15/02/2011 El Estado, la sociedad civil y la familia son los responsables de que los derechos de niños, niñas y adolescentes se respeten, con el fin de erradicar el trabajo infantil.
La campaña Da Dignidad iniciada por el Ministerio de Inclusión Económica y Social, MIES, trabaja en dos ámbitos: un trabajo interinstitucional con la participación de varios ministerios y la reinserción de 250 niños que se encontraban en situación de mendicidad.
A través de un trabajo combinado con la Dirección Nacional de Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes, Dinapen, solo en diciembre, mes que se ejecutó la campaña, recibió 300 llamadas de las cuales el 70 por ciento correspondían a denuncias por mendicidad.
Si bien la venta de flores y corazones en San Valentín o de caramelos todo el año no es un acto de mendicidad, sí violenta los derechos básicos de los niños por sus condiciones laborales.
Mendicidad
Ximena Ponce, ministra de Inclusión Económica y Social, MIES, señaló en una entrevista mantenida con este Diario que la mendicidad tiene tres vértices: la pobreza estructural, las mafias y la cultura, en lo que está inmersa toda la sociedad civil y el Estado.
En la campaña efectuada en diciembre, el MIES logró identificar una mafia que operaba desde la provincia del Cotopaxi, pero que aún actúa en algunas zonas, especialmente rurales.
Trabajo infantil
Galo Cruz, jefe provincial de la Dinapen, señaló que entre sus funciones está hacer control todos los días, “esta es una consigna permanente, y una vez retirados de la calle los llevamos a casas asistenciales”.
Con este lema, el sábado anterior los oficiales asignados a las calles, retiraron de las vías a cuatro chicos, dos de 12 años, uno de 10 y uno de 14. Hasta el cierre de esta edición aún no se disponía de datos de chicos retirados de la calle ayer. De acuerdo al funcionario, hay que hacer una diferencia entre quienes trabajan y quienes mendigan.
“Durante el patrullaje se ha detectado que el 50 por ciento de los niños o niñas que trabajan, lo hacen porque son obligados por sus padres, la diferencia lo hace porque quieren tener ingresos extras”, dijo.
Sin embargo, no hay que olvidar que los niños que trabajan, así como los que mendigan están expuestos a muchos peligros como abusos, maltratos, violaciones, explotación, esclavitud, cansancio, desnutrición, enfermedad y, en ciertos casos, la muerte.
“Por eso, es importante trabajar la Dinapen junto con el MIES-INFA para erradicar el trabajo y la mendicidad infantil”, puntualizó Cruz. (MFT)
http://www.eltiempo.com.ec/
No hay comentarios:
Publicar un comentario