizar las expectativas de rentabilidad de la minoría (el capital financiero y sus agentes). La democracia perdió la batalla y sólo evitará ser derrotada en la guerra si las mayorías pierden el miedo, se rebelan dentro y fuera de las instituciones y fuerzan al capital a volver a tener miedo, como sucedió hace sesenta años.
En los países del Sur global que disponen de recursos naturales la situación es, por ahora, diferente. En algunos casos, por ejemplo en varios países de América latina, hasta puede decirse que la democracia se está imponiendo en el duelo con el capitalismo, y no es por casualidad que en países como Venezuela y Ecuador se comenzó a discutir el tema del socialismo del siglo XXI, aunque la realidad esté lejos de los discursos. Hay muchas razones detrás, pero tal vez la principal haya sido la conversión de China al neoliberalismo, lo que provocó, sobre todo a partir de la primera década del siglo XXI, una nueva carrera por los recursos naturales. El capital financiero encontró ahí y en la especulación con productos alimentarios una fuente extraordinaria de rentabilidad. Esto permitió que los gobiernos progresistas –llegados al poder como consecuencia de las luchas y los movimientos sociales de las décadas anteriores– pudieran desarrollar una redistribución de la riqueza muy significativa y, en algunos países, sin precedentes. Por esta vía, la democracia ganó nueva legitimidad en el imaginario popular. Pero, por su propia naturaleza, la redistribución de la riqueza no puso en cuestión el modelo de acumulación basado en la explotación intensiva de los recursos naturales y, en cambio, la intensificó. Esto estuvo en el origen de conflictos –que se han ido agravando– con los grupos sociales ligados a la tierra y a los territorios donde se encuentran los recursos naturales, los pueblos indígenas y los campesinos.
En los países del Sur global con recursos naturales pero sin una democracia digna de ese nombre, el boom de los recursos no trajo ningún impulso a la democracia, pese a que, en teoría, condiciones mas propicias para una resolución del conflicto distributivo deberían facilitar la solución democrática y viceversa. La verdad es que el capitalismo extractivista obtiene mejores condiciones de rentabilidad en sistemas políticos dictatoriales o con democracias de bajísima intensidad (sistemas casi de partido único), donde es más fácil corromper a las elites, a través de su involucramiento en la privatización de concesiones y las rentas del extractivismo. No es de esperar ninguna profesión de fe en la democracia por parte del capitalismo extractivista, incluso porque, siendo global, no reconoce problemas de legitimidad política. Por su parte, la reivindicación de la redistribución de la riqueza por parte de las mayorías no llega a ser oída, por falta de canales democráticos y por no poder contar con la solidaridad de las restringidas clases medias urbanas que reciben las migajas del rendimiento extractivista. Las poblaciones más directamente afectadas por el extractivismo son los campesinos, en cuyas tierras están los yacimientos mineros o donde se pretende instalar la nueva economía agroindustrial. Son expulsados de sus tierras y sometidos al exilio interno. Siempre que se resisten son violentamente reprimidos y su resistencia es tratada como un caso policial. En estos países, el conflicto distributivo no llega siquiera a existir como problema político. De este análisis se concluye que la actual puesta en cuestión del futuro de la democracia en Europa del Sur es la manifestación de un problema mucho más vasto que está aflorando en diferentes formas en varias regiones del mundo. Pero, así formulado, el problema puede ocultar una incertidumbre mucho mayor que la que expresa. No se trata sólo de cuestionar el futuro de la democracia. Se trata, también, de cuestionar la democracia del futuro. La democracia liberal fue históricamente derrotada por el capitalismo y no parece que la derrota sea reversible. Por eso, no hay que tener esperanzas de que el capitalismo vuelva a tenerle miedo a la democracia liberal, si alguna vez lo tuvo. La democracia liberal sobrevivirá en la medida en que el capitalismo global se pueda servir de ella. La lucha de quienes ven en la derrota de la democracia liberal la emergencia de un mundo repugnantemente injusto y descontroladamente violento debe centrarse en buscar una concepción de la democracia más robusta, cuya marca genética sea el anticapitalismo. Tras un siglo de luchas populares que hicieron entrar el ideal democrático en el imaginario de la emancipación social, sería un grave error político desperdiciar esa experiencia y asumir que la lucha anticapitalista debe ser también una lucha antidemocrática. Por el contrario, es preciso convertir al ideal democrático en una realidad radical que no se rinda ante el capitalismo. Y como el capitalismo no ejerce su dominio sino sirviéndose de otras formas de opresión, principalmente del colonialismo y el patriarcado, esta democracia radical, además de anticapitalista, debe ser también anticolonialista y antipatriarcal. Puede llamarse revolución democrática o democracia revolucionaria –el nombre poco importa–, pero debe ser necesariamente una democracia posliberal, que no puede perder sus atributos para acomodarse a las exigencias del capitalismo. Al contrario, debe basarse en dos principios: la profundización de la democracia sólo es posible a costa del capitalismo; y en caso de conflicto entre capitalismo y democracia debe prevalecer la democracia real.
