miércoles, 3 de octubre de 2012- Argenpress
CX36 RADIO CENTENARIO
Efraín Chury Iribarne: Le damos la bienvenida a James Petras. Buen día ¿cómo está?
James Petras: Muy bien, aquí estamos disfrutando del otoño, con grandes
expectativas sobre las elecciones del próximo domingo en Venezuela, que
aparecen como las elecciones más importantes de la historia reciente no
sólo de América Latina, sino de todas las Américas.
EChI: Si le parece entonces, escuchamos su análisis sobre este tema.
JP: Si, creo que es importante hablar de muchas cosas más allá de lo que
está pasando en la campaña electoral y en las encuestas, para poder
definir cuáles son los puntos clave en este proceso político.
En primer término debemos anotar el legado histórico, y eso es muy
favorable al presidente Hugo Chávez, porque en lo años ’90 -antes de
Chávez- Venezuela vivía una época de corrupción, de masacres, de caída
del standards de vida, con un empobrecimiento impresionante, con niveles
de inflación exorbitante, con mucha corrupción que alcanzaba hasta al
entonces presidente Carlos Andrés Pérez, quien estaba involucrado en una
estafa multimillonaria.
Esto pesa mucho sobre la generación que actualmente tiene más de 35
años, particularmente de las clases populares, que recuerdan la época
negra, donde el sufrimiento era generalizado, desempleo alcanzaba al 30%
y la vida era muy dura sin apoyo estatal.
Ahora, eso es parte de lo que va a influir sobre el voto,
independientemente de lo que está pasando ahora o mejor dicho, en
relación con lo que está pasando ahora.
El segundo hecho importante es el golpe de Estado de 2002 que fracasó.
Es importante por dos razones: en ese golpe de Estado estuvo involucrado
en candidato Henrique Capriles Radonski, él encabezó la mafia, la banda
que atacó la Embajada cubana y que trató de hacer daños físicos, actuó
como un matón y no como el roquero que tratan de presentar hoy. Además,
apoyó en el lockout de los gerentes petroleros en 2003. Y esto también
pesa porque la imagen que ahora está proyectando Capriles, como un
demócrata, un socialdemócrata, un personaje en la línea de Lula; que es
todo un maquillaje porque tiene antecedentes violentos, golpistas,
vinculado siempre a los sectores de ultra derecha y eso también queda en
la memoria histórica.
Estos son dos puntos en contra de Capriles.
Ahora, lo que tiene a su favor, es lo que existe en la institucionalidad
a nivel privado y público. Es cierto que Chávez está bien ubicado en el
sector público, pero en el sector privado, por ejemplo en el sector
financiero el 80% de los bancos están en manos privadas; la gran mayoría
de los servicios privados están en manos de la derecha; un gran sector
de latifundistas y dueños de plantaciones están todavía con la derecha y
todavía el sector manufacturero sigue estando en manos privadas. Es
decir, la burguesía en general no ha sido tocada, e incluso ha tenido
cierta prosperidad por el empuje económico que la economía tiene con las
políticas del presidente Chávez.
La derecha tiene una fuerza institucional que le permite colaborar con
el imperialismo y financiar la campaña política de la derecha.
Chávez tiene a su favor la reforma agraria, lo que le da el respaldo de
un gran sector campesino, los pequeños agricultores, los obreros, los
sindicatos, las comunas, y un sector de la burguesía, contratistas, que
han trabajado junto al gobierno; y más que nada, el control sobre la
mayoría de la industria petrolera, a pesar de que hay sectores
extranjeros involucrados allá, empresas noruegas y norteamericanas que
siguen funcionando con contratos de servicio.
Es un factor importante decir que la derecha tiene una fuente
financiera, una influencia económica y a partir de eso, está influyendo
en un sector de la pequeña industria y comercio, minoristas y
mayoristas.
El tercer punto importante, es la movilización social. La capacidad de
convocatoria de la derecha no es pequeña, tiene capacidad de mover a
cientos de miles el domingo en Caracas y otras ciudades, porque tiene
una clase media que ha avanzado socialmente pero con miras hacia arriba y
no hacia abajo. Es decir, la clase media emergente, que ha mejorado su
estándar d de vida, ahora quiere ubicarse más cerca de la élite que los
de abajo. Y es un sector arribista, que busca no la solidaridad, sino el
consumo, el consumismo, el libre mercado, vinculado más que nada a la
clase media profesional que está en contra del sector público y defiende
la salud privada, la educación privada; etc. Frente a eso, Chávez
retiene una enorme base popular en los barrios, sigue teniendo una
enorme fuerza en las grandes concentraciones urbanas y tiene sectores
públicos que sienten miedo de que si vuelven a elegir a un candidato de
la derecha va a aplicar recortes públicos, privatizaciones, etc. que van
a implicar despidos de muchos funcionarios públicos. Por tanto, hay una
división entre la clase media arribista y los funcionarios públicos que
han sido contratados en los últimos años.
