Yasky, Zaffaroni y Verbitsky en una charla sobre seguridad y prevención
En una sala repleta del cine Gaumont, Zaffaroni compartió mesa con el periodista y escritor Horacio Verbitsky, presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), y con el secretario General de la CTA, Hugo Yasky, quien moderó el encuentro.
Se trató de la primera mesa redonda de un ciclo de debates sobre temas fondo y actualidad que protagonizará la CTA a lo largo de 2013.
Zaffaroni detalló el informe “Homicidios dolosos 2011” que elaboró el Instituto de Investigaciones de la Corte Suprema de la Nación. Un estudio sobre los años 2010 y 2011 que condujo a una serie de conclusiones contra intuitivas o, al menos, contrarias a los lugares comunes instalados por algunos medios de comunicación. Por ejemplo, el juez de la Corte afirmó que los índices de criminalidad en la ciudad de Buenos Aires son bajísimos en comparación con los de la región (6,57 cada cien mil habitantes contra 20 cada 100.000 de Brasil y 26 de México); que la mitad de los casos se dieron entre conocidos; que el alcohol es la principal droga criminológica, al contrario del mito circulante respecto a la influencia de drogas ilegales como el paco; que un tercio de las víctimas fueron extranjeros; que los 190 asesinatos de 2011 se concentraron mayoritariamente en la zona sur (es decir, “los pobres se matan entre sí”, según Zaffaroni); y reveló que en 2011 solo hubo 2 homicidios cometidos por menores.
Sobre la posible disminución de estas estadísticas, Zaffaroni destacó que el principal factor disuasivo es la “prevención primaria”: o sea, la urbanización, el desarrollo social y estructural. Sobre la llamada prevención secundaria, la encarada por las fuerzas de seguridad, señaló que el ingreso de 2.500 efectivos de la gendarmería y prefectura en la ciudad de Buenos Aires fue clave para bajar las cifras criminológicas.
A su turno, Verbitsky celebró el informe realizado por la Corte, y aseguró que “el vacío de información es lo que hace que prevalezca un sentimiento de miedo, y que sobre ese miedo aparezcan las operaciones mediáticas”. Al respecto, el escritor realizó una crítica en clave irónica: “Se habla de oleadas de denuncias de violencia criminal, pero nunca hay oleadas de denuncias sobre evasión impositiva, y lo que se explotan son casos minoritarios, homicidios en los cuales es pobre el victimario y la víctima es rica, que son los menos frecuentes”.
El presidente del CELS denunció la “demagogia punitiva” encarnada por “los charlatanes de feria como el Colorado De Narváez”. Verbistky además cuestionó la ley bonaerense recientemente aprobada, impulsada por el gobernador Daniel Scioli, que limita las excarcelaciones de quienes hayan sido aprehendidos con armas de fuego no declaradas, ilegales o de guerra. “Van a aumentar las personas privadas de su libertad sin condena”, pronosticó.
Sobre la investigación que realizó Zaffaroni, el periodista declaró: “Bienvenido el rol que la corte suprema decidió asumir para contribuir a la reducción de la violencia en la sociedad y a redimir el rol de la justicia y dar un pasito hacia la expresión de deseos que manifestó la semana pasada el presidente de la Corte, (en referencia a Ricardo Lorenzetti) de ser un poder del estado y no una corporación”.
Al inicio de la charla, Yasky subrayó que los temas vinculados a la seguridad y la prevención “también involucran a la clase trabajadora, que tiene que asumir un protagonismo político y abordar temas más allá de las demandas sindicales concretas”.
En el cierre de esta primera mesa redonda organizada por la CTA, Yasky afirmó que “los que queremos luchar por la ampliación de derechos, con más Estado y menos xenofobia, con más igualdad de oportunidades, tenemos esta iniciativa para tratar que las reglas del juego no terminen siendo siempre escritas por quienes quieren clases sedimentadas con privilegios y clases sociales sin derechos”.
Sobre la inseguridad tan presente en la agenda mediática, Yasky aseguró que los “medios apuntalan un criterio de verdad que solo se sostiene en la fuerza y en el poder represivo”.
En el Gaumont estuvo presente el diputado Leonardo Grosso, que está al frente de una campaña contra la violencia institucional con la “consigna seguridad e inclusión social”; Raquel Witis, de las Madres del Dolor, y familiares de víctimas de gatillo fácil, y la directora del Incaa, Liliana Mazure. Además, claro, varios dirigentes de la CTA: entre otros, Carlos Girotti, Gustavo Rollandi, Eduardo Pereyra, Stella Maldonado, Graciela Moyano, Norberto Gonzalo y Eduardo López.