* Director del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coimbra, Portugal. El texto corresponde a la Décima carta a las izquierdas del autor.
Traducción: Javier Lorca.
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-237107-2014-01-06.html

Arg-"La raza es una categoría acusatoria"- A. Frigerio

6-1-14 Cooperativa Ex Trabajadores Diario Critica 


El antropólogo Alejandro Frigerio sostiene que las razas son construcciones sociales que tienen efectos muy fuertes en la vida cotidiana.

Buenos Aires blanca y negra

Categoría: Identidades
Alejandro Frigerio es doctor en Antropología y especialista en religiones y movimientos afro. En sus investigaciones, desarticula dos de los mitos fundacionales de nuestro ser nacional: “en Argentina no hay negros” y “los argentinos no somos racistas”. Denuncia que vivimos en un orden racial en el que “las razas no existen como realidades biológicas, pero sí como construcciones sociales y tienen efectos muy fuertes en la vida cotidiana”.
- El color solamente te define como persona en una sociedad racista. Lo que pasa en nuestra sociedad – y por eso sigue siendo racista – es que el color negro (o no-blanco) te sigue definiendo y es presentado como lo principal de tu persona. Contra eso hay que luchar. Los militantes muchas veces afirman lo racial en un sentido positivo, pero igual creo que tenemos que avanzar hacia una sociedad post-racial. Como dice el tema “War” de Bob Marley: “Hasta que el color de la piel de un hombre no sea más importante que el color de sus ojos, yo digo guerra”.  Porque mientras el color de la piel sea lo que te define socialmente, cagaste, estás en una sociedad racista. Y es un sufrimiento continuo, todo el tiempo te van a hacer chistes, o van a preferir a otro, o te van a preguntar de dónde sos… muchas pequeñas agresiones continuas sumadas a algunas otras violentas e incluso definitorias, como que te agarre un policía y te mate, o un chabón te deje sin tu laburo… las posibilidades son infinitas.
Alejandro Frigerio es Dr. en Antropología e Investigador Independiente del CONICET. A partir de un viaje no planeado a Bahía de Todos los Santos en Brasil a principios de los 80’, encontró el tema que ocuparía buena parte de sus investigaciones en los siguientes 30 años: las religiones afro. Pero previo a cualquier análisis, sobrevino el impacto de esa fuerza imantada que emana Bahía: “A mí ya me interesaba la religión, de hecho fui en el bondi leyendo ‘Candomblé da Bahía’, de Roger Bastide. Pero Bahía me voló la cabeza. Fue muy loco, me acuerdo que un día en el carnaval vino una chica bahiana a bailar conmigo, después de un rato me dio un beso y se fue. Todo fue muy fuerte”. Esa pasión inmediata se sigue colando entre sus palabras cuando tres décadas después habla sobre el racismo, las religiones y los movimientos afro en Argentina y hasta sobre las representaciones mediáticas de la muerte de Mandela. Sentados en un bar de un barrio porteño que poco tiene que ver con Bahía, todavía se adivinan en sus manos las huellas de los primeros tambores. En su blog, Alejandro intuye: “Supongo que gran parte de lo que vino después fueron intentos por comprender, de la manera más amplia y profunda posible, este mundo”.
Religiosidad popular y pánico moral
Luego de su experiencia con el candomblé bahiano, Alejandro se enteró que en Argentina también había religiones afro y, sin conocer todavía la magnitud de ese movimiento, cambió su proyecto de investigación de Bahía a Buenos Aires. “Mi experiencia con el candomblé me abrió las puertas, me daba un poco de chapa, aunque lo que veía acá era umbanda. Y también ellos estaban muy interesados en que se los tomara en serio, porque son religiones muy estigmatizadas”.
-¿Cómo explicás el desarrollo de estos movimientos religiosos en Argentina?
