Por Ruiz Marrero es autor, periodista investigativo y educador ambiental
puertorriqueño. Tiene maestría en ecología social de Goddard College y
es catedrático del Instituto de Ecología Social. Desde 2004 mantiene el
blog Haciendo Punto en Otro Blog (ver aquí). Su cuenta Twitter es @carmeloruiz.
"La solución a la debacle global ecológica y energética no puede ser simplemente la introducción de tecnologías nuevas, por ecológicamente sanas que éstas puedan ser. Sin cambios en los modelos económicos, las energías renovables servirán apenas de parchos temporeros que no detendrán el colapso global de los sistemas naturales y sociales que hacen la vida humana posible."
"La solución a la debacle global ecológica y energética no puede ser simplemente la introducción de tecnologías nuevas, por ecológicamente sanas que éstas puedan ser. Sin cambios en los modelos económicos, las energías renovables servirán apenas de parchos temporeros que no detendrán el colapso global de los sistemas naturales y sociales que hacen la vida humana posible."
Recientemente fueron publicados dos informes científicos sobre el cambio
climático que deberían ser archivados bajo la H de “horror”. El primero
es un informe sobre los hallazgos más recientes del Panel
Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC,
por sus siglas en inglés), cuerpo establecido en 1988 para asesorar a la
ONU sobre toda la información científica relevante a la implementación
de la Convención sobre Cambio Climático (1). Periódicamente publica un
resumen sumario de sus hallazgos (summary for policymakers), el cual es sujeto a aprobación línea por línea por los 195 gobiernos participantes.
El informe, publicado el mes pasado, dice que el calentamiento del sistema climático mundial es inequívoco (2). Según el documento, el mundo se continuará calentando bajo todos los escenarios. Habrá calentamiento global aún si las emisiones de gases de efecto invernadero paran en seco ahora mismo. Peor aún, “la mayoría de los aspectos del cambio climático persistirán por muchos siglos, aún si se detienen las emisiones de CO2”.
El IPCC tiene 95% de certeza de que el cambio climåtico no es producto de algún ciclo natural sino el resultado de acciones humanas, principalmente la quema de combustible fósil. Para aquellos individuos científicamente iletrados que dudan de la veracidad del cambio climático, sepan que 95% de certeza es el “standard” de oro entre científicos.
Siguiendo al informe del IPCC, un terrorífico estudio de la Universidad de Hawaii dirigido por el científico Camilo Mora publicado este mes en la revista Nature, sostiene que el calentamiento global es irreversible y que el alza en las temperaturas hará la vida humana intolerable en ciudades como París, Londres y Nueva York en las próximas décadas (3). Bajo los escenarios examinados, Ciudad México podría comenzar a experimentar un alza drástica y sin precedentes en su temperatura para 2031 y Río de Janeiro para 2050. Según el estudio, si nos ponemos a reducir nuestras emisiones ahora, sólo lograremos posponer el calentamiento por dos o tres décadas.
Hay que señalar que las advertencias sobre el calentamiento global no tienen nada de nuevas. Tan temprano como en 1968, el biólogo Paul Ehrlich mencionó el efecto de invernadero en su tomo malthusiano “La Bomba Poblacional”, y dijo “al momento no podemos predecir el resultado sobre el clima de nuestro uso de la atmósfera como un basural” (4). En 1979 el Concilio Nacional de Investigación de Estados Unidos y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) declararon que el calentamiento del planeta por causa de actividades humanas era una posibilidad real (5). Esta advertencia fue repetida de una manera más contundente en una conferencia conjunta del Programa Ambiental de la ONU y la OMM en Austria en 1985 (6). En junio de 1988 el científico James Hansen de la agencia espacial NASA presentó testimonio devastador al Congreso de Estados Unidos, en el que informó que el calentamiento causado por humanos ya había afectado el clima global (7). Ese mismo mes la OMM llevó a cabo una conferencia en la ciudad de Toronto, titulada “Conferencia Mundial sobre la Atmósfera Cambiante: Implicaciones para la Seguridad Global” (8).