Zaffaroni detalló el informe “Homicidios dolosos 2011” que elaboró el Instituto de Investigaciones de la Corte Suprema de la Nación. Un estudio sobre los años 2010 y 2011 que condujo a una serie de conclusiones contra intuitivas o, al menos, contrarias a los lugares comunes instalados por algunos medios de comunicación. Por ejemplo, el juez de la Corte afirmó que los índices de criminalidad en la ciudad de Buenos Aires son bajísimos en comparación con los de la región (6,57 cada cien mil habitantes contra 20 cada 100.000 de Brasil y 26 de México); que la mitad de los casos se dieron entre conocidos; que el alcohol es la principal droga criminológica, al contrario del mito circulante respecto a la influencia de drogas ilegales como el paco; que un tercio de las víctimas fueron extranjeros; que los 190 asesinatos de 2011 se concentraron mayoritariamente en la zona sur (es decir, “los pobres se matan entre sí”, según Zaffaroni); y reveló que en 2011 solo hubo 2 homicidios cometidos por menores.
Sobre la posible disminución de estas estadísticas, Zaffaroni destacó que el principal factor disuasivo es la “prevención primaria”: o sea, la urbanización, el desarrollo social y estructural. Sobre la llamada prevención secundaria, la encarada por las fuerzas de seguridad, señaló que el ingreso de 2.500 efectivos de la gendarmería y prefectura en la ciudad de Buenos Aires fue clave para bajar las cifras criminológicas.
A su turno, Verbitsky celebró el informe realizado por la Corte, y aseguró que “el vacío de información es lo que hace que prevalezca un sentimiento de miedo, y que sobre ese miedo aparezcan las operaciones mediáticas”. Al respecto, el escritor realizó una crítica en clave irónica: “Se habla de oleadas de denuncias de violencia criminal, pero nunca hay oleadas de denuncias sobre evasión impositiva, y lo que se explotan son casos minoritarios, homicidios en los cuales es pobre el victimario y la víctima es rica, que son los menos frecuentes”.
El presidente del CELS denunció la “demagogia punitiva” encarnada por “los charlatanes de feria como el Colorado De Narváez”. Verbistky además cuestionó la ley bonaerense recientemente aprobada, impulsada por el gobernador Daniel Scioli, que limita las excarcelaciones de quienes hayan sido aprehendidos con armas de fuego no declaradas, ilegales o de guerra. “Van a aumentar las personas privadas de su libertad sin condena”, pronosticó.
Sobre la investigación que realizó Zaffaroni, el periodista declaró: “Bienvenido el rol que la corte suprema decidió asumir para contribuir a la reducción de la violencia en la sociedad y a redimir el rol de la justicia y dar un pasito hacia la expresión de deseos que manifestó la semana pasada el presidente de la Corte, (en referencia a Ricardo Lorenzetti) de ser un poder del estado y no una corporación”.
Al inicio de la charla, Yasky subrayó que los temas vinculados a la seguridad y la prevención “también involucran a la clase trabajadora, que tiene que asumir un protagonismo político y abordar temas más allá de las demandas sindicales concretas”.
En el cierre de esta primera mesa redonda organizada por la CTA, Yasky afirmó que “los que queremos luchar por la ampliación de derechos, con más Estado y menos xenofobia, con más igualdad de oportunidades, tenemos esta iniciativa para tratar que las reglas del juego no terminen siendo siempre escritas por quienes quieren clases sedimentadas con privilegios y clases sociales sin derechos”.
Sobre la inseguridad tan presente en la agenda mediática, Yasky aseguró que los “medios apuntalan un criterio de verdad que solo se sostiene en la fuerza y en el poder represivo”.
En el Gaumont estuvo presente el diputado Leonardo Grosso, que está al frente de una campaña contra la violencia institucional con la “consigna seguridad e inclusión social”; Raquel Witis, de las Madres del Dolor, y familiares de víctimas de gatillo fácil, y la directora del Incaa, Liliana Mazure. Además, claro, varios dirigentes de la CTA: entre otros, Carlos Girotti, Gustavo Rollandi, Eduardo Pereyra, Stella Maldonado, Graciela Moyano, Norberto Gonzalo y Eduardo López.
http://www.cta.org.ar/Zaffaroni-La-presencia-del-Estado.html