07/04/2011 La proyectada obra industrial vinculada con la fabricación de pasta de celulosa en Conchillas, podría ser escenario de prostitución infantil debido a la importante afluencia de personas, tal como ocurrió en Fray Bentos cuando se instaló la planta de Botnia.
Los casos de prostitución infantil aumentan en el interior de la República Oriental del Uruguay y desde el gobierno de José Mujica se advierte que existe el riesgo de que se aproveche la instalación en Colonia de una mega planta de celulosa para que este tipo de explotación sexual de menores se extienda en los alrededores del nuevo emprendimiento industrial. Las autoridades anunciaron una vigilancia especial. El presidente del Comité Nacional para la Erradicación de la Explotación Sexual Comercial y no Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes, Luis Putcher, recordó que este fenómeno ya ocurrió en Fray Bentos durante la construcción de UPM (ex Botnia) entre 2005 y 2008. En Fray Bentos, en los suburbios y en la ruta de camino a la planta de celulosa finlandesa aumentó el comercio sexual, en general de mujeres mayores de edad, pero también de menores. Los proxenetas aprovecharon la cantidad de obreros que trabajaban en la fábrica y todo el movimiento que se generó alrededor para vender sexo. Putcher dijo a El Observador que “lo mismo puede ocurrir ahora en la localidad de Conchillas”, donde se instalará la planta, “y en Carmelo”, ciudad cercana donde vivirán muchos de los obreros del emprendimiento. En el momento de mayor trabajo en la nueva fábrica habrá cerca de seis mil obreros, la mayoría (más de cinco mil) serán hombres jóvenes, “con plata en el bolsillo, viviendo lejos de sus parejas y familias”, destacó el funcionario uruguayo. Está todo servido para un aumento de la prostitución, comentó Putcher, a quien en particular le preocupa la posibilidad de que ocurran casos de explotación sexual comercial de menores. Putcher ya advirtió al gobierno de Mujica para que aumente la presencia policial en Conchillas y Carmelo. Por su parte, el jefe de Policía de Colonia, Erode Ruiz, dijo a El Observador que se va a controlar “especialmente” la presencia de menores de edad en el entorno de la nueva fábrica y en los “boliches” o locales donde se prostituyen mujeres. “Vamos a controlar que no haya menores, vamos a ser muy duros en esos controles”, enfatizó. Aun así, dijo que no será necesario aumentar la dotación de policías dispuestos en Conchillas y Carmelo. La jefatura de Colonia tiene 650 efectivos, informó Ruiz. El jefe de Policía de Colonia dijo que ya tiene un “plan de gestión estratégico” para atender el creciente movimiento de personas y vehículos que habrá en la zona y en todo el departamento a raíz del nuevo emprendimiento industrial. El jefe de Policía comentó que un ejemplo de lo que puede pasar en Conchillas o Carmelo, se da hoy en Nueva Palmira, donde mujeres ofrecen comida, pasteles, tortas y pizza a los camioneros que llegan al puerto, y después terminan vendiendo sexo. Erode Ruiz aseguró a El Observador que hasta el momento no hubo casos en Colonia de prostitución infantil. Sin embargo, esa aseveración fue rotundamente desmentida por el juez Jorge Díaz, quien en el Parlamento el martes 22 advirtió: “Los dos juzgados especiales del crimen organizado no dan abasto con la cantidad de denuncias que reciben de prostitución infantil”. La razón es una sola: la pastera, tal como ocurrió con Botnia en Fray Bentos.
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