jueves, 10 de mayo de 2012- Argenpress
Ángel Guerra Cabrera (especial para ARGENPRESS.info)
La
proyección de Hollande, aunque no sea el cambio social, sintoniza con
la tajante inconformidad hacia aquellas políticas y con parte de las
demandas del 15M(o indignados) de España y otros países europeos
expresadas en una larga cadena de protestas populares y huelgas -como en
Grecia, Italia, y de nuevo España y Francia- que han tenido ya
alentadoras repercusiones al otro lado del Atlántico en Ocupa Wall
Street. Debe reconocerse la influencia en ellas de los legítimos
movimientos populares árabes de 2011 por más lascas que de su irrupción
hayan sacado el imperialismo y las monarquías árabes
contrarrevolucionarias.
Hollande,
con la presión desde su siniestra del Frente de Izquierda de Melenchon y
el apoyo de fuerzas sociales, políticas y de algunos gobiernos del
Viejo Continente que han mostrado su aversión a los inhumanos “ajustes”
que dicta Berlín vía Bruselas, podría iniciar la ruptura de la
socialdemocracia con la ponzoñosa tercera vía de Tony Blair y levantar
de nuevo la histórica bandera parisina de la solidaridad, contraria a
las actuales normas de la Unión Europea. Pero para lograrlo tiene que
enfrentar resueltamente al mundo de las finanzas, su adversario según ha
declarado, y, por consiguiente, a Merkel y a gran parte de la derecha
europea. No obstante los mencionados avances de la izquierda en la zona
mediterránea y los que se vislumbran en otros países de Europa – sea vía
electoral o de la protesta en las calles- no debe subestimarse ese otro
fruto de la crisis manifestado en el ascenso electoral de la
ultraderecha, muy cercana, por cierto, al gobernante y franquista
Partido Popular.
El
liderazgo francés podría alentar a Europa al rescate de la democracia,
el bienestar, la solidaridad y la paz, movimiento que adquiriría una
enorme importancia internacional y podría encontrar decididos aliados en
América Latina y el Caribe. Es esta la región del mundo a donde en los
últimos 20 años se ha desplazado el polo principal de enfrentamiento
contra el sistema de dominación del imperio yanqui. Al sur del río Bravo
una pionera ola de luchas populares desencadenada entre fines de los
ochentas y principios de los noventas puso al neoliberalismo cuando
menos en la picota pública. Cuando más, se tradujo en un grupo de
gobiernos que en distintos grados adversan al Consenso de Washington,
han dado firmes pasos hacia su independencia económica y política,
gestado significativos programas de inclusión social e impulsado la
creación de una conciencia de unidad e integración que toma cuerpo en
nuevas y promisorias instituciones al margen de Estados Unidos, como la
Alba, la Unasur, Petrocaribe y la Celac. El desafío consiste en seguir
avanzando en esta dirección con un sólido apoyo popular, mantener una
estrecha unidad y cooperación entre los gobiernos progresistas de la
región pero también entre estos y los de derecha en todo aquello en que
sea posible coincidir.
La
Gran Recesión va para largo y el gran capital financiero y los
gobiernos a su servicio, como en Europa y Estados Unidos, la han
aprovechado para aplicar más y peor de lo mismo que la creó a costa del
sufrimiento y el desmantelamiento de los derechos de los pueblos e
insistiendo en el camino de la guerra. Avanzan además en la
militarización y la criminalización de la protesta social con pretextos
como las supuestas guerras contra el terrorismo o el narcotráfico. Por
eso, a la luz de la posibilidad esbozada por la elección de Hollande es
válido pensar en un gran frente de pueblos y gobiernos de Africa, Asia,
Europa y América Latina que aboguen por la paz, el respeto a la
soberanía, la no intervención, la justicia social, la relación armónica
con la naturaleza y la equidad. Los BRICS podrían contribuir mucho a tal
iniciativa. Pero este frente únicamente puede tener éxito si continúan
incrementándose las luchas populares contra los planes de ajuste del
capital financiero y sus aventuras militares.
Ver también:
http://www.argenpress.info/2012/05/la-presidencia-de-hollande-puede-ser.html
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