- El puente es la religiosidad popular, en vez de ir a pedirle a un santo por determinada cosa, te acercás a un espíritu. También tiene que ver con que a los curas católicos no les gusta mucho que uno haga un uso mágico de los santos, prefieren que sean modelos de vida y no dadores de gracia. En cambio, en la umbanda a un espíritu le podés pedir millones de cosas. Toda la práctica mágico-religiosa está mucho más permitida y desarrollada. Y además tiene el tema de la música, el baile, el canto, el trance… hay mucha gente que en las ceremonias siente cosas en el cuerpo, tiene sueños y eso se interpreta como una predisposición para una práctica de la religión. Cosas que el psicólogo o el cura catalogan como locura, esta gente le da otra explicación y dice que es una manifestación de un espíritu que se está moviendo en vos y necesita que le des espacio… Son experiencias que en nuestra cultura son habitualmente patologizadas, invisibilizadas o directamente ininteligibles. Sin embargo, están presentes en la vida de las personas. En estas religiones, las despatologizan y las ven como parte normal y hasta deseable del desarrollo psicológico y espiritual de las personas. Teniendo en cuenta las características de la religiosidad popular argentina, estas religiones no son tan raras especialmente si la conectan a través de la umbanda, que es como un puente cognitivo que podés hacer entre lo afro y el catolicismo popular.
-¿Cómo ves la imagen que se tiene de estas religiones?
- Cuando yo empecé la imagen no era buena, pero ahora está peor. A principios del 90’ hubo toda una movida de pánico por las sectas, y en relación a las religiones afro esto empieza con una acusación de un cura católico hacia un pai de santo por haber asesinado a una chica ritualmente en su templo. Fue una acusación falsa y el cura era el cura Grassi, que se hace conocido en los medios por esa acusación. No tenía nada que ver con un sacrificio ritual y al pobre pai de santo lo metieron en prisión seis meses, adentro lo violaron y salió con la salud muy deteriorada… murió a los dos años. A partir de ahí la idea de que estas eran sectas que practicaban magia negra pero no tan peligrosas se transforma en que son tipos que matan gente. Y en los últimos diez años si buscás en cualquier diario “umbanda” sale siempre en la sección Policiales, en conexión con asesinatos. Pero si conocés un poquito te das cuenta que en el 98% de los casos son acusaciones infundadas. En cualquier asesinato que el tipo tiene alguna cosa que ver con la religión o hay un par de imágenes raras dando vueltas ya ponen “asesinato umbanda” o “asesinato ritual”. Y además por el estigma social que pesa sobre estas religiones, en general los umbandistas no se revelan como tales salvo con los más íntimos; en el trabajo no lo dicen, en la escuela de los pibes tampoco, entonces nunca conocés un umbandista común y corriente. La única imagen que uno tiene es a través de los medios, que es terrible.
-¿Por qué se mantiene y reproduce este estigma?
- Ya hay una imagen instalada. La religiosidad popular argentina basada en los continuos pedidos al mundo sobrenatural es muy común en nuestra sociedad, pero muy poco reconocida, es una faceta de nuestra cultura que preferimos ignorar y que no entra en nuestro ser ideal argentino. Los argentinos somos blancos, europeos, modernos, racionales, eventualmente católicos, pero de un catolicismo secularizado. Todo esto de pedirle a los santos y a los espíritus son cosas que la gente hace todo el tiempo y es parte de nuestra cultura, pero es el “lado b”. Es obvio que vas a los barrios del conurbano y encontrás imágenes, velas… entonces cuando se muere alguien enseguida le buscan la conexión por ese lado. Es como si encontraras un CD de cumbia o unas zapatillas de Adidas y pensaras que esas cosas son las que llevan al delito.
Buenos Aires – Ciudad blanca
Alejandro insiste en dos ideas que es necesario desarticular: “En Argentina no hay negros” y “los argentinos no somos racistas”. Por el contrario, dirá que en América Latina en general la raza es una categoría acusatoria y que en Argentina se mantiene un orden racial “porque que vos tengas cierto color de piel y cierta cara puede determinar que te den trabajo o no, o que tus encuentros con la policía sean muy diferente. Hasta que ciertas chicas te presten atención o no, son cosas que afectan la vida cotidiana de los argentinos de forma fuerte. Incluso los lugares por los que circulás”.
-¿Cómo es esto de que los argentinos somos blancos, europeos y modernos?