Como ven, crónica de muerte anunciada. No podemos decir que no fuimos advertidos. Pero si muchos se enteraron tarde de este fenómeno o tuvieron por mucho tiempo dudas de que fuera real, fue debido a una estrategia deliberada de la industria petrolera. Entre 1994 y 1998 yo estaba reportando en el periódico Claridad acerca de organizaciones fantasmas y testaferros (frontes) corporativos financiados por las petroleras para confundir a la prensa, la ciudadanía y los políticos en torno a la realidad del cambio climático (9). La estrategia funcionó: perdimos preciosos años discutiendo si el calentamiento global era real o no, mientras se acumulaba la evidencia abrumadora y nos quedábamos con menos tiempo para tomar acción. Aún hoy día, hay individuos que creen que el cambio climático es una ficción que forma parte de un siniestro complot de control mundial, mientras que otros acuden a teorías irracionales y seudocientíficas, como los supuestos “chemtrails” (10).
Los recientes informes del IPCC y de la Universidad de Hawaii vienen justo cuando la creciente demanda energética mundial se da de cabeza contra el “crunch” energético que el geólogo estadounidense M. King Hubbert predijo hace seis décadas, llámenle el “pico del Hubbert” o el “cénit del petróleo” (11). En concordancia con la predicción de Hubbert, el petróleo de fácil extracción y refinación se está agotando. Las compañías de energía están respondiendo a la situación con esquemas descabellados que implican daños ambientales, riesgos y costos de capital extremos:
* En áreas montañosas mineras de Apalachia en Estados Unidos están pulverizando con dinamita los topes de los cerros para sacarles carbón.
* En Canadá están sacando combustible de esquisto bituminoso (shale oil) en uno de los emprendimientos más espectacularmente destructivos del ambiente de todos los tiempos.
* Se populariza en Estados Unidos la infame técnica del fraqueo (fractura hidráulica), la cual es fatal para los recursos hídricos (12).
* Y encima de eso, se hincan pozos petroleros en aguas profundas, como es el caso de la explotación del enorme yacimiento conocido como la camada pre-sal en el océano Atlántico por parte de la empresa brasileña Petrobrás, en aguas de kilómetros de profundidad, que son más peligrosas aún que donde ocurrió el reciente desastre Deepwater Horizon (13).
Estas formas de extracción de combustible fósil no solucionan para nada el problema del cambio climático. Al contrario, lo empeoran.
Por lo general, informaciones como éstas devengan en una ola de apoyo a la energía nuclear como alternativa. Pero el desastre de Fukushima ha sido la sentencia de muerte para esta opción energética. En el reactor 4 de Fukushima hay actualmente 1.300 cilindros de combustible nuclear altamente radiactivos dentro de una estructura que se está desmoronando. Si el sistema de enfriamiento falla o si los cilindros son expuestos al aire, podría ocurrir una explosión en la que se liberaría 15 mil veces la cantidad de radiación que se emitió en la explosión de Hiroshima (14). Fukushima queda a 200 millas de Tokyo, cuya área metropolitana tiene sobre 30 millones de habitantes.
No me gusta decir “se los dije”, pero los oponentes de la energía nuclear habíamos estado advirtiendo sobre precisamente este tipo de escenario desastroso desde hace décadas.
¿Que hacemos entonces?
Al parecer, todos los caminos conducen a las fuentes energéticas renovables, como la fotovoltáica y la eólica, pero el panorama no es tan sencillo. El grueso de las propuestas de energías renovables descansan sobre premisas fantasiosas e irreales, según expertos como el canadiense Vaclav Smil y el australiano Ted Trainer.
Ambos señalan que los proponentes de la revolución de las fuentes renovables subestiman malamente la cantidad de capital y tiempo que tomarán los cambios necesarios para reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles. Es natural. Es de esperarse. Los empresarios de las energías alternas son capitalistas, no menos que los ejecutivos de las empresas petroleras, y todo capitalista tiende, aunque sea de manera inconsciente, a exagerar beneficios y subestimar costos.
