lunes 15 de noviembre de 2010
Karla Jacobs
"El derecho a la libertad de expresión siempre es importante para los profesionales de los medios de comunicación, pero deben sopesarla con otros derechos importantes, más especialmente los derechos del niño a la libertad de no sentir temor y no ser explotado." Aidan White, Secretario General de la Federación Internacional de Periodistas.
El hecho de investigar y escribir este artículo fue motivado por el asombro que sentí mientras veía la sección de noticias internacionales de la edición estelar de TVnoticias de Canal 2 (Televicentro de Nicaragua S.A.) el día miércoles 27 de octubre del 2010. Mientras cenaba y jugaba con los niños de la familia en la sala de mi casa, quedé, y quedamos todos, bocabiertos al presenciar escenarios de torturas proporcionadas a dos víctimas de secuestro de una banda delincuencial de México como parte de un reportaje que Canal 2 había comprado a Univisión.
No fuimos testigos únicamente de las imágenes de golpes y azotazos, sino que también del audio de los quejidos de los víctimas a quienes, segundos después, miramos rogar a sus familias que se apuraran en pagar el rescate para que los secuestradores de la banda “El Chino” los pusieran en libertad.
La ironía de esta anécdota es que en mi casa solo miramos los noticieros del Canal 2 y Canal 4 ya que, según nuestra experiencia, han sido los únicos de la televisión abierta (la televisión gratuita) que no procuran pasar imágenes que dañen sicológicamente a las personas, especialmente a los niños.
Al investigar alrededor del tema de la nota roja encontré evidencia de un amplio debate sobre este fenómeno mediático en Nicaragua durante los últimos años, así como evidencia que sugiere que este debate no ha tenido mucho efecto en términos de variar la tendencia de muchos medios de optar por contenido violento como un parte integral de sus programas noticieros.
En su artículo de opinión "Diez consecuencias de la “nota roja policial”
en medios de comunicación social" (http://impreso.elnuevodiario.com.ni/2007/09/28/opinion/60057) Francisco Javier Bautista resume de manera empírica pero muy elocuente los efectos nocivos de la nota roja sobre la sociedad en general. Cualquier ciudadano que alguna vez haya sentido asombro por el carácter gráfico y hedonístico de las imágenes de violencia utilizadas durante los noticieros nacionales estaría de acuerdo con Bautista en alguna que otra de las consecuencias que él señala, entre las cuales están:
* Incrementar el miedo, los temores, el estrés, la incertidumbre e inseguridad entre los ciudadanos quienes perciben el drama de los hechos como una amenaza próxima, creciente e incontrolable...
* Deteriorar la sensibilidad social y humana ante el drama de otras personas; ... provocar indiferencia ante el dolor ajeno, la desgracia y la tragedia de otros y otras.
* Motivar la adquisición de armas de fuego.
* Incrementar la desconfianza en las instituciones públicas ... vinculadas a la seguridad y justicia penal.
* Incrementar la desconfianza social, descohesionar y afectar la necesaria convivencia y tolerancia social.
* Promover soluciones autoritarias justificando acciones coercitivas y de hecho al margen de la ley y la institucionalidad.
* Violentar los derechos humanos de víctimas, presuntos autores, familiares y público en general.
* La televisión normaliza comportamientos y actitudes
De hecho la opinión de un amplio rango de expertos nacionales e internacionales, así como la evidencia recopilada a través de diferentes estudios científicos sobre el tema de violencia en los medios, corroboran lo señalado por Bautista.
Mónica Zalaquett, directora del Centro de Prevención de la Violencia (CEPREV) y Lidia Gutiérrez, psicóloga de la clínica Mente Sana en Managua, por ejemplo, afirman el poder de la televisión en el sentido de legitimar y normalizar acciones y actitudes. Gutiérrez agrega que lo reiterativo de las imágenes violentas en la televisión nacional los hace particularmente dañinas para los niños y jóvenes quienes son especialmente propensos a grabar mensajes subliminales en sus mentes (http://impreso.end.com.ni/2006/02/10/suplemento/saludysexualidad/1474).
Mientras tanto, en su 2do informe sobre la nota roja en los medios de Nicaragua,(http://www.cinco.org.ni/archive/77.pdf) Guillermo Rothschuh, Director del Observatorio de Medios del Centro de Investigción de la Comunicación (CINCO), confirma que los reportajes de nota roja están enfocados en transmitir “dolor humano, … desgracia, … maldad … y tragedia” sin intención de informar de manera constructiva dado que “nunca [se establece] la correlación entre el suceso y sus implicaciones en la vida nacional.”