El argentino típico se considera blanco. El momento fundacional de nuestra historia y nuestra cultura empieza con la inmigración europea, todo lo anterior se ve como poco importante, quedó subsumido bajo el aluvión cultural europeo. Se toma lo que sucede en algunos barrios de Buenos Aires como lo que representa a la Argentina toda. Tenemos esta idea de que los argentinos somos básicamente blancos, entonces la gente que no es tan blanca como creemos que somos, es extranjera o directamente no existe. Hay un racismo muy fuerte, no es solo xenofobia, sino que tiene que ver con una cantidad de argentinos que son invisibilizados, y cuando se los visibiliza son extranjerizados o patologizados, porque no son el argentino que queremos ser. Esto muchas veces se disfraza de un prejuicio sociocultural, esta cosa de los “negros de mierda” o “negros villeros”, pero también hay un trasfondo racial muy fuerte, porque es toda gente con un tipo físico parecido, generalmente es gente “insuficientemente blanca”. Entonces esa gente es sospechosa y es la representante de la barbarie, no los queremos en el centro, en la ciudad blanca que creemos que es Buenos Aires. Tenemos que darnos cuenta cómo opera este prejuicio racial, que se expresa como si fuera de clase pero que tiene un componente racial fuerte. No es solamente que escucha cumbia o que habla de determinada manera. Acá está clara la división: blanco y no blanco. Aunque sabemos que no hay razas, sí hay tipos físicos diferentes, sí hay “niveles de blanquedad”, y eso es lo que lo hace difícil de comprender, porque es una acusación que tiene muchos efectos perjudiciales en la vida de las personas, pero que nunca está enunciada explícitamente. Entonces, decimos “portación de rostro”, “buena presencia”, todos eufemismos para referirnos a ese fenómeno que tiene que ver con tipos físicos de la persona. La gente que es morocha lo sabe porque lo vive, sabe que es algo que resta.
- Si se demostró que las razas no existen, ¿por qué seguir utilizando el término?
- Las razas no existen como realidades biológicas, pero sí como construcciones sociales y tienen efectos muy fuertes en la vida cotidiana. En cada sociedad la raza se construye de forma diferente. En América Latina, en general la raza es una categoría acusatoria. Salvo cuando se la usa con fines políticos reivindicativos. En Argentina por ejemplo se ha empezado a usar “afro-descendiente”; sin embargo, en Brasil siguen usando “negro”, porque dicen que afro-descendientes son muchos, pero los discriminados son los negros. Uno tiene que hablar de raza o de racialización porque te permite llegar a un nivel del prejuicio y la discriminación que lo étnico no llega. Yo digo que en Buenos Aires había un orden racial espacial que se quebró con el 2001, porque antes había lugares de la ciudad en los que era obvio que si andabas por ahí eras el portero o la mucama, porque con ese fenotipo seguro no vivías ahí, ni estabas visitando amigos o pareja. Con el 2001 aparecen los cartoneros, los piqueteros… de repente la ciudad blanca casi no existe. Eso a mucha gente le molestó mucho y explica parte del éxito de Macri, un tipo que también venía a poner a los negros en su lugar, a terminar los cortes de calles o las manifestaciones. La ciudad blanca se llenó de negros, todo lo que era un orden muy clarito ya no funciona tan bien y la gente se siente amenazada por esta presencia que no debería estar en el corazón de la Buenos Aires blanca. Es la barbarie dentro de la civilización.
Santo Mandela
- Me llamó la atención esta santificación que se hizo de una forma tan pasteurizada, Mandela pasó a ser el gran perdonador, casi un tío Tom. Se enfatizó todo el tiempo que había perdonado a sus enemigos, como si esa fuera una actitud natural, como si no hubiera que remarcar el acto del racismo primero. El problema es el racismo. Entonces en vez de enfatizar toda la lucha de Mandela, se eligió mostrar el perdón. Que se enmarca en la tradición de mostrar la nobleza del negro esclavo, que sigue siendo bueno… en contraposición al negro revoltoso que se rebela, que es el negro malo o el negro de mierda directamente. Este negro bueno y fiel es el deseable y es la imagen que se vio muy patente en lo que se dijo sobre Mandela, lo transformaron en un santo como si el tipo no hubiera tenido que luchar, no hubiera tenido que recurrir a la violencia. Es mucho más que un gran perdonador. Y también la contradicción o el divorcio entre el elogio a Mandela y la actitud que uno tiene frente a las situaciones que Mandela hubiera denunciado. Hubiera sido interesante que la muerte de Mandela nos llevara a otra discusión… ¿qué pasa con el apartheid porteño? Con este orden espacial que se rompió porque ahora hay negros en la ciudad blanca… pero hay que pensar en cómo son vistos y tratados, y cómo muchos están intentando que se vuelvan a sus lugares “naturales” y que no invadan nuestra ciudad blanca.

http://www.revistacitrica.com/la-raza-es-una-categoria-acusatoria.html