Quede claro que ni Smil ni Trainer se oponen a las alternativas renovables. “El afán por fuentes de electricidad no basadas en carbono es altamente deseable... Pero esto sólo puede ocurrir si los planificadores tienen expectativas realistas”, aconseja Smil (15).
Por su parte, Trainer promulga una filosofía ecologista y frugalista que él llama “El Camino Simple” (The Simpler Way) y advierte que las energías renovables no son viables en un sistema económico basado en el crecimiento continuo, en el que la demanda de energía y materias primas va en constante aumento, en una sociedad consumista ubicada en un espiral ascendente de consumo y desperdicio.
Como alternativa, Trainer promulga una filosofía ecologista y frugalista que él llama “El Camino Simple” (The Simpler Way), la cual él expuso en su libro “Abandon Affluence”, (1985), y más recientemente en “The Transition to a Just and Sustainable Society” (2010).
“Podemos y deberíamos transicionar a un 100% de energía renovable, y podríamos así darle energía a una sociedad idílica… pero sólo si nos deshacemos del compromiso con el crecimiento económico, dominación de mercado, globalización, capitalismo y estilos de vida opulentos, y en lugar de eso adoptamos los principios básicos del Camino Simple” (16).
“Un radicalmente diferente ‘Camino Simple’ podría ser viable y atractivo”, dice Trainer en un artículo publicado en la revista verde ecologista Synthesis/Regeneration (Hoy llamada Green Social Thought). Tal visión “acoge estilos de vida frugales, comunidades pequeñas y altamente autosuficientes, y modalidades participativas y cooperativas en una economía que no es dirigida por el crecimiento o fuerzas de mercado” (17). Una propuesta quizás utópica, pero que urge discutir.
Debemos plantear el decrecimiento económico, con la misma pasión que planteamos la justicia y equidad económica. Afortunadamente no se trata de una propuesta nueva. Ya ha sido desarrollada y promovida por años por parte de pensadores ecologistas y economistas, como el francés Serge Latouche, el catalán Joan Martínez Alier y el estadounidense Herman Daly, entre otros. Más recientemente han entrado al debate un par de voces nuevas, los economistas Tim Jackson y Peter Victor, británico y canadiense respectivamente, quienes nos invitan a considerar prosperidad sin crecimiento.
La solución a la debacle global ecológica y energética no puede ser simplemente la introducción de tecnologías nuevas, por ecológicamente sanas que éstas puedan ser. Sin cambios en los modelos económicos, las energías renovables servirán apenas de parchos temporeros que no detendrán el colapso global de los sistemas naturales y sociales que hacen la vida humana posible.
Ruiz Marrero es autor, periodista investigativo y educador ambiental puertorriqueño. Tiene maestría en ecología social de Goddard College y es catedrático del Instituto de Ecología Social. Desde 2004 mantiene el blog Haciendo Punto en Otro Blog (ver aquí). Su cuenta Twitter es @carmeloruiz.
NOTAS:
1) “La función del IPCC consiste en analizar, de forma exhaustiva, objetiva, abierta y transparente, la información científica, técnica y socioeconómica relevante para entender los elementos científicos del riesgo que supone el cambio climático provocado por las actividades humanas, sus posibles repercusiones y las posibilidades de adaptación y atenuación del mismo. El IPCC no realiza investigaciones ni controla datos relativos al clima u otros parámetros pertinentes, sino que basa su evaluación principalmente en la literatura científica y técnica revisada por homólogos y publicada.”Aquí
“El objetivo fundamental de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático es impedir la interferencia «peligrosa» del ser humano en el sistema climático. En la práctica, la Convención fija el objetivo de estabilizar las emisiones de gases de efecto invernadero «a un nivel que impida interferencias antropógenas peligrosas en el sistema climático». Se declara asimismo que «ese nivel debería lograrse en un plazo suficiente para permitir que los ecosistemas se adapten naturalmente al cambio climático, asegurar que la producción de alimentos no se vea amenazada y permitir que el desarrollo económico prosiga de manera sostenible».” Aquí
2) IPCC. “Summary for Policymakers: Climate Change 2013” 27 de septiembre 2013. Aquí, pdf; Climate News Network. “The IPCC’s Fifth Assessment Report” TruthDig, 27 de septiembre 2013. Aquí. Max Greenberg. “Did Conservative Media Get Anything Right About The IPCC Report?” Media Matters for America, 30 de septiembre 2013. Aquí.
