25-3-13 Argenpress
CORRESPONDENCIA DE PRENSA
Niños y adolescentes que viven en "hogares clasificadores de residuos"
están en "riesgo sanitario". El 50% consume la comida recolectada de la
basura.
La sociedad (casi sin distinción de banderas políticas o clases
sociales), los llama "hurgadores". Es el nombre del estigma. En la
basura encuentran lo que el negocio del "reciclaje" demanda; procuran su
comida diaria entre las sobras de alimentos que otros tiran. Recorren
las calles, día y noche. A pie, en carros tirados por caballos, a veces
en bicicleta. Viven en asentamientos y barrios donde manda la pobreza
extrema. Si bien los "clasificadores registrados" suman 5.500, se sabe
que superan los 15.000 en todo el país. Sus familias están integradas,
mayoritariamente, por personas jóvenes. El 40% tiene menos de 18 años, y
el 35 % menos de 14 años. Es el trabajo infantil y adolescente que
"clasifica residuos". Son los hijos de una "pobreza crónica" que
continúa agrediéndolos.
Los últimos datos son aplastantes. El 30% de los niños y adolescentes
que viven en "hogares de clasificadores de residuos" en Montevideo,
presentan "problemas de rezago educativo"; 45% de ellos habita en
viviendas sin acceso a agua potable; 65% no tiene saneamiento; 61,3%
tiene el "baño incompleto". Casi 7 de cada diez viven en hogares donde
se "clasifica" en la casa, lo que agrava los "riesgos sanitarios".
Estas son algunas de las conclusiones del documento "Niños, niñas y
adolescentes en hogares clasificadores de residuos de Montevideo" (1)
que fue presentado el jueves 21 de marzo, y elaborado en el marco de la
Iniciativa Pobreza y Medio Ambiente del Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo (PNUD) y del Programa de las Naciones Unidas para el
Medio Ambiente (PNUMA). El documento es simultáneo al estudio sobre "la
dimensión ambiental de la pobreza urbana" realizado por el programa de
Naciones Unidas. (Ver Correspondencia de Prensa, 23-3-2013)
Uno de los aspectos que se investigó fue que comida consumen los niños y
adolescentes de estas familias. En ese sentido, se observó que
alrededor del 50% de los niños entre 0 y 4 años reside en hogares donde
"consumen la comida recolectada". Es decir, la encontrada en un
conteiner callejero, en un basural o no se sabe dónde. Además, 10% de
los consultados declaró no cocinar lo alimentos recolectados. Esto, dice
el informe, "constituye un importante riesgo sanitario".
El informe da cuenta que los niños y adolescentes de "hogares de
clasificadores" se encuentran "expuestos" a importantes riesgos para la
salud, porque residen en viviendas con problemas de humedad,
ventilación, inundación, ubicados en terrenos con presencia de
contaminantes y cercanos a lugares tóxicos. Alrededor de la mitad de los
niños de entre 0 y 4 años reside en viviendas que carecen de agua
potable y seis de cada diez en casas sin baño o con baño sin cisterna y
sin saneamiento, "factores que afectan directamente la salud y aumentan
la probabilidad de contraer enfermedades como diarrea".
Un porcentaje importante de niños y adolescentes de las zonas estudiadas
"vive a menos de 500 metros de lugares tóxicos", siendo los de mayor
prevalencia los basurales y lugares de quema de basura. Esto es
"esperable" -señala el documento-, pues los "hogares clasificadores de
residuos" tienden a asentarse en las cercanías de vertederos y
basurales, "generando situaciones de alto riesgo sanitario". En el
terreno donde se encuentra la vivienda se detecta la presencia de
contaminantes y metales, lo cual "afecta directamente la salud de los
integrantes del hogar", principalmente los que se encuentran en mayor
contacto con el predio, niños y niñas entre 0 y 5 años. De igual manera,
se observó que un porcentaje importante de niños y adolescentes se
ubica en terrenos de quema de cables (tarea que se realiza para extraer
el cobre que luego es vendido al peso), canteras de rellenos y presencia
de otros contaminantes.
Por otra parte, la realidad indica que son muchos "los que clasifican
basura dentro de sus propias casas, donde incluso viven con animales".
Así, los niños se encuentran en contacto con la basura y se incorporan a
la actividad del reciclaje a edades muy tempranas, inicialmente en
contacto indirecto o como forma de colaborar con el hogar.
El documento advierte que la gran mayoría de niños y adolescentes
pertenecientes a "hogares clasificadores" se encuentra afectada por el
tipo de miseria de más difícil reversión: la "pobreza crónica", producto
de generaciones que no han conocido otro modo de ganarse la vida. Más
del 70% de los menores de 14 años de "hogares clasificadores" se
encuentra en situación de "pobreza crónica" y en "una situación de alta
vulnerabilidad". El documento del PNUD habla de personas que "no conocen
otro modo de vida", que comienzan a trabajar junto con sus padres, como
éstos lo hicieron en su momento junto con sus abuelos. Además,
"factores habitacionales y ambientales inciden en la condición de
pobreza y favorecen su transmisión inter-generacional".
En cuanto al trabajo infantil y adolescente, las dos investigaciones
coinciden: el 25% de los menores de 14 años realiza tareas de
recolección de basura y esa cifra sube al 33,3% en el caso de los
mayores de esa edad.
Nota:
1) El estudio que fue elaborado con el apoyo del Ministerio de
Desarrollo Social, el Ministerio de Vivienda, y la embajada de España,
se basó en un universo de 1.121 hogares ubicados en las zonas más pobres
de Montevideo.
http://www.argenpress.info/2013/03/uruguay-los-hijos-de-la-pobreza-cronica.html
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