De todos modos, lo que hay que anotar en esta elección es la
polarización social. Cada vez que hay una elección polarizada de clases,
obviamente las clases populares están en mayoría, con mayor abundancia,
por lo que la táctica de Capriles es por una parte, dirigir su discurso
para animar a la derecha, a las clases altas; y por otro, una imagen
dirigida a la población, diciendo que él está a favor de todas las
reformas sociales de Chávez, pero que él puede implementarlos con mayor
eficiencia y menos corrupción.
Asimismo, para analizar esta elección debemos tomar en cuenta también el
ambiente internacional, que es sumamente favorable a Chávez.
En este sentido, el alto precio del petróleo, el funcionamiento de la
OPEP, los acuerdos con Rusia y China, los ingresos por petróleo;
permiten al gobierno financiar muchos proyectos con alto impacto social.
Eso es favorable.
En segundo lugar, los Estados Unidos han sufrido muchos golpes debido a
su política guerrerista y no tiene mucha presencia en América Latina,
han perdido terreno especialmente con los gobiernos de centro izquierda
que tratan de mantener una independencia y por lo menos, antigolpistas,
en el sentido tradicional de Estados Unidos.
A nivel nacional Capriles no puede competir con Chávez por popularidad.
La correlación de fuerzas a nivel internacional es favorable a Chávez,
lo mismo a nivel regional –en relación al Caribe, los programas de ayuda
con Centroamérica y América Latina-; pero donde Chávez es vulnerable,
es a nivel local, donde muchos oficiales chavistas no han funcionado
bien, hay una brecha entre los compromisos sociales declarados por
Chávez y la incompetencia de muchos oficiales para implementarlos con
eficiencia y honestidad. Y este es el punto débil, sobre el que los
Estados Unidos y el imperialismo han recomendado a Capriles que se
enfoque. Sobre los problemas de apagones, falta de agua, falta de
seguridad, etc. en los barrios.
Porque Capriles no puede ganar sólo con los votos de la clase media y la
clase alta, necesita los votos de las clases populares y está jugando
la carta del reformismo en este sentido. La batalla para Chávez es
mantener la lealtad de las clases populares en función de una lucha de
clase fuerte: diciendo que si no vuelve a ser reelecto, Capriles va a
revertir todos los programas sociales, se va a desenmascarara y se va a
presentar como un neoliberal al estilo de Carlos Andrés Pérez, Caldera. O
sea que Venezuela va a volver a vivir en la época negra del pasado. Y
eso es una debilidad para Capriles porque está asociado a la derecha
dura, a la época de corrupción, de escándalos y de miseria.
Entonces, todo depende de parte de la memoria histórica, del golpismo,
también de las reformas impactantes como las Misiones, etc. que podrían
ser bien importantes.
Finalmente en este juego, lo que tiene fuerte Capriles es el respaldo
incondicional de Barack Obama y la Casa Blanca que lo están asesorando
sobre cómo presentarse. Primero le dijeron que se presente no como
derechista, sino como populista, como reformista, diciendo que Lula es
su modelo no los golpistas de 2002 o los gerentes que paralizaron la
economía en 2003, ni la derecha que quiere volver a la época de oro para
ellos que fueron los ’90, las privatizaciones, etc.. No. Capriles debía
presentarse como un reformista, buen muchacho, reformista hiper
energético, que quiere un cambio moderado. Y Estados Unidos cree que si
pierde Capriles por un margen significativo, no van a denunciar fraude,
lo que van a hacer es consolidar el 45% que consiguen y apuntar así a
las elecciones parlamentarias que se realizarán en diciembre, para ganar
mayorías en el Congreso y neutralizar la Presidencia de Chávez.
Hugo Chávez va a ganar las elecciones este domingo 7 de octubre, pero
con un margen menor del que querían o pronosticaron. No creo que
alcancen el 60% ni los diez millones de votos. Van a conseguir menos
votos, van a ganar creo, con un margen de entre el 8 y el 10% de
diferencia, respetable, una victoria contundente en cualquier otro país.
Con eso van a tener la iniciativa para continuar extendiendo la
política social y económica y la solidaridad con América Latina.
Pero si pierde Chávez, va a ser una tremenda derrota para todos los
países que reciben su solidaridad y ayuda, como Cuba, Nicaragua,
Bolivia, y otros países.
Entonces la victoria de Chávez es no sólo una derrota a la derecha
venezolana, sino a la derecha del continente. Pero si hay un Congreso
controlado por la derecha, si hay una división, van a tratar de
neutralizar y obstaculizar la realización de este programa.
Creo que la tarea de Chávez a corto plazo es ganar estas elecciones y
más allá, hacer una rectificación en la oficialidad, cambiar las
prácticas clientelistas que vienen de muchos políticos que se han
enganchado al vagón de Chávez. Hoy se hace necesario hacer una
transformación dentro del proceso de transformación mayor.