3) Camilo Mora et al. “The projected timing of climate departure from recent variability”. Nature, 10 de octubre 2013. Aquí; Universidad de Hawaii. Comunicado de prensa: “Study in Nature Reveals Urgent New Time Frame for Climate Change” 9 de octubre 2013 Aquí, pdf; James Nye. “Apocalypse Now: Unstoppable man-made climate change will become reality by the end of the decade and could make New York, London and Paris uninhabitable within 45 years, claims new study” Daily Mail, 10 de octubre 2013. Aquí; Maggie Severns. “Get ready for record temperatures… for the rest of your life” Grist Magazine, 10 de octubre 2013. Aquí.
4) “the greenhouse effect is being enhanced now by the greatly increased level of carbon dioxide... [this] is being countered by low-level clouds generated by contrails, dust, and other contaminants... At the moment we cannot predict what the overall climatic results will be of our using the atmosphere as a garbage dump.” Paul R. Ehrlich. “The Population Bomb”. Editorial Sierra Club, 1968. página 52.
5) Informe del Grupo de Estudio Ad Hoc sobre Dióxido de Carbono y el Clima, reunido en Woods Hole, Massachusetts del 23 al 27 de julio de 1979, al Concilio de Investigación Nacional (National Research Council). “Carbon Dioxide and Climate: A Scientific Assessment”. Washington, D.C.: The National Academies Press. ISBN 0-309-11910-3;
6) “it appears plausible that an increased amount of carbon dioxide in the atmosphere can contribute to a gradual warming of the lower atmosphere, especially at higher latitudes....It is possible that some effects on a regional and global scale may be detectable before the end of this century and become significant before the middle of the next century.” Conferencia Mundial del Clima de la Organización Meteorológica Mundial, 1979.
7) James Hansen, testimonio ante el Congreso de Estados Unidos, 23 de junio 1988. Aquí, pdf
8) Organización Meteorológica Mundial. “The Changing Atmosphere: Implications for Global Security”, Toronto, Canadá, 27 al 30 de junio de 1988. Aquí, pdf.
9) Carmelo Ruiz Marrero. “Grupos fantasmas” Claridad, 8 de abril 1994; “Seudociencia y calentamiento global” Claridad, 23 de enero 1998, aquí; “Prestas a salcocharnos las multinacionales” Claridad, 23 de octubre 1998.
10) Como he dicho anteriormente, los alegados “chemtrails” son sólo las estelas de vapor que dejan aviones a su paso. La razón por la cual vemos estas estelas ahora con más frecuencia es que la cantidad de vuelos de avión ha aumentado enormemente en años recientes. Al científico ambientalista canadiense David T. Suzuki le preocupa que la gente que cree en “chemtrails” tiende a dudar de la realidad abrumadoramente documentada del cambio climático causado por la quema de combustible fósil: “what interests me is the connection between climate change denial and belief in chemtrails. Why do so many people accept a theory for which there is no scientific evidence while rejecting a serious and potentially catastrophic phenomenon that can be easily observed and for which overwhelming evidence has been building for decades?”. David Suzuki. “Conspiracy Theories Fuel Climate Change Denial and Chemtrail Beliefs” Earth Island Institute, 5 de septiembre 2013. Aquí; ver también este artículo de Dave Sorensen: Aquí.
