Las necesidades de las familias impulsan los casos de trabajo infantil
00:51 Un 2,2 por ciento de los niños entre los 5 y los 13 años tiene un empleo en Argentina de acuerdo a las últimas estadísticas.El crimen de una nena que salía a vender bollos en Joaquín V. González volvió a abrir un debate sobre el tema en Salta.
Venden juguetes que ellos no pueden tener. Ofrecen estampitas por “la
voluntad”. Piden monedas que sostienen a sus familias. Limpian y
cocinan en el tiempo que deberían usar para descansar. El trabajo
infantil tiene un componente fuertemente asociado a la situación
económica de las familias según estudios especializados. El problema
demanda una estrategia amplia que no se agota en la penalización para el
empleador que se aprobó hace poco en Argentina.
Al menos 60 chicos tenían alguna actividad laboral en las calles del centro salteño el año pasado de acuerdo a un relevamiento que hizo el Ministerio de Trabajo de la Provincia.
Sobre este total, la mitad debía buscar un ingreso todos los días y el resto lo hacía de manera esporádica.
La realidad de estos chicos, que no responden a una empleador pero ayudan a mantener sus hogares, es la de muchos en el país.
En Argentina, un 2,2 por ciento de los niños de 5 a 13 años tiene algún tipo de ocupación de acuerdo a las últimas estadísticas que se difundieron, correspondientes al año 2012. Además, el 2,4 por ciento en la misma franja etaria realiza una “actividad doméstica intensiva” durante 10 horas diarias o más.
Un estudio de los investigadores de la UNSa Jorge Paz y Carolina Piselli señala que hay una asociación entre el hecho de que los chicos trabajen y la pobreza de sus familias, si bien la situación económica no es el único factor que determina el empleo infantil.
El 13,1 por ciento de los chicos de hogares indigentes estaba integrado de alguna forma al mercado laboral según una encuesta que se hizo en 2004, pero la cifra bajaba al 10 por ciento para los de familias pobres y al 7 por ciento para los que estaban por arriba de la línea de la pobreza.
Aunque las necesidades materiales no son el condicionante absoluto y las diferencias entre estratos no son radicales, queda claro que las políticas sociales para mejorar los ingresos de los mayores son un punto clave para que los chicos se dediquen a estudiar o jugar.
También queda relativizada la suposición de que los niños trabajan solo por “cuestiones culturales” o porque sus padres consideran que está bien que lo hagan.
En marzo se aprobó una ley nacional que establece penas de hasta cuatro años de prisión para los que contraten a niños.
La norma no establece condenas, sin embargo, para las familias con hijos que deben desarrollar tareas como vender o pedir limosna para ayudar a sostener el hogar.
El problema del trabajo infantil en Salta fue centro de un debate que surgió el mes pasado, después del asesinato de una niña de 9 años en Joaquín V. González.
La nena había ido a ofrecer bollos la última vez que salió de su casa. Sus ventas ayudaban a la subsistencia de su familia en un pueblo que tiene al 40 por ciento de sus habitantes bajo la línea pobreza según indican estadísticas provinciales de 2011.
Hoy, en el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, se realizan actividades para reflexionar sobre los riesgos y las complicaciones en el desarrollo que pueden significar las horas de juego y educación que les quitan a los chicos que participan de la actividad económica.
Penas de prisión
El 20 de marzo de este año se aprobó por unanimidad en el Senado de la Nación una ley que establece que es delito emplear un chico que tenga menos de 15 años.
La norma fijó penas de uno a cuatro años para los que “aprovechen económicamente el trabajo de un niño”.
Las condenas son para los empleadores pero no para los padres de chicos que desarrollen alguna actividad de apoyo para el hogar porque se consideró la situación de vulnerabilidad de las familias.
Hoy es el Día Internacional contra el Trabajo Infantil y habrá actividades de concientización para la población en el centro de la ciudad.
http://www.eltribuno.info/salta/Note.aspx?Note=291367
Al menos 60 chicos tenían alguna actividad laboral en las calles del centro salteño el año pasado de acuerdo a un relevamiento que hizo el Ministerio de Trabajo de la Provincia.
Sobre este total, la mitad debía buscar un ingreso todos los días y el resto lo hacía de manera esporádica.
La realidad de estos chicos, que no responden a una empleador pero ayudan a mantener sus hogares, es la de muchos en el país.
En Argentina, un 2,2 por ciento de los niños de 5 a 13 años tiene algún tipo de ocupación de acuerdo a las últimas estadísticas que se difundieron, correspondientes al año 2012. Además, el 2,4 por ciento en la misma franja etaria realiza una “actividad doméstica intensiva” durante 10 horas diarias o más.
Un estudio de los investigadores de la UNSa Jorge Paz y Carolina Piselli señala que hay una asociación entre el hecho de que los chicos trabajen y la pobreza de sus familias, si bien la situación económica no es el único factor que determina el empleo infantil.
El 13,1 por ciento de los chicos de hogares indigentes estaba integrado de alguna forma al mercado laboral según una encuesta que se hizo en 2004, pero la cifra bajaba al 10 por ciento para los de familias pobres y al 7 por ciento para los que estaban por arriba de la línea de la pobreza.
Aunque las necesidades materiales no son el condicionante absoluto y las diferencias entre estratos no son radicales, queda claro que las políticas sociales para mejorar los ingresos de los mayores son un punto clave para que los chicos se dediquen a estudiar o jugar.
También queda relativizada la suposición de que los niños trabajan solo por “cuestiones culturales” o porque sus padres consideran que está bien que lo hagan.
En marzo se aprobó una ley nacional que establece penas de hasta cuatro años de prisión para los que contraten a niños.
La norma no establece condenas, sin embargo, para las familias con hijos que deben desarrollar tareas como vender o pedir limosna para ayudar a sostener el hogar.
El problema del trabajo infantil en Salta fue centro de un debate que surgió el mes pasado, después del asesinato de una niña de 9 años en Joaquín V. González.
La nena había ido a ofrecer bollos la última vez que salió de su casa. Sus ventas ayudaban a la subsistencia de su familia en un pueblo que tiene al 40 por ciento de sus habitantes bajo la línea pobreza según indican estadísticas provinciales de 2011.
Hoy, en el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, se realizan actividades para reflexionar sobre los riesgos y las complicaciones en el desarrollo que pueden significar las horas de juego y educación que les quitan a los chicos que participan de la actividad económica.
Penas de prisión
El 20 de marzo de este año se aprobó por unanimidad en el Senado de la Nación una ley que establece que es delito emplear un chico que tenga menos de 15 años.
La norma fijó penas de uno a cuatro años para los que “aprovechen económicamente el trabajo de un niño”.
Las condenas son para los empleadores pero no para los padres de chicos que desarrollen alguna actividad de apoyo para el hogar porque se consideró la situación de vulnerabilidad de las familias.
Hoy es el Día Internacional contra el Trabajo Infantil y habrá actividades de concientización para la población en el centro de la ciudad.
http://www.eltribuno.info/salta/Note.aspx?Note=291367
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