Esta semana, en la Red Latinoamericana contra el Trabajo Infantil, en la Red Latinoamericana contra el Trabajo Infantil, el moderador y sociólogo, Otto Rivera, publicó el Informe Estado Mundial de la Infancia Unicef 2012 sobre la situación de la infancia urbana, con estadísticas sobre el tema, así como sobre los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Junto a este documento se publicó un texto del moderador con aportes sobre el tema. Lee el texto y participa en la discusión.
Durante los próximos días, se publicará un texto, producido por Rivera, sobre los principales desafíos educativos de Guatemala. ¡Participa!
Si todavía tienes alguna duda, envía un mensaje para el e-mail info@redlacti.org
Estado situacional de la niñez y adolescencia
Otto Rivera
Guatemala, noviembre de 2012
IntroducciónTomando como base la información producida por el Informe Mundial de la Infancia, 2012, de UNICEF, Niñas y Niños en un Mundo Urbano, se produce la información que se describe a continuación.
Se hace a la vez, una reacción basada en la experiencia en el trabajo realizado, sobre la información producida por UNICEF para el presente reporte.
Como marco de referencia los datos globales, sirven para traer a colación algunos de los desafíos a los cuales se enfrenta América Latina y el Caribe.
Sirva este aporte para generar la discusión colectiva.
Los datos urbanos de niñas, niños y adolescentes.
1,000 millones de niñas y niños viven en ciudades grandes y pequeñas, en condiciones poco o nada favorables, con serias dificultades para accesar a servicios básicos como la salud, la alimentación, el agua potable, la educación, la vivienda digna, electricidad, entre otros.
En estas condiciones se viene a agravar la situación de pobreza, pobreza extrema, vulnerabilidad y riesgo en que se trasladan a vivir a las ciudades.
Por ello se hace necesario, de acuerdo a UNICEF, 2012:
- Comprender mejor la magnitud y la naturaleza de la pobreza y exclusión de la que son víctimas las niñas, niños y adolescentes –NNA- que viven en las ciudades.
- Definir y eliminar los obstáculos que imposibilitan la inclusión de NNA menos favorecidos.
- Garantizar que la planificación urbana, el desarrollo de infraestructura, la prestación de servicios e iniciativas de amplio alcance para la reducción y erradicación de la pobreza y desigualdades sociales, principalmente las que afectan a la niñez y adolescencia.
- Promover la creación de asociaciones entre los Estados y los NNA que sufren los mayores embates de la pobreza y precariedad en las ciudades.
- Aunar esfuerzos y energías entre la comunidad y cooperación internacional, con actores nacionales, municipales y comunitarios a favor del goce pleno de los derechos de NNA.
Habitualmente en nuestros países, los indicadores de bienestar de niñez y adolescencia, se suelen comparar entre aquellos que residen en las áreas urbanas con quienes lo hacen en las rurales, destacando que los primeros siempre se encuentran en mejores condiciones que los segundos.
El marco de los derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes
A pesar que la mayoría de Estados han ratificado la Convención de Derechos del Niño[1] y muchos lo han hecho con el Convenio No. 138 de la Organización Internacional del Trabajo –OIT- sobre la edad mínima de admisión al empleo y el Convenio 182 también de la OIT, sobre las peores formas de trabajo infantil, poco se ha avanzado en el cumplimiento de estos instrumentos.
La vida en las ciudades, para las y los NNA que se encuentran en condición de riesgo psicobiosocial, atenta flagrantemente contra sus derechos y su dignidad.
De acuerdo con los últimos datos registrados en distintas regiones del mundo, los desplazamientos de conglomerados humanos que están dejando sus comunidades de nacimiento o residencia anterior para trasladarse a las ciudades o la periferia de las mismas, no solo transforma los rasgos identitarios sino arrastra consigo otro problema importante, existe un número importante de NNA y personas adultas que están viajando sin poseer documentos de identificación personal, y se asientan en sus nuevos lugares de residencia sin una identidad ante sus Estados.
Ante esta situación se hace necesario propiciar entornos favorables. En el momento en que se hace una profunda revisión al cumplimiento de la doctrina de protección de NNA basada en el enfoque de derechos, privilegiando el interés superior de niñas, niños y adolescentes, el balance resulta negativo.