11) Carmelo Ruiz Marrero. “Cénit del petróleo y el calentamiento global” 80 Grados, 21 de diciembre 2012. Aquí
12) Ver documental “Gasland”. http://www.gaslandthemovie.com/
13) Carmelo Ruiz Marrero. “Petrobras, el gigante del futuro”. Mi Puerto Rico Verde, 17 de agosto 2010. Aquí
14) Harvey Wasserman. “Put Best Scientists on the Ground at Fukushima!” The Progressive, 24 de septiembre 2013. Aquí
15) Vaclav Smil. “A Skeptic Looks at Alternative Energy: It takes several lifetimes to put a new energy system into place, and wishful thinking can’t speed things along”. IEEE Spectrum, 28 de junio 2012.Aquí
16) Ted Trainer. Reseña crítica del libro “Reinventing Fire” de Amory Lovins, 15 de septiembre 2012. Aquí
17) Ted Trainer “A Critique of Jacobson and Delucchi’s Proposals for a World Renewable Energy Supply” Synthesis/Regeneration #60, invierno 2013. Aquí
Proyecto de Bioseguridad de Puerto Rico
Fuente: Ecoportal.net
http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Para_detener_el_Cambio_Climatico_debemos_plantear_el_decrecimiento
El informe, publicado el mes pasado, dice que el calentamiento del sistema climático mundial es inequívoco (2). Según el documento, el mundo se continuará calentando bajo todos los escenarios. Habrá calentamiento global aún si las emisiones de gases de efecto invernadero paran en seco ahora mismo. Peor aún, “la mayoría de los aspectos del cambio climático persistirán por muchos siglos, aún si se detienen las emisiones de CO2”.
El IPCC tiene 95% de certeza de que el cambio climåtico no es producto de algún ciclo natural sino el resultado de acciones humanas, principalmente la quema de combustible fósil. Para aquellos individuos científicamente iletrados que dudan de la veracidad del cambio climático, sepan que 95% de certeza es el “standard” de oro entre científicos.
Siguiendo al informe del IPCC, un terrorífico estudio de la Universidad de Hawaii dirigido por el científico Camilo Mora publicado este mes en la revista Nature, sostiene que el calentamiento global es irreversible y que el alza en las temperaturas hará la vida humana intolerable en ciudades como París, Londres y Nueva York en las próximas décadas (3). Bajo los escenarios examinados, Ciudad México podría comenzar a experimentar un alza drástica y sin precedentes en su temperatura para 2031 y Río de Janeiro para 2050. Según el estudio, si nos ponemos a reducir nuestras emisiones ahora, sólo lograremos posponer el calentamiento por dos o tres décadas.
Hay que señalar que las advertencias sobre el calentamiento global no tienen nada de nuevas. Tan temprano como en 1968, el biólogo Paul Ehrlich mencionó el efecto de invernadero en su tomo malthusiano “La Bomba Poblacional”, y dijo “al momento no podemos predecir el resultado sobre el clima de nuestro uso de la atmósfera como un basural” (4). En 1979 el Concilio Nacional de Investigación de Estados Unidos y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) declararon que el calentamiento del planeta por causa de actividades humanas era una posibilidad real (5). Esta advertencia fue repetida de una manera más contundente en una conferencia conjunta del Programa Ambiental de la ONU y la OMM en Austria en 1985 (6). En junio de 1988 el científico James Hansen de la agencia espacial NASA presentó testimonio devastador al Congreso de Estados Unidos, en el que informó que el calentamiento causado por humanos ya había afectado el clima global (7). Ese mismo mes la OMM llevó a cabo una conferencia en la ciudad de Toronto, titulada “Conferencia Mundial sobre la Atmósfera Cambiante: Implicaciones para la Seguridad Global” (8).
Como ven, crónica de muerte anunciada. No podemos decir que no fuimos advertidos. Pero si muchos se enteraron tarde de este fenómeno o tuvieron por mucho tiempo dudas de que fuera real, fue debido a una estrategia deliberada de la industria petrolera. Entre 1994 y 1998 yo estaba reportando en el periódico Claridad acerca de organizaciones fantasmas y testaferros (frontes) corporativos financiados por las petroleras para confundir a la prensa, la ciudadanía y los políticos en torno a la realidad del cambio climático (9). La estrategia funcionó: perdimos preciosos años discutiendo si el calentamiento global era real o no, mientras se acumulaba la evidencia abrumadora y nos quedábamos con menos tiempo para tomar acción. Aún hoy día, hay individuos que creen que el cambio climático es una ficción que forma parte de un siniestro complot de control mundial, mientras que otros acuden a teorías irracionales y seudocientíficas, como los supuestos “chemtrails” (10).