Los que producen la nota roja incursionan en delitos
Como parte de su informe Rothschuh da amplios detalles de las violaciones de los derechos humanos de las víctimas y presuntos autores de crímenes o accidentes cometidos por los que producen y divulgan la nota roja.
A cómo se expondrá más adelante, la legislación nicaragüense deja mucho que desear en el sentido de condenar, concretamente, muchos abusos que se cometen con la nota roja. Sin embargo, como comprobó Rothschuh en su informe, las escasas limitaciones legales que sí existen son pisoteadas por los que producen este tipo de programa informativo sin que las autoridades tomen las debidas acciones legales contra los responsables.
Según Rothschuh, entre los artículos de legislación nacional que son violados frecuentemente por los que producen la nota roja son los artículos 200 y 205 del Código Penal referentes, respectivamente, a violación de domicilio y difusión no autorizada de imágenes de un difunto.
Además, el estudio “Periodistas Hablan: violencia mediática contra la niñez” realizado en 2005 por el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH) con el apoyo de Save the Children Noruega encontró que el Artículo 71 del Código de la Niñez que prohibe [textualmente] “difundir por cualquier medio los nombres, fotografías o señales de identificación que correspondan a niñas, niños y adolescentes que hayan sido sujetos activos o pasivos de infracción penal,” fue violado en el 15% de noticias de los medios nicaragüenses que involucren a la niñez. (http://impreso.end.com.ni/2006/02/10/suplemento/saludysexualidad/1474)
Violencia mediática crea estereotipos negativos entre la sociedad
Otro efecto que tiene la nota roja sobre la psique nicaragüense, según Rothschuh, es la promoción de estereotipos negativos de ciertos sectores de la sociedad: “Los medios evidenciaron una relación simbiótica entre los hechos de violencia y la pobreza. … [Los medios] cayeron en un maniqueísmo en proyectar ante la opinión pública que la delincuencia, el dolor y [la] desgracia, tiene rostro de pobreza.”
Autor de múltiples estudios, artículos y libros sobre los efectos de violencia en los medios de comunicación, el estadounidense George Gerbner (q.e.p.d), opinó igual a Rothschuh que divulgar violencia por los medios de comunicación es una manera eficaz de demostrar poder social: “[la violencia mediática] te enseña tu lugar en el orden jerárquico de la sociedad.” (http://www.media-awareness.ca/english/issues/violence/violence_debates.cfm)
Basado en los resultados de su estudio sobre violencia televisiva (no sólo en programas noticieros sino también en otros géneros televisivos como telenovelas y películas) - un estudio que duró varios decenios - Gerbner pudo establecer que la mayoría de los autores de crímines son retratos de hombres jóvenes de los sectores más empobrecidos de la sociedad y que las víctimas de crímenes cometidos son casi siempre mujeres.
Estudio Global de la UNESCO establece inequívocas afectaciones negativas en los niños
Sin duda el estudio más amplio y prestigioso sobre los efectos de violencia mediática en los niños es el Estudio Global de Violencia Mediática (http://unesdoc.unesco.org/images/0011/001178/117881s.pdf) de la UNESCO (la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) realizado entre 1996 y 1997 con el objetivo de establecer científicamente el nivel de afectación que tiene la exposición a imágenes de violencia real y ficticia a través de diferentes medios de comunicación en niños alrededor del mundo. Como parte del estudio se entrevistó a más de 5,000 niños y niñas de 23 diferentes países en todas las regiones del mundo.
El coordinador del estudio, Dr. Jo Groebel, comenta que aunque “los niños y adolescentes han estado siempre interesados en sentir emociones y a menudo lo hacen a través de historias o cuentos violentos … con la aparición de los medios de comunicación masivos, las películas y en especial la televisión, la cantidad de contenido agresivo … consumido [a diario] por los grupos de estas edades ha aumentado dramáticamente. Como al mismo tiempo está aumentando también la violencia real, especialmente entre la juventud, parece posible correlacionar ambas - la violencia de los medios y la conducta agresiva.”
Los resultados del estudio permitieron determinar lo que se llama la “Teoría Brújula” que sí establece que existe un vínculo entre violencia en los medios de comunicación, principalmente violencia en la televisión, y afectaciones sicológicas y sociológicas negativas evidentes en los comportamientos y actitudes de los niños - un vínculo que tiende ser más o menos fuerte dependiendo de las circunstancias culturales y socio-económicas del niño.
