14 de mayo de 2012 ANRED | |
Reproducimos:
DOS NIÑOS MUERTOS POR AGROTOXICOS EN UN AÑO
¿CUANTOS MUERTOS MAS DEBEREMOS CONTAR?
Esto en verdad es algo que nunca hubiera
deseado escribir. Me lleva a hacerlo el dolor y la impotencia que desde
hace unos días siento tras conocer un dato, frío, como todos los datos o
las estadísticas:
El sábado pasado, tras permanecer varios
días internados en grave estado, falleció otro niño, oriundo de la
ciudad de Lavalle, Corrientes, intoxicado por agrotóxicos.
En junio del 2011, me encontraba
participando de un Encuentro de Pueblos Fumigados en Carlos Pellegrini,
Corrientes y allí supe de la muerte de Nicolás y también de lo grave que
estaba Celeste, trasladada a Buenos Aires y en lista de trasplante
hepático, que finalmente no necesitó.
Allí, la mamá de Nicolás me contó que
vivían frente a una tomatera que siempre “tiraban venenos”, que en esos
día habían tirado y que las zapatillas de los chicos tenían incluso
pegado barro que se había hecho al mezclarse con el agua que venía de la
tomatera. Contó que Nicolás lamentablemente no corrió la misma suerte
de Celeste, él ni siquiera pudo llegar a ser trasladado a un centro de
mayor complejidad.
Los familiares de Celeste allí
presentes, me encomendaron que a mi regreso a capital contactara con la
madre de la niña. En los pocos encuentros que tuve -ya Celeste estaba
mejor- relató nuevamente el miedo que tenían de regresar a ese lugar, ya
que sabían que la vida de ellos y sobre todo la de sus hijos corrían
serios riesgos a causa de la amenaza de envenenamiento constante que
significaba vivir allí, por las permanentes fumigaciones en las
tomateras.
A sabiendas de la gravedad de las
consecuencias que las fumigaciones están provocando en la salud de la
población afectada, es que participé de encuentros escuchando
testimonios de pobladores y profesionales afectados; escribí notas a
autoridades hospitalarias alertando sobre el tema y solicitando ayuda;
difundí informaciones y participé en la organización de charlas-ateneos
dentro de instituciones de Salud, tres en menos de un año.
Evidentemente pareciera que nada de
esto, que muchos otros ya vienen tenazmente realizando y denunciando
también desde hace años, hace que las autoridades correspondientes
tomen cartas en el asunto, de lo contrario estas cosas no deberían
seguir ocurriendo con descarada impunidad.
Ante tanta impotencia y dolor que, aún
no me invalidan a perseverar en el tema, algunas preguntas y reflexiones
pugnan por salir de mi cabeza.
No es esta la ocasión de citas pero, hay
informes científicos más que suficientes que indican que las sustancias
que se están utilizando en la agricultura en los últimos años son más
que dañinos para el suelo, el agua, los animales y las personas...es
decir, más claro: son VENENOS incluso algunos fueron utilizados como
armas de guerra y ahora son derramados a millones de litros sobre
poblaciones indefensas.
Los niños de Corrientes tal vez hayan
“cometido el delito” de llevarse tierra o alguna planta del lugar
-donde viven, aman y se saben parte- a la boca. Cualquiera de nosotros
o nuestros hijos, sobrinos o nietos lo hemos hecho alguna vez, pero es
evidente que a ellos desde hace unos años, esto les está
representando la diferencia entre la vida y la muerte.
Unos días antes de descomponerse el nene
que falleció el sábado, los “marcadores biológicos”, según cuentan,
indicaron claramente que ahí estaba pasando algo: cayeron fulminados el
perro, los chanchos y otros animales del lugar, “ninguno se agusanó”
cuentan asombrados. Vaya detalles no?
¿Quién y desde cuándo han dictaminado que jugar con la naturaleza sea una inapelable sentencia de muerte?
Imaginemos por un momento que en lugar
de haber sido por agrotóxicos, hubieran sido dos muertes en un año, en
una ciudad de 5000 hab. (como aproximadamente tiene Lavalle) por
inseguridad por ejemplo, por secuestros u otra causa ¿Cuál habría sido
nuestra reacción como sociedad?...