Los recientes informes del IPCC y de la Universidad de Hawaii vienen justo cuando la creciente demanda energética mundial se da de cabeza contra el “crunch” energético que el geólogo estadounidense M. King Hubbert predijo hace seis décadas, llámenle el “pico del Hubbert” o el “cénit del petróleo” (11). En concordancia con la predicción de Hubbert, el petróleo de fácil extracción y refinación se está agotando. Las compañías de energía están respondiendo a la situación con esquemas descabellados que implican daños ambientales, riesgos y costos de capital extremos:
* En áreas montañosas mineras de Apalachia en Estados Unidos están pulverizando con dinamita los topes de los cerros para sacarles carbón.
* En Canadá están sacando combustible de esquisto bituminoso (shale oil) en uno de los emprendimientos más espectacularmente destructivos del ambiente de todos los tiempos.
* Se populariza en Estados Unidos la infame técnica del fraqueo (fractura hidráulica), la cual es fatal para los recursos hídricos (12).
* Y encima de eso, se hincan pozos petroleros en aguas profundas, como es el caso de la explotación del enorme yacimiento conocido como la camada pre-sal en el océano Atlántico por parte de la empresa brasileña Petrobrás, en aguas de kilómetros de profundidad, que son más peligrosas aún que donde ocurrió el reciente desastre Deepwater Horizon (13).
Estas formas de extracción de combustible fósil no solucionan para nada el problema del cambio climático. Al contrario, lo empeoran.
Por lo general, informaciones como éstas devengan en una ola de apoyo a la energía nuclear como alternativa. Pero el desastre de Fukushima ha sido la sentencia de muerte para esta opción energética. En el reactor 4 de Fukushima hay actualmente 1.300 cilindros de combustible nuclear altamente radiactivos dentro de una estructura que se está desmoronando. Si el sistema de enfriamiento falla o si los cilindros son expuestos al aire, podría ocurrir una explosión en la que se liberaría 15 mil veces la cantidad de radiación que se emitió en la explosión de Hiroshima (14). Fukushima queda a 200 millas de Tokyo, cuya área metropolitana tiene sobre 30 millones de habitantes.
No me gusta decir “se los dije”, pero los oponentes de la energía nuclear habíamos estado advirtiendo sobre precisamente este tipo de escenario desastroso desde hace décadas.
¿Que hacemos entonces?
Al parecer, todos los caminos conducen a las fuentes energéticas renovables, como la fotovoltáica y la eólica, pero el panorama no es tan sencillo. El grueso de las propuestas de energías renovables descansan sobre premisas fantasiosas e irreales, según expertos como el canadiense Vaclav Smil y el australiano Ted Trainer.
Ambos señalan que los proponentes de la revolución de las fuentes renovables subestiman malamente la cantidad de capital y tiempo que tomarán los cambios necesarios para reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles. Es natural. Es de esperarse. Los empresarios de las energías alternas son capitalistas, no menos que los ejecutivos de las empresas petroleras, y todo capitalista tiende, aunque sea de manera inconsciente, a exagerar beneficios y subestimar costos.
Quede claro que ni Smil ni Trainer se oponen a las alternativas renovables. “El afán por fuentes de electricidad no basadas en carbono es altamente deseable... Pero esto sólo puede ocurrir si los planificadores tienen expectativas realistas”, aconseja Smil (15).
Por su parte, Trainer promulga una filosofía ecologista y frugalista que él llama “El Camino Simple” (The Simpler Way) y advierte que las energías renovables no son viables en un sistema económico basado en el crecimiento continuo, en el que la demanda de energía y materias primas va en constante aumento, en una sociedad consumista ubicada en un espiral ascendente de consumo y desperdicio.
Como alternativa, Trainer promulga una filosofía ecologista y frugalista que él llama “El Camino Simple” (The Simpler Way), la cual él expuso en su libro “Abandon Affluence”, (1985), y más recientemente en “The Transition to a Just and Sustainable Society” (2010).