Entre las afectaciones identificadas durante el estudio son la provocación de prejuicios sociales, un indebido nivel de temor, así como una predilección de responder a problemas con conductas agresivas.
Las circunstancias que más definen la probabilidad de que un niño experimente efectos negativos por exposición a violencia a través de los medios son, entre otras cosas, su entorno socio-económico (entre más pobreza, más afectación), el nivel de crímen y violencia en su hogar y vecindario (entre más crímen y violencia, más afectación) y la existencia o no de conflictos armados en su país (la existencia de un conflicto armado provoca más afectación).
Estos resultados son “claro y plausible,” según Groebel; “en áreas con un alto índice de problemas, los niños no solo tienen una conducta más agresiva sino que están afectados emocional- y cognitívamente: [reaccionan con] más violencia hedonística, más ansiedad y [tienen] una visión más pesimista del mundo.”
Además el Estudio Global estableció que la cantidad de contenido violento en los medios es un factor que determina la probabilidad de afectación encontrando que los niños que viven en países donde un alto porcentaje del contenido mediático está relacionado con la violencia tienen más probabilidades de “[desarrollar] un nuevo marco de referencia y [de canalizar] predisposiciones problemáticas … a través de actitudes y conductas destructivas.”
Países de diferentes regiones del mundo establecen medidas para proteger a los niños
En base a los diferentes estudios realizados y a la preocupación expresada sobre el tema por sus respectivas poblaciones, los gobiernos de diversos países del mundo han introducido, durante las últimas décadas, diferentes formas de regular el contenido mediático, con
especial énfasis en el contenido televisivo, para proteger a los menores de edad.
Entre las medidas más comunes que han sido implementadas con éxito en países como Canadá, el Reino Unido, Finlandia, Suecia, Holanda y Venezuela son; a) un horario (generalmente desde las 5am o 6am hasta las 9pm o 11pm) durante el cual no se permite divulgar imágenes o descripciones de violencia y sus consecuencias y b) medidas obligatorias a través de las cuales los medios advierten al público inmediatamente antes de divulgar algún contenido que pueda ofender u ocasionar daño.
Estas medidas, por lo general, son implementadas por los medios mismos y su cumplimiento es monitoreado a través de una entidad semi pública creada específicamente para asegurar la efectividad de las medidas. De esa manera se puede considerar este tipo de regulación mediática como co-regulación (o sea una mezlca de autoregulación y regulación estatal).
Finlandia, Suecia y Venezuela: reglas mediáticas más extensivas
En recientes años algunos países han sentido la necesidad de implementar reglas mediáticas más estrictas para asegurar una adecuada protección para los niños con respecto a diferentes afectaciones de los medios. Finlandia, por ejemplo, en 2004 reformó su ley de medios facilitando una más extensiva y detallada autoregulación específicamente en el sentido de prestar atención systemática al contenido de todos los programas para poder determinar si son aptos para niños.
Otro país que ha tomado medidas más extensivas para proteger a los niños es Suecia donde es prohibido del todo divulgar anuncios de naturaleza comercial dirigidos a niños menores de 12 años.
En Venezuela recientemente se introdujo una ley de medios que establece medidas no sólo para evitar daños en los niños sino también para fomentar su desarrollo positivo a través de programación dirigida específicamente a los menores de edad.
En la venezolana Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, aprobada en 2005, entre otras cosas, se limita a dos horas diario la divulgación de telenovelas a la vez de que se establecen medidas concretas para fomentar la producción nacional de programas educativas y de entretenimiento para niños y adolescentes.
De esta manera el Estado venezolano asume sus deberes como firmante de la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño que en su artículo 17 dice textualmente: “Los Estados partes reconocen la importante función que desempeñan los medios de comunicación y velarán por que el niño tenga acceso a información y material que tengan por finalidad promover su bienestar social, espiritual y moral y su salud física y mental.”
La legislación nicaragüense favorece el libre mercado mediático sobre los derechos del niño
Aparte de los tres artículos de ley mencionados en la primera parte de este artículo (que, según Rothschuh, son violados sistemáticamente por los medios) hoy día en Nicaragua la legislación referente a la responsabilidad social de los medios de comunicación es sumamente limitada. Mientras existen algunos artículos que parecen, en principio, expresar la intención de proteger a la sociedad de los posibles abusos cometidos por los medios, hace falta una legislación más específica que penaliza prácticas mediáticas dañinas.
