10-512 Diario Nacion
La Red Argentina de Bancos de Alimentos crece en el país y da soporte a las organizaciones comunitarias
Para los cientos de miles de argentinos que sufren
hambre hay hoy una noticia alentadora. La Fundación Banco de Alimentos
de Buenos Aires, que ha sido pionera en el país porque hizo su primera
entrega en abril de 2001, va a operar ahora, siempre en su tradicional
sede de San Martín, provincia de Buenos aires, en un nuevo depósito que
triplica en metraje al que ya tenía.
Como muchas veces lo hemos destacado desde estas
columnas, los bancos de alimentos han nacido en el mundo no sólo para
paliar el sufrimiento de miles de personas que padecen hambre, sino
también para ser el nexo fundamental entre el desperdicio de alimentos
en buen estado y el hambre. Ofrecen, entonces, un método excelente para
aliviar ese flagelo a escala, y representan una respuesta coordinada que
compromete tanto al Estado como al sector privado y a la sociedad
civil. Paralelamente, contribuyen con su presencia a fortalecer el
desarrollo de organizaciones comunitarias a través de programas de
alimentación, capacitación laboral y educación nutricional.Este es, además, un modelo que se adapta a distintas culturas, geografías y economías. En la Argentina existen actualmente 15 bancos de alimentos distribuidos a lo largo de toda nuestra geografía, agrupados por la Red Argentina de Bancos de Alimentos. Gracias a esta red invisible para muchos pero esencial, en 2010, por ejemplo, se distribuyeron 5,8 millones de kg de alimentos entre 1145 organizaciones, que redujeron el hambre de 176.000 personas.
Como es previsible, una labor tan valiosa requiere de constante apoyo para sortear los múltiples obstáculos cotidianos. Por ello, la red participa ahora de un proyecto nacional junto con otras importantes organizaciones -Cesni, Conin, Cáritas, por mencionar sólo algunas de las más conocidas-, cuyas largas y valiosas trayectorias en cómo mejorar las condiciones nutricionales argentinas, confluyen en el programa "Nutrición 10 Hambre Cero". Lanzado en agosto del año pasado, dicho horizonte contribuye a reducir hasta suprimir la desnutrición y malnutrición infantil en nuestro país.
Por ello es tan importante destacar este paso adelante que da hoy la Fundación Banco de Alimentos de Buenos Aires. El nuevo depósito, además de aumentar notablemente la cantidad de espacio para almacenar alimentos, implica la construcción de un área de 200 metros cuadrados para clasificación de alimentos, equipada especialmente y con temperatura controlada.
La mudanza al nuevo predio -concretada gracias al apoyo de la Fundación Internacional Carrefour- permitirá dar respuesta a más organizaciones comunitarias que hoy están en lista de espera para ingresar en la red.
Junto a sus miles de voluntarios, el Banco sigue siendo el símbolo de una solidaridad que se manifiesta de manera muy concreta. La sociedad argentina, con su presencia en esta fundación, demuestra también que está cada vez más madura para asumir responsabilidades. Es de esperar que, desde el Estado, haya también una respuesta igual y se sancione definitivamente una ley nacional, la postergada ley del buen samaritano, que promueva la donación de alimentos. Así, se cerrará un primer círculo virtuoso
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