Las tareas pendientes son más que los cumplimientos.
En materia de superviviencia infantil solo en el año 2011 han muerto 8 millones de niñas y niños menores de 5 años, por tres causas prevenibles, diarreas, neumonías y complicaciones en el momento del parto.
Con relación a la atención de la salud materna y neonatal en el año 2008 han muerto 350,000 madres durante el embarazo y el parto. Otro número importante de mujeres sufren cada año lesiones que pueden durarles para toda la vida o causarles ostracismo.
La lactancia materna, que se recomienda durante los primeros seis meses de vida de los bebés para satisfacer sus necesidades nutricionales y reducir la mortalidad neonatal hasta en un 20%, se reduce en contextos urbanos
Pero como bien señalaría la Organización Mundial de la Salud –OMS- los promedios encierran una tiranía en sus resultados, ya que cuando se matizan las condiciones de vida en las ciudades, no es cierto que todas las niñas y todos los niños, se encuentren con los mismos buenos indicadores sociales.
Quienes residen en las periferias de las ciudades, su calidad de vida habitualmente se encuentra en un proceso de deterioro, malas condiciones de salud, malnutrición, bajos o casi nulos grados de escolaridad, ingreso temprano a los mercados laborales en condiciones de desventaja y desigualdad, con salarizaciones que no están en correspondencia con las actividades que desarrollan.
Para el año 2050 se proyecta que 7 de cada 10 personas vivirán en contextos urbanos, la población urbana mundial crece en 60 millones de personas por año, el mayor incremento se tiene en los países con ingresos medios o bajos.
En la medida en que crecen y se expanden las ciudades, se van modificando y transformando los comportamientos urbanos colectivos e individuales.
Dentro de los factores sociales que afectan la salud y nutrición de NNA, es la falta de acceso a alimentos seguros, agua y el riesgo en que se encuentran de ser presa fácil del acceso y consumo de drogas, tabaco o alcohol con cuyos efectos pueden afrontar las condiciones de vida que les toca vivir.
Las desigualdades sociales que se viven en las ciudades están plenas de inequidades, tanto de género como etáreas, y en el caso de países tales como México, Guatemala, Bolivia, Perú o Ecuador, también por inequidades étnicas.
El acceso a una educación de calidad siguen siendo un reto capital, a pesar de los esfuerzos que se han hecho desde el lanzamiento del Marco de Acción de Dakar de Educación Para Todos y de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, ambos en el año 2,000.
Por ello se hace necesario comprender la magnitud del problema al cual nos estamos enfrentando
En los últimos tiempos las grandes ciudades se han ido expandiendo su área de cobertura sin planificación urbana, en donde las zonas metropolitanas crecen de forma desmedida.
Dicho crecimiento implica una mayor demanda de los servicios urbanos, pero no en la misma medida que los satisfactores de las necesidades básicas. Por ello se hace necesario poner más atención a las condiciones de vida urbana, ya que en los últimos años los indicadores de deterioro se han trasladado del campo a la ciudad.
Por supuesto, estos problemas se agravan con los riesgos que conlleva esta nueva vida en los escenarios urbanos, entre los cuales podemos mencionar las enfermedades respiratorias provocadas por los índices de la contaminación, accidentes viales, o bien estar expuestos a “nuevas enfermedades” tales como VIH y/o SIDA.
Así mismo, la ausencia de espacios con vocación habitacional, trae consigo elevar los índices de hacinamiento y promiscuidad, así como la casi inexistencia de áreas verdes y parques destinados a la recreación principalmente de NNA.
Las dinámicas urbanas de las grandes ciudades, también de las pequeñas, trae consigo alteraciones en la conducta humana y su salud mental, el ruido, estrés, la violencia actitudinal o verbal, se tornan parámetros cotidianos que afectan el desarrollo de niñas, niños y adolescentes.
Se hace necesario generar intervenciones efectivas y afectivas que permitan revertir las malas condiciones de vida en que se encuentran las y los NNA tanto en ámbitos rurales como urbanos, garantizando el acceso a la salud, seguridad alimentaria y nutricional, a la educación desde la inicial y con criterios de calidad, así como un sistema de protección integral basado en el enfoque de derechos, que les garanticen el buen vivir y el bienestar individual, familiar y comunitario.
