mayo 2012- Carro de Combate
La ONG brasileña Repórter Brasil trabaja desde hace años en el
combate al trabajo esclavo en un país donde, según cálculos de la
Comisión Pastoral de la Tierra, unas 250.000 personas trabajan en
condiciones análogas a la esclavitud. En la sede de de la ONG en São
Paulo, entrevistamos a Daniel Santini, responsable de la agencia de noticias de la organización.
Dice el periodista Leonardo Sakamoto, fundador de esta
organización, que el trabajo esclavo es “fruto del capitalismo”. Que no
es síntoma, sino fruto del sistema. ¿Por qué?
La esclavitud moderna es un problema intrínsecamente ligado al
capitalismo. Hay una relación directa con el modo en que el mercado se
organiza. Hay un gran excedente de fuerza de trabajo, existen brandes
bolsas de miseria. El trabajador sale gratis y no hay ninguna
preocupación por mantenerlo. Por eso, la esclavitud del siglo XXI es
mucho más brutal que la esclavitud colonial que tan bien conocemos en
Brasil: el trabajador no es un bien, es descartable. Hemos encontrado
casos de trabajadores grabados a hierro, como el ganado. Aislados sin
agua, teniendo que beber de un pozo infectado. Historias que ponen los
vellos de punta, y a veces, en proyectos de mucho dinero.
¿Cuál es la situación del trabajo esclavo en Brasil?
Existe, por ejemplo, una relación directa entre la destrucción del
Amazonas y el trabajo esclavo. Los sectores de caña y agropecuaria están
entre los que emplean más personas en condiciones de esclavitud, y hay
grandes proyectos que están avanzando en la selva, deforestándola. Allí
donde hay fragilidad del aparato institucional, donde hay libertad sin
regulación, se agrava la situación. Además, existe una conexión
importante entre lo que sucede en rincones perdidos de Brasil y en las
grandes ciudades, como el caso de Zara en São Paulo. Desde Repórter
Brasil queremos mostrarle al público aquello que no está tan visible;
cómo están establecidas las cadenas productivas, la tercerización de
empresas como mecanismo clásico para evadir los riesgos, etcétera.
¿Cómo actúa contra este problema el Gobierno brasileño?
Hay una definición precisa de lo que es el trabajo esclavo en el Código
Penal brasileño (artículo 149). El Ministerio de Trabajo y Empleo
trabaja con ese diferencial: rescisión de libertad (amenaza,
aislamiento, deuda) y dos aspectos interesantes: las condiciones
degradantes y las jornadas exhaustivas (sin las paradas de descanso
necesarias). La ley entiende que esas condiciones atentan contra la
dignidad de la persona: es una situación que recuerda a las condiciones
de la clase trabajadora en tiempos de la revolución industrial en Gran
Bretaña. Pero, aunque el Gobierno brasileño ha hecho importantes avances
en fiscalización –como la creación de una lista negra de empresas que
emplean mano de obra esclava-, al mismo tiempo mantiene los engranajes
del sistema que están en la raíz del problema, como el fomento del gran
agronegocio exportador.
¿Hay una luz al final del túnel?
Creo que estamos al comienzo de un cambio de valores. Es el momento de
pensar, ¿lo bonito es usar lo que está de moda, lo que es caro, o deben
cambiar las costumbres? Es un planteamiento similar al debate en torno
al transporte: ¿es el coche el mejor sistema? Tiene que ver con el
momento en que está el planeta, un momento de crisis que a su vez genera
una esperanza en la creación colectiva. La crisis, dice una lengua
oriental, es caos más oportunidad.
http://www.carrodecombate.com/2012/05/08/la-esclavitud-moderna-es-problema-intrnsecamente-ligado-al-capitalismo/
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