Entre los artículos que se pueden interpretar como soporte de los derechos de la sociedad ante los abusos de los medios están los artículos 67 y 68 de la Constitución Política que dicen textualmente:
* Artículo 67: el derecho de informar es una responsabilidad social y se ejerce con estricto respeto a los principios establecidos en esta Constitución.
* Artículo 68: Los medios de comunicación dentro de su función social, deberán contribuir al desarrollo de la nación.
También hay varios artículos del Código de la Niñez y la Adolescencia que expresan la intención de proteger a la niñez de diferentes formas de maltrato sicológico y moral, por ejemplo:
* Artículo 5: Ninguna niña, niño o adolescente será objeto de cualquier forma de discriminación, explotación o maltrato … psíquico por acción u omisión a sus derechos y libertades. …
* Es deber de toda persona velar por la dignidad de la niña, niño o adolescente poniéndolo a salvo de … las situaciones anteriormente señaladas.
* Artículo 33: Todas las niñas, niños y adolescentes tienen el derecho de disfrutar del más alto nivel posible de salud … mental. …
No obstante, vale la pena señalar, que los artículos 65, 67 y 69 del mismo Código establecen limitaciones en términos del acceso de menores a material y contenido mediático que pueda lesionar su integridad psíquica o moral sin mencionar específicamente la responsabilidad de los medios de comunicación en este sentido.
Esta omisión confirma el carácter inadecuado de los artículos 5 y 33 del mismo código en términos de poder proteger a los niños en el caso específico de exposición a contenido violento a través de los medios de comunicación incluyendo la televisión.
El Código de Ética del CPN
La única otra ley que expresa la intención de que los programas informativos no sean instrumentos a través de los cuales se divulguen mensajes que van contra el bienestar de la sociedad es la ley 372, Ley Creadora del Colegio de Periodistas de Nicaragua (CPN) aprobada por la Asamblea Nacional en el año 2001. El artículo 3 de esta ley establece como objetivo del CPN “[v]elar por el cumplimiento de las normas éticas que sean aprobadas para preservar la realización y ejercicio de un periodismo honesto, responsable y veraz.”
En Agosto 2008 el Comité de Ética y Honor del CPN aprobó el Código de Ética del Colegio como parte del cual se establecen varias normas que favorecen el respeto a la ciudadanía incluyendo el Artículo 6 que dice textualmente: “El/a periodista en el ejercicio de sus funciones está obligado a respetar: el honor, la honestidad, la solidaridad, y la responsabilidad de los nicaragüenses.”
Sin embargo, hasta la fecha este código no ha sido reglamentado paraestablecer sanciones específicas, hecho que resta relevancia al mismo.
Actualmente existe un anteproyecto de ley impulsado por miembros del Comité de Ética y Honor del CPN en el cual se sugiere reformar la Ley 372 para incluir un capítulo llamada “Procedimientos para regular el periodismo en Nicaragua” entre otras cosas. Este anteproyecto parece un intento de reglamentar las facultades del Comité de Ética y Honor en términos de poder sancionar prácticas antiéticas.
No obstante, aun si se lograra aprobar la propuesta de reformar la ley 372, no está claro el nivel de efectividad que tendría dado que incuestionablemente la responsabilidad de las prácticas antiéticas en que incursionan la nota roja no la tienen los periodistas sino los dueños y redactores de los medios que son los que establecen las perspectivas desde las cuales el canal o estación investigue y presente las informaciones noticieras.
Visto desde esta perspectiva, el tema de cómo controlar los abusos de la nota roja se vuelve un tema de regulación comercial, no periodística.
¿Por qué en Nicaragua no hay legislación para proteger a los niños?
El hecho de que Nicaragua no cuenta hoy en día con limitaciones mediáticas para proteger a los niños tiene que ver con diferentes factores económicos, políticos y culturales, aunque se puede decir que el principal obstáculo en este sentido es el alto nivel de influencia que gozan las grandes empresas mediáticas para quienes la primera prioridad siempre serán sus márgenes de ganancia.
Sencillamente, los medios no quieren dejar de divulgar sus programas de nota roja porque son altamente rentable a como explica Rothschuh:
La nota roja por su morbosidad, emotividad y sensacionalismo, más allá de las voces críticas, se convirtió en el consumo de noticias predilecto de una buena parte de la ciudadanía. Consciente de su consumo, los medios incrementaron la oferta creando programas especializados en las notas rojas[,] desatando [así] una competencia desenfrenada.