En suma, Chávez, por su popularidad, sus hechos, las experiencias de 10
años de prosperidad y avances, es difícil que pierda las elecciones; a
pesar de que hay problemas graves en la aplicación a nivel local. Lo
segundo es que esta victoria debe ser la punta de lanza para una
rectificación en el Partido para las elecciones parlamentarias de
diciembre, a las que apuntan los Estados Unidos.
EChI: ¿Cómo analizas la situación en España?
JP: A la situación económica se suman otros factores, como el voto en el
País Vasco donde los independentistas están empatados con los
nacionalistas conservadores. Si gana la izquierda independentista va a
crear otro problema para el gobierno central de la derecha. También en
Cataluña hay problemas.
Entonces, hay una doble presión entre los independentistas y la crisis
social y económica que es cada vez más profunda. Hay problemas de todos
niveles. El Estado Español está en desintegración.
Las regiones donde gobierna la derecha –Valencia, Murcia, Madrid, etc.-
no tienen solución tampoco, entonces tenemos una crisis de niveles
sistémicos que ahora no tienen ninguna solución. Están en un callejón
sin salida. El gobierno exige más sacrificios a pesar de que ya están
cortando huesos, no hay nada de grasa ni carne. Hay un límite. Ahora han
hecho un cerco alredor del Parlamento, pero la cosa es cada vez más
severa, ¿hasta cuándo puede actuar una institucionalidad que no
funciona?
El llamado a un referéndum es un paso significativo porque ya el pueblo
no confía ni en los socialistas ni en la derecha en el gobierno. En ese
sentido podríamos ver hasta qué punto la institucionalidad va a quebrar
de una forma u otra.
La demanda ahora es que renuncie Rajoy y su gobierno, han perdido el
apoyo de la pequeña burguesía que era su mayor respaldo, el pequeño y
mediano comerciante, hay bancarrota generalizada, empleados públicos,
etc.; todo lo que era la base masiva de la derecha ha desaparecido.
Están flotando en el aire, dependiendo cada vez más del ejército, de la
Guardia Nacional, no pueden gobernar así.
EChI: En Afganistán no dan tregua a las fuerzas imperialistas, en estos
días han atacado una base de la OTAN y un contingente norteamericano.
¿Las fuerzas de ocupación se niegan a reconocer que es una guerra
perdida?
JP: Hay una doble guerra ahora. Es la fuerza del ejército norteamericano
y sus cipayos contra la resistencia nacional y musulmana; y la otra es
la guerra interna dentro de las fuerzas de ocupación. Ahora grandes
sectores del ejército afgano están en contra, en rebelión, hemos leído
una entrevista con un general norteamericano que se siente loco, porque
dice que han hecho todo lo posible sacrificándose por ese país y ese
pueblo y hoy “están apuntando los fusiles a nuestras espaldas”. Está
histérico el tipo, porque se pregunta por qué deben morir allá “cuando
quieren matarnos los mismos soldados que estamos entrenando”. Esta
histeria, esta frustración, esta bronca, es una indicación de que la
guerra está perdida y no se pueden retirar suficientemente rápido para
salvar sus propias tropas. Eso es el anticlimax de una aventura
fracasada y ahora el mismo general está condenando a sus propios
cipayos, porque los cipayos dejan de serlo para ser parte de la
resistencia.
Al final Estados Unidos tiene que acelerar su salida antes de una
rebelión generalizada, entre el ejército afgano y las fuerzas de
ocupación de la OTAN.
EChI: Se acaba de conocer el fallecimiento de Eric Hobsbawm, historiador
británico de 95 años, al que trataron de cerrarle muchas puertas.
JP: Si. Hobsbawm fue un brillante historiador del capitalismo europeo,
particularmente de Inglaterra y sobre todo, destaco los tomos que
escribió sobre la Revolución Industrial, el siglo XIX hasta la Primer
Guerra Mundial.
Ahora, sus juicios políticos no siempre eran ajustados. Era un defensor
del Frente Popular contra la dictadura en España, en la Guerra Civil;
apoyó a la URSS sin criticar durante muchos años; y termina apoyando al
Partido Laborista y los liberales en su última fase.
Por tanto, debemos reconocerlo como una de las grandes figuras
intelectuales, historiador, un hombre político contra el fascismo y
contra la derecha por muchos años; pero al final de cuentas en sus
últimos años, su juicio político sobre lo que hay que hacer actualmente
estaba muy equivocado.
EChI: Bien Petras, en nombre nuestro y de la audiencia te agradecemos muchísimo todos los aportes que has realizado.
JP: Bueno, el próximo contacto será el lunes 8, un
día después de las elecciones en Venezuela, tan decisivas, que vamos a
preparar un comentario especial sobre eso.
http://www.argenpress.info/2012/10/el-analisis-de-james-petras-elecciones.html
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