“Podemos y deberíamos transicionar a un 100% de energía renovable, y podríamos así darle energía a una sociedad idílica… pero sólo si nos deshacemos del compromiso con el crecimiento económico, dominación de mercado, globalización, capitalismo y estilos de vida opulentos, y en lugar de eso adoptamos los principios básicos del Camino Simple” (16).
“Un radicalmente diferente ‘Camino Simple’ podría ser viable y atractivo”, dice Trainer en un artículo publicado en la revista verde ecologista Synthesis/Regeneration (Hoy llamada Green Social Thought). Tal visión “acoge estilos de vida frugales, comunidades pequeñas y altamente autosuficientes, y modalidades participativas y cooperativas en una economía que no es dirigida por el crecimiento o fuerzas de mercado” (17). Una propuesta quizás utópica, pero que urge discutir.
Debemos plantear el decrecimiento económico, con la misma pasión que planteamos la justicia y equidad económica. Afortunadamente no se trata de una propuesta nueva. Ya ha sido desarrollada y promovida por años por parte de pensadores ecologistas y economistas, como el francés Serge Latouche, el catalán Joan Martínez Alier y el estadounidense Herman Daly, entre otros. Más recientemente han entrado al debate un par de voces nuevas, los economistas Tim Jackson y Peter Victor, británico y canadiense respectivamente, quienes nos invitan a considerar prosperidad sin crecimiento.
La solución a la debacle global ecológica y energética no puede ser simplemente la introducción de tecnologías nuevas, por ecológicamente sanas que éstas puedan ser. Sin cambios en los modelos económicos, las energías renovables servirán apenas de parchos temporeros que no detendrán el colapso global de los sistemas naturales y sociales que hacen la vida humana posible.
Ruiz Marrero es autor, periodista investigativo y educador ambiental puertorriqueño. Tiene maestría en ecología social de Goddard College y es catedrático del Instituto de Ecología Social. Desde 2004 mantiene el blog Haciendo Punto en Otro Blog (ver aquí). Su cuenta Twitter es @carmeloruiz.
NOTAS:
1) “La función del IPCC consiste en analizar, de forma exhaustiva, objetiva, abierta y transparente, la información científica, técnica y socioeconómica relevante para entender los elementos científicos del riesgo que supone el cambio climático provocado por las actividades humanas, sus posibles repercusiones y las posibilidades de adaptación y atenuación del mismo. El IPCC no realiza investigaciones ni controla datos relativos al clima u otros parámetros pertinentes, sino que basa su evaluación principalmente en la literatura científica y técnica revisada por homólogos y publicada.”Aquí
“El objetivo fundamental de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático es impedir la interferencia «peligrosa» del ser humano en el sistema climático. En la práctica, la Convención fija el objetivo de estabilizar las emisiones de gases de efecto invernadero «a un nivel que impida interferencias antropógenas peligrosas en el sistema climático». Se declara asimismo que «ese nivel debería lograrse en un plazo suficiente para permitir que los ecosistemas se adapten naturalmente al cambio climático, asegurar que la producción de alimentos no se vea amenazada y permitir que el desarrollo económico prosiga de manera sostenible».” Aquí
2) IPCC. “Summary for Policymakers: Climate Change 2013” 27 de septiembre 2013. Aquí, pdf; Climate News Network. “The IPCC’s Fifth Assessment Report” TruthDig, 27 de septiembre 2013. Aquí. Max Greenberg. “Did Conservative Media Get Anything Right About The IPCC Report?” Media Matters for America, 30 de septiembre 2013. Aquí.
3) Camilo Mora et al. “The projected timing of climate departure from recent variability”. Nature, 10 de octubre 2013. Aquí; Universidad de Hawaii. Comunicado de prensa: “Study in Nature Reveals Urgent New Time Frame for Climate Change” 9 de octubre 2013 Aquí, pdf; James Nye. “Apocalypse Now: Unstoppable man-made climate change will become reality by the end of the decade and could make New York, London and Paris uninhabitable within 45 years, claims new study” Daily Mail, 10 de octubre 2013. Aquí; Maggie Severns. “Get ready for record temperatures… for the rest of your life” Grist Magazine, 10 de octubre 2013. Aquí.
