La división sexual del trabajo se reproduce también en los nuevos ámbitos laborales que se abren con la economía digital.
La segunda brecha digital ubica a las mujeres en posición de clara desventaja frente a los hombres”, aseguró a SEMlac la directora de División de Asuntos de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) Sonia Montaño durante uno de los cortos recesos de la XII Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe de la CEPAL, que sesionó en esta capital del 15 al 18 de octubre.
Representantes de los Estados miembros y asociados de la CEPAL se comprometieron en el “Consenso de Santo Domingo” a trabajar para que la sociedad de la información y del conocimiento fomente la autonomía económica de las mujeres y su plena participación, en condiciones de igualdad, en todas las esferas de la sociedad y en todos los procesos de toma de decisiones.
La titular del Ministerio de la Mujer de República Dominicana Alejandrina Germán recibió la presidencia pro témpore trianual de la Conferencia Regional Sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, cuya XIII edición se celebrará en Uruguay en 2016. Germán admitió que “identificar y abordar las oportunidades y desafíos que ofrecen las TIC para el logro de la autonomía de las mujeres, pasa por situar su posicionamiento en el mercado laboral y en el dominio de la ciencia y la tecnología”.
El Consenso de Santo Domingo ratificó los compromisos asumidos por los países en diversos acuerdos internacionales, como diseñar acciones para la construcción de una nueva cultura tecnológica, científica y digital orientada a las niñas y las mujeres y potenciar la inclusión de la perspectiva de género como eje transversal de las políticas públicas de desarrollo productivo. También se convino en “fomentar medidas legislativas y educativas para erradicar y penalizar contenidos sexistas, estereotipados, discriminatorios y racistas en los medios de comunicación, software y juegos electrónicos”.
A esto se suma el apoyo dado al uso de las TIC y las redes sociales como recursos para prevenir la violencia contra las mujeres y mejorar la eficiencia y la calidad de los servicios de salud. Según revela un nuevo estudio de la CEPAL, en países de América Latina y el Caribe las mujeres equiparan a los hombres en acceso a Internet, pero están en clara desventaja con respecto a su uso, lo que las limita tanto en su desarrollo personal y laboral, como en el crecimiento con igualdad de los países de la región en el contexto del nuevo paradigma tecnológico.
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, insistió en que “la igualdad de las mujeres es el otro nombre de la dignidad y la democracia. No se trata de incluir a las mujeres en un modelo que las subordina, hay que cambiar los paradigmas de poder”. Bárcena y añadió que “solo será posible la autonomía económica de las mujeres en la medida de que se asegure la redistribución del trabajo total, el remunerado y el no remunerado. Se trata de garantizar políticas para que ellas realmente se apropien de los beneficios de las nuevas tecnologías, especialmente de la información”.
Para Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora ejecutiva de la entidad de Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU-Mujeres), “resulta indispensable el acceso a las TIC de las mujeres, ya que estas estimulan el ingreso, la independencia y la autoestima”.
Aunque en todos los países de la región aumentó la proporción de hombres y mujeres que usan Internet desde cualquier punto de acceso, solo en Brasil, México y Uruguay la brecha entre ambos sexos se redujo; en el resto, se amplió, indica el estudio “Mujeres en la economía digital: superar el umbral de la desigualdad”, presentado en la cita por la CEPAL.
La mitad de las mujeres (50,9%) no tiene vínculo con el mercado laboral: la tasa de actividad económica femenina asciende a 49,8 por ciento (la masculina llega a 78,7), y una de cada 10 mujeres está empleada en el servicio doméstico, entre las labores peor remuneradas y con menor protección social, alerta el documento. Otros renglones apuntan a la desigualdad, solo revertida en el caso de las asalariadas, cuyas habilidades para el uso de las TIC constituye herramienta poderosa para su inserción laboral.
“Garantizar la autonomía económica de las mujeres, aumentando su participación en el mercado laboral y reconociendo el trabajo no remunerado que ellas realizan, mayoritariamente, es uno de los principales desafíos de los países de la región”, plantea la CEPAL.
Si bien en el encuentro se reconoció que la mayoría de los países de América Latina y el Caribe poseen estrategias digitales que han permitido avances importantes en el acceso de toda la población a las TIC, la mayor parte de ellas no incluye acciones específicas para promover la igualdad de género. Un paso clave en el desarrollo de políticas es la captación de datos para medir avances y retrocesos mediante instrumentos como Isoquito Recargado, presentado en el evento paralelo de esta XII Conferencia y que se dio a conocer por primera vez en la XI Conferencia Regional sobre la Mujer efectuada en 2010, en Brasil.
Ese instrumento, desarrollado por la Articulación Feminista Marcosur, incluye indicadores sobre el bienestar social de las mujeres, la paridad económica y política y el cumplimiento de los compromisos legislativos relativos a la igualdad de género en la región. La herramienta evalúa el cumplimiento del Consenso de Quito, aprobado en la X Conferencia realizada en 2007, y se nutre de la información proporcionada por los países al Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, que coordina la División de Asuntos de Género de la CEPAL. “Sin datos no se pueden hacer políticas públicas”, comentó Montaño.
La realidad de las mujeres rurales e indígenas en el ámbito de las TIC, así como su situación en las empresas, en la ciencia y la generación de estadísticas e indicadores específicos, marca un profundo abismo y una mayor vulnerabilidad. Así lo reflejan la revisión a 20 años de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing de la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer y el debate mundial para la formulación de un nuevo marco internacional de desarrollo posterior a la fecha de conclusión de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en 2015.
“Si se quiere resolver el problema de la mujer rural, definitivamente hace falta un abordaje más integral y trabajar el tema de la educación, que no puede ser de cualquier tipo, sino que responda a sus características culturales, a su idioma”, declaró a SEMlac Mirna Cunning hyam Kain, presidenta del Centro para la Autonomía y Desarrollo de los Pueblos Indígenas e integrante del Foro Permanente sobre cuestiones indígenas en la ONU.
En su opinión, primero hay que relanzar un programa de alfabetización para las mujeres rurales, para toda la vida, y entonces disminuirá la enorme brecha entre las mujeres indígenas y el resto de la sociedad en el tema de las TIC. La dirigente indígena aseguró que “sí creemos que es importante aprovechar la oportunidad que dan las nuevas tecnologías para promover las estrategias de nuestro desarrollo”.
- Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y el Caribe (SEMlac), mercyhavana@yahoo.es
http://alianzaportusderechos.org/article/america-latina-por-una-cultura-tecnologica-y-digit/
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