Camilo Gómez Orozco reclutaba a jóvenes entre 13 y 14 años con falsas promesas.
El encuentro de dos menores de edad en la estación de TransMilenio de Prado fue la primera pista que llevó a la Policía a dar con el paradero de Andrés Camilo Gómez Orozco, quien para las autoridades era el jefe de una red de trata de personas en Bogotá.
Una de las jóvenes, de 13 años y habitante del barrio Venecia, decidió reunirse con una amiga, en ese lugar, para hablar después de varios meses sin verse.
A la otra joven le causó preocupación ver a su amiga tan demacrada.
La Policía de Menores comenzó entonces con labores de seguimiento que permitieron identificar un edificio del barrio Prado Veraniego, en el norte, que llamó la atención de las autoridades por la entrada y salida permanente de menores de edad. Con esta información y la denuncia de una madre de familia sobre la desaparición de su hija, de 13 años, se logró la captura de Gómez.
Este hombre, según investigadores, era experto en contactar y convencer, a través de las redes sociales, a jóvenes entre los 13 y los 14 años con la promesa de trabajo remunerado en dólares y euros, viajes al exterior y contratos de modelaje.
Después de ganar la confianza de las menores de edad, Gómez les decía a sus víctimas que antes del supuesto viaje debían realizar bailes eróticos y desnudarse en videochat pagos que veían en vivo extranjeros.
“Cada vez que los clientes hacían clic, a la cuenta de este delincuente llegaban altas sumas de dinero”, señaló el coronel Óscar Pinzón, director de la Policía de Menores.
Además, el capturado las obligaba a permanecer tiempo indefinido en el inmueble sin la posibilidad de que se vieran con su familia durante largas temporadas. Algunas niñas desaparecían por completo.
“Las extorsionaba diciéndoles que estaban endeudadas con él porque allá se les daba la comida y la dormida. Así las esclavizaba”, aseguró una fuente allegada al caso.
En el momento de la captura, las autoridades encontraron a cinco jóvenes, una de ellas menor de edad.
En el lugar también eran empleadas mujeres mayores de edad de varias regiones del país, especialmente del Eje Cafetero, que ejercían la prostitución.
Gómez deberá afrontar una pena mínima de 25 años de cárcel por los delitos de trata de personas, explotación sexual y pornografía. Fue enviado a la Modelo.
http://www.eltiempo.com/colombia/bogota/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-12706592.html
El encuentro de dos menores de edad en la estación de TransMilenio de Prado fue la primera pista que llevó a la Policía a dar con el paradero de Andrés Camilo Gómez Orozco, quien para las autoridades era el jefe de una red de trata de personas en Bogotá.
Una de las jóvenes, de 13 años y habitante del barrio Venecia, decidió reunirse con una amiga, en ese lugar, para hablar después de varios meses sin verse.
A la otra joven le causó preocupación ver a su amiga tan demacrada.
La Policía de Menores comenzó entonces con labores de seguimiento que permitieron identificar un edificio del barrio Prado Veraniego, en el norte, que llamó la atención de las autoridades por la entrada y salida permanente de menores de edad. Con esta información y la denuncia de una madre de familia sobre la desaparición de su hija, de 13 años, se logró la captura de Gómez.
Este hombre, según investigadores, era experto en contactar y convencer, a través de las redes sociales, a jóvenes entre los 13 y los 14 años con la promesa de trabajo remunerado en dólares y euros, viajes al exterior y contratos de modelaje.
Después de ganar la confianza de las menores de edad, Gómez les decía a sus víctimas que antes del supuesto viaje debían realizar bailes eróticos y desnudarse en videochat pagos que veían en vivo extranjeros.
“Cada vez que los clientes hacían clic, a la cuenta de este delincuente llegaban altas sumas de dinero”, señaló el coronel Óscar Pinzón, director de la Policía de Menores.
Además, el capturado las obligaba a permanecer tiempo indefinido en el inmueble sin la posibilidad de que se vieran con su familia durante largas temporadas. Algunas niñas desaparecían por completo.
“Las extorsionaba diciéndoles que estaban endeudadas con él porque allá se les daba la comida y la dormida. Así las esclavizaba”, aseguró una fuente allegada al caso.
En el momento de la captura, las autoridades encontraron a cinco jóvenes, una de ellas menor de edad.
En el lugar también eran empleadas mujeres mayores de edad de varias regiones del país, especialmente del Eje Cafetero, que ejercían la prostitución.
Gómez deberá afrontar una pena mínima de 25 años de cárcel por los delitos de trata de personas, explotación sexual y pornografía. Fue enviado a la Modelo.
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