4) “the greenhouse effect is being enhanced now by the greatly increased level of carbon dioxide... [this] is being countered by low-level clouds generated by contrails, dust, and other contaminants... At the moment we cannot predict what the overall climatic results will be of our using the atmosphere as a garbage dump.” Paul R. Ehrlich. “The Population Bomb”. Editorial Sierra Club, 1968. página 52.
5) Informe del Grupo de Estudio Ad Hoc sobre Dióxido de Carbono y el Clima, reunido en Woods Hole, Massachusetts del 23 al 27 de julio de 1979, al Concilio de Investigación Nacional (National Research Council). “Carbon Dioxide and Climate: A Scientific Assessment”. Washington, D.C.: The National Academies Press. ISBN 0-309-11910-3;
6) “it appears plausible that an increased amount of carbon dioxide in the atmosphere can contribute to a gradual warming of the lower atmosphere, especially at higher latitudes....It is possible that some effects on a regional and global scale may be detectable before the end of this century and become significant before the middle of the next century.” Conferencia Mundial del Clima de la Organización Meteorológica Mundial, 1979.
7) James Hansen, testimonio ante el Congreso de Estados Unidos, 23 de junio 1988. Aquí, pdf
8) Organización Meteorológica Mundial. “The Changing Atmosphere: Implications for Global Security”, Toronto, Canadá, 27 al 30 de junio de 1988. Aquí, pdf.
9) Carmelo Ruiz Marrero. “Grupos fantasmas” Claridad, 8 de abril 1994; “Seudociencia y calentamiento global” Claridad, 23 de enero 1998, aquí; “Prestas a salcocharnos las multinacionales” Claridad, 23 de octubre 1998.
10) Como he dicho anteriormente, los alegados “chemtrails” son sólo las estelas de vapor que dejan aviones a su paso. La razón por la cual vemos estas estelas ahora con más frecuencia es que la cantidad de vuelos de avión ha aumentado enormemente en años recientes. Al científico ambientalista canadiense David T. Suzuki le preocupa que la gente que cree en “chemtrails” tiende a dudar de la realidad abrumadoramente documentada del cambio climático causado por la quema de combustible fósil: “what interests me is the connection between climate change denial and belief in chemtrails. Why do so many people accept a theory for which there is no scientific evidence while rejecting a serious and potentially catastrophic phenomenon that can be easily observed and for which overwhelming evidence has been building for decades?”. David Suzuki. “Conspiracy Theories Fuel Climate Change Denial and Chemtrail Beliefs” Earth Island Institute, 5 de septiembre 2013. Aquí; ver también este artículo de Dave Sorensen: Aquí.
11) Carmelo Ruiz Marrero. “Cénit del petróleo y el calentamiento global” 80 Grados, 21 de diciembre 2012. Aquí
12) Ver documental “Gasland”. http://www.gaslandthemovie.com/
13) Carmelo Ruiz Marrero. “Petrobras, el gigante del futuro”. Mi Puerto Rico Verde, 17 de agosto 2010. Aquí
14) Harvey Wasserman. “Put Best Scientists on the Ground at Fukushima!” The Progressive, 24 de septiembre 2013. Aquí
15) Vaclav Smil. “A Skeptic Looks at Alternative Energy: It takes several lifetimes to put a new energy system into place, and wishful thinking can’t speed things along”. IEEE Spectrum, 28 de junio 2012.Aquí
16) Ted Trainer. Reseña crítica del libro “Reinventing Fire” de Amory Lovins, 15 de septiembre 2012. Aquí
17) Ted Trainer “A Critique of Jacobson and Delucchi’s Proposals for a World Renewable Energy Supply” Synthesis/Regeneration #60, invierno 2013. Aquí
Proyecto de Bioseguridad de Puerto Rico
Fuente: Ecoportal.net
http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Para_detener_el_Cambio_Climatico_debemos_plantear_el_decrecimiento
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