¿Y la reacción de los
medios...corporativos o no? Si la causa hubiera sido otra, si además
los chicos hubieran sido de otro medio social...¿Cuál habría sido la
atención, las páginas y el tiempo dedicado por la prensa?...
Sin duda hubieran estado haciendo
largas y firmes guardias periodísticas esperando “el último parte
médico” que informara como sigue todo...estarían esperando resultados
de análisis...de autopsia...etc.
En definitiva, estarían haciendo sentir a
la sociedad que la persona que está peleando por sobrevivir, si se
muere, se nos muere un poco a todos no??
¿Por qué en este caso no pasa lo mismo? Me pregunto: ¿la muerte de estos dos nenes no nos debe doler a todos?
Eran dos nenes sanos, nunca nadie debía haberlos intoxicado, tampoco fue un descuido de la madre...
Y, a los equipos de salud: ¿Qué
responsabilidad nos cabe en salir a denunciar estas cosas que vemos
están pasando? ¿Es ético seguir mirando para otro lado cuando están
envenenando a las personas impunemente?
Y estamos hablando acá solo de las
intoxicaciones agudas, ¿qué pasa además con las consecuencias crónicas
en el medio ambiente y en las personas? ¿Qué pasa desde el punto de
vista de la salud, con el aire que respiramos, con el agua que tomamos,
con los alimentos que ingerimos?..
Esos tomates de Lavalle seguramente
estarán en nuestra mesa mañana?...Que la población esté ingiriendo a
diario pequeñas dosis de tóxicos que se irán acumulando progresivamente,
no es un problema de salud?
Y, en caso de haber recibido un
trasplante hepático, ¿no deberíamos cuestionarnos si es un éxito para la
ciencia o los equipos de salud intervinientes, realizar un trasplante
con todo lo que ello significa, en un nene que nunca debía haberlo
necesitado, de no ser porque se está permitiendo envenenar a las
personas?
Y: ¿A quién vamos a comunicar los
resultados de los análisis, al SENASA? institución que permite que estos
venenos sigan siendo utilizados? Qué esperamos que nos van a decir? No
debemos pensar en hacer algo más?
Y al Ministerio de Educación? No le
preocupa que “sus alumnos y maestros” estén siendo fumigados mientras
están tomando clases o en los patios de las escuelas? Tampoco lo saben?
Y que se están enfermando y muriendo como consecuencia de ello?
Algunas cosas, pocas, tengo claras entre tanta impotencia y dolor que aturde.
Esto no se arregla “alejando” las
fumigaciones. Los venenos son venenos y enferman y matan, más rápido o
más lentamente, sea por aire, por tierra, a 800 o a mil metros: creo que
no hay lugar a discusión: NO SE DEBEN USAR.
Lo más fácil es cargar sobre
responsabilidades individuales -que las hay por supuesto y deben pagar-
pero pienso que hay otras que son más grandes y siempre terminan
eludiéndose y son las que corresponden a las autoridades que deben tomar
medidas urgentes, prohibiendo usos y protegiendo a las víctimas que son
presa fáciles de esta situación, por ser los más humildes y con sus
necesidades totalmente insatisfechas.
Protegerlos significa no dejar que nadie
tome represalia con ellos y ofrecerles otro medio de subsistencia que
no sea a costa de su salud o la de sus familiares por ejemplo.
Pienso que la solución no es fácil, pero
es una decisión política, no hay otro modo de cambiarlo y debe
priorizar la Salud a la rentabilidad indefectiblemente, aunque
tristemente uno observa que todo va camino a seguir profundizándose,
pero en sentido contrario.
Mientras, seguiremos insistiendo en que
los agrotóxicos enferman...envenenan y matan, pero sin dejar de
denunciar también que de todo eso hay responsables, hay homicidas y hay
cómplices que callan y otorgan mientras se llenan de dinero.
Sin duda hay que subvertir los valores
ya que, de seguir así, seguiremos contando los enfermos y muertos que
por supuesto siempre los ponemos nosotros, los de este lado de la
vereda.
Mechi (Mercedes Mendez) meche_mendez@hotmail.com
Enfermera(red de médicos de pueblos fumigados)
http://www.anred.org/breve.php3?id_breve=7377 |
martes, 15 de mayo de 2012
Arg- Reg NEA-Corrientes: Dos niños muertos por agrotóxicos en un año
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