En aras de evitar cualquier intervención estatal que podría afectar las ganancias de los medios de comunicación, los feligreses de la lógica neoliberal - de que se debe permitir que el libre mercado penetre todos los aspectos de las relaciones comerciales sin ninguna limitación - han buscado como vincular el argumento a favor de regulación pública para proteger a los niños con un intento antidemocrático de limitar la libertad de expresión.
Desgraciadamente resulta fácil manipular los argumentos en esta dirección dada la experiencia de censura en la historia reciente del país (tanto durante la Dictadura de Somoza como durante la guerra de los Contras), experiencia que hace del tema de la libertad de expresión un tema emotivo.
Proteger a los niños ¿amenaza la libertad de expresión o las ganancias de los medios?
Los que impulsan la manipulación del argumento a favor de reglas mediáticas para proteger a los niños con una amenaza a la libertad de expresión promueven la autoregulación como única solución a la irresponsabilidad social de los medios a pesar de que la experiencia nacional e internacional ha demostrado que la autoregulación por si sola no produce resultados satisfactorios.
Esta insistencia de no permitir ninguna forma de legislación que limita la tendencia de los medios de divulgar contenido violento muchas veces provoca la promoción de argumentos autocontradictorios, que permiten cuestionar la genuidad con que sus autores denuncian la nota roja.
Periodista y Director de CINCO, Carlos Fernando Chamorro, por ejemplo, en su artículo “Mercado, Nota Roja y Autoregulación” (http://www.confidencial.com.ni/archivo/2005-424/alcierre1-424.htm) aparentemente condena los abusos de la nota roja (“el drama social aparece descontextualizado y con frecuencia se atropella a las víctimas, al idioma y a la comunidad,”) para después justificar su existencia como un simple producto de mercado.
De hecho el artículo de Chamorro está enfocado principalmente en la interpretación de la nota roja como un fenómeno mercantil que, según el autor, llegará a su fin si así desea la ciudadanía: “Cuánto durará el ciclo de la nota roja televisiva, depende en gran medida de la interacción del público con los medios.”
Pero sólo unos párafos antes Chamorro había afirmado que el éxito de la nota roja depende del hecho de que “[los] principales sujetos y destinatarios [de la nota roja] carecen de poder individual o colectivo ante los medios.”
De igual manera, y a pesar de su tono de fuerte condena de los abusos de la nota roja, Rothschuh parece dar prioridad a la libertad de los medios de divulgar contenido violento sobre el derecho de los niños de ser protegidos al promover el modelo de autoregulación que él mismo reconoce como un modelo fallido:
“Una de las medidas más urgentes para evitar la condena de la opinión pública y la aplicación de leyes, sería mediante la emisión de códigos de ética. En Nicaragua debido a los abusos cometidos con la nota roja, pocos creen en la efectividad de la autorregulación.” (sic)
No está claro sobre qué ejemplo o modelo los defensores del libre mercado mediático basan sus argumentos contra la regulación pública para proteger a los menores de edad más allá de su reaccionaria filosofía neoliberal - la filosofia detrás de un modelo que, durante los últimos años, ha sido revelada ante los ojos del mundo entero como un modelo perverso en que las necesidades del mercado tienen absoluta prioridad sobre el bienestar de la población con resultados catastróficos para la sociedad.
Nicaragua transita una nueva fase donde un Estado activo vela por el bienestar del pueblo
Desde que el Comandante Daniel Ortega asumió la Presidencia en enero 2007 Nicaragua ha entrado en una nueva fase de su historia política; una fase en que se ha demostrado contundentemente que hay alternativas al modelo neoliberal - alternativas en que un Estado activo, al lado del pueblo, puede exigir la responsabilidad corporativa con resultados exitosos.
Por supuesto que implementar reglas para los medios de comunicación con el fin de proteger a los menores de edad no es una tarea fácil dado que desde ya está establecido el consenso entre los grandes medios que proteger a los niños amenaza la libertad de expresión. Pero no hay porque pensar que no se puede establecer otro consenso popular buscando alianzas con diversos e importantes actores sociales y hasta religiosos.
Los hechos son inequívocos: la violencia mediática daña la integridad moral y psíquica de los niños. No hacen falta llamadas a la conciencia de los dueños de medios: hace falta tomar acciones para proteger a la sociedad de sus abusos.
http://www.argenpress.info/2010/11/nicaragua-el-libre-mercado-mediatico.html
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