Para el año 2008 se estimaba que 215 millones de niñas, niños y adolescentes se encontraban en el mercado de trabajo, entre 5 y 17 años de edad, de los cuales 115 millones lo hacían en condiciones peligrosas.
Las NNA que viven y trabajan en la calle, sus condiciones de vida se deterioran con mayor velocidad que aquellos quienes se pueden quedar en el contexto de sus familias en condiciones favorables.
Si esto no fuera poco, las y los NNA están protagonizando un nuevo escenario, ser migrantes no acompañados dentro y fuera de sus países. Esta situación les ubica en condiciones de alta vulnerabilidad y riesgo, sus derechos están en constante peligro de ser violados, muchos de los cuales se vuelven víctimas de trata, explotación y comercialización sexual.
Las y los NNA están dejando sus hogares por la violencia intrafamiliar que viven cotidianamente, o bien porque su madre o padre han tenido que irse de la comunidad o del país y desean reencontrarse con ellos, o bien, porque desean tener un presente y futuro distinto.
Tanto la vida en las comunidades como en las ciudades se ha visto agravada con la crisis económica mundial que se viene registrando desde el año 2008 y que aún no se avizora cambios algunos que permita decir que pronto habrá una recuperación que traerá consigo el mejoramiento de las condiciones de vida.
Violencia y delincuencia
En América Latina, distintos países han sido escenarios de confrontación armada entre movimientos guerrilleros y ejércitos, o bien entre bandas vinculadas al crimen organizado y agentes de policías, pero que el medio han dejado a las comunidades y familias, siendo testigos presenciales distintas cohortes de NNA.
La historia de nuestros países está plena de hechos de violencia y en los últimos años se ha dado a la tendencia de criminalizar a las y los adolescentes, ya sea por su edad o por su lugar de residencia, y por ello las autoridades gubernamentales suelen referirse a las “zonas rojas” en donde “la violencia es mayor” y en donde todos los residentes de estos lugares son unos criminales.
El crimen organizado también ha hecho presa de adolescentes, niños y niñas, en virtud que las leyes, cuando comenten un delito, no puede juzgarles como adultos, pero también las condiciones de pobreza y pobreza extrema, el abuso y el maltrato que se sufre en el hogar, son algunos indicadores que inciden para que las y los NNA tomen decisiones menos acertadas y nada felices, con resultados que durarán por mucho tiempo.
Algo que no se ha abordado con la seriedad y profundidad requerida es el efecto que causa en la psiquis la violencia, maltrato y abuso.
La violencia urbana, que cada vez más está en crecimiento y diversificando sus expresiones de terror y horror, que no se conforma con la delincuencia común sino con el asesinato de sus víctimas al punto de decapitar y descuartizar sus cuerpos.
Son niñas y niños, principalmente, quienes se encuentran con los cuerpos de las víctimas en las calles de las ciudades y a quienes no se les brinda atención psicológica para tratar los traumas de la violencia, la guerra o el abuso y maltrato.
Los retos de las ciudades para la niñez y la adolescencia
Se requiere de enormes esfuerzos para el fortalecimiento de programas y proyectos a favor de NNA, pero lo más importante es apostarle a la institucionalidad, es decir, formulación, implementación y evaluación de políticas públicas para el mejoramiento de las condiciones de vida sin diferenciarles por el lugar de residencia.
La idea central es ciudades amigas de las y los NNA, en donde puedan tener acceso al agua, saneamiento, higiene, educación de calidad, vivienda e infraestructura, en donde se garantice la protección a la infancia.
Se requieren de espacios urbanos para jugar, recrearse, entornos favorables para crear y recrear cultura y expresiones estéticas.
Comprender que la pobreza y la pobreza extrema que viven las y los NNA no son condiciones naturales, son las acciones políticamente intencionadas las que hará reducir y revertir los efectos que se trae consigo en la vida de la niñez y la adolescencia como en sus familias.
Consolidar espacios sociales incluyentes y equitativos, en donde se respeten los derechos de todas y todos, teniendo como fin último su bienestar.
En ello están los retos a afrontar de inmediato.
[1]Con la excepción de Estados Unidos y Somalia.
DESCARGAR EL INFORME UNICEF (haz clic aquí)
http://es.redecontraotrabalhoinfantil.com/activities/14185/?boletim
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