“Pretender erradicar el trabajo infantil en Bolivia es
totalmente ilusorio e irreal, y pondría en situación de mayor riesgo e
indefensión a esta población”, afirmó el Director de la Fundación La
Paz, Jorge Domic.
“En lo que estamos y vamos a estar de acuerdo siempre es que se debe eliminar la explotación, particularmente de niños, niñas y adolescentes, en todo sentido”, indicó Domic.
El Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), basado en el Convenio 138 sobre la edad mínima para el trabajo y el Convenio 182 sobre las peores formas de trabajo infantil, trabaja para alcanzar la abolición efectiva del trabajo infantil hasta el 2016.
El especialista en niños en situación de riesgo , Jorge Domic, afirmó que para entender el trabajo en Bolivia en su verdadera dimensión, se debe primero conceptualizar su significado, ya que frecuentemente en el imaginario social del mundo occidental se lo asocia al sacrificio, al sufrimiento e incluso al castigo bíblico que se dio contra Adán y Eva, cuando en el concepto andino está asociado a 125 nociones distintas como el ayni (sistema de trabajo de reciprocidad familiar entre los miembros del ayllu), la solidaridad, el goce, el baile y otros.
“No todos los niños que son pobres trabajan, eso no es cierto porque encontramos que el trabajo en el mundo andino se inscribe de distinta manera, es parte de la socialización de los niños, y se lo practica en función del desarrollo de los niños, quien ha estado en el campo sabe perfectamente que las primeras actividades de los niños tienen que ver con la selección del tamaño de las papas, de los productos, es una fuente de socialización”, remarcó.
Domic analizó los resultados del estudio realizado por el Ministerio de Trabajo que dan cuenta que en el país existirían 850 mil niños, niñas y adolescentes trabajadores, de los cuales 746 mil realizarían labores que ponen en riesgo su salud, integridad física, mental y dignidad.
No hay que olvidar que “el 50% del trabajo es rural y no es peligroso, y en el marco de las ciudades hay trabajos peligrosos que se constituyen fuentes de explotación que no han sido investigados como el caso de las trabajadoras del hogar menores de 18 años; ahí la constatación es total y se conoce que el 70% de estas jóvenes adolescentes reciben índices de explotación severos”, enfatizó Domic.
“Si bien en el sector de la zafra hubo avances en cuanto a las condiciones de trabajo de los niños, en el sector minero se conoce que la presencia de menores es cada vez mayor”, agregó.
Cuestionó que si la cifra de niños, niñas y adolescentes en trabajos peligroso es tan elevada en Bolivia, lo primero que se debería preguntar desde el Estado es “¿qué pasaría si estos niños no trabajarían?, ¿a qué se dedicarían?, ¿cómo satisfarían sus necesidades?, ¿cómo sobrevivían?, el trabajo es una respuesta digna, que les permite un proceso de socialización”, argumentó.
Basado en estudios económicos y sociales de proyección de erradicación del trabajo infantil que parten de la premisa de que la pobreza es el factor principal que conlleva al trabajo infantil, Domic señala que ni asegurando un crecimiento económico de alrededor del 6% se lograría en los próximos 80 años erradicar el trabajo infantil en Bolivia.
Advirtió que si se insiste como Estado en abolir el trabajo infantil, podría suceder algo similar que en Colombia, donde a partir de la firma del TLC (Tratado de Libre Comercio) con Estados Unidos ese país está obligado a erradicar el trabajo infantil, y por tanto los niños que trabajan lo hacen en la clandestinidad, “y en esas condiciones están expuestos a más niveles de explotación y de peligro que antes. Así no los estamos protegiendo sino los estamos sometiendo a niveles de desprotección”.
En el país, el trabajo infantil no es ilegal, pero falta regularlo de manera más específica para evitar la explotación laboral, y delitos como la prostitución y/o pornografía infantil, que según Domic, la OIT clasifica erradamente como trabajo. “Esos son delitos que deben ser sancionados bajo el Código Penal”, finalizó.
http://www.jornadanet.com/n.php?a=78268-1
“En lo que estamos y vamos a estar de acuerdo siempre es que se debe eliminar la explotación, particularmente de niños, niñas y adolescentes, en todo sentido”, indicó Domic.
El Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), basado en el Convenio 138 sobre la edad mínima para el trabajo y el Convenio 182 sobre las peores formas de trabajo infantil, trabaja para alcanzar la abolición efectiva del trabajo infantil hasta el 2016.
El especialista en niños en situación de riesgo , Jorge Domic, afirmó que para entender el trabajo en Bolivia en su verdadera dimensión, se debe primero conceptualizar su significado, ya que frecuentemente en el imaginario social del mundo occidental se lo asocia al sacrificio, al sufrimiento e incluso al castigo bíblico que se dio contra Adán y Eva, cuando en el concepto andino está asociado a 125 nociones distintas como el ayni (sistema de trabajo de reciprocidad familiar entre los miembros del ayllu), la solidaridad, el goce, el baile y otros.
“No todos los niños que son pobres trabajan, eso no es cierto porque encontramos que el trabajo en el mundo andino se inscribe de distinta manera, es parte de la socialización de los niños, y se lo practica en función del desarrollo de los niños, quien ha estado en el campo sabe perfectamente que las primeras actividades de los niños tienen que ver con la selección del tamaño de las papas, de los productos, es una fuente de socialización”, remarcó.
Domic analizó los resultados del estudio realizado por el Ministerio de Trabajo que dan cuenta que en el país existirían 850 mil niños, niñas y adolescentes trabajadores, de los cuales 746 mil realizarían labores que ponen en riesgo su salud, integridad física, mental y dignidad.
No hay que olvidar que “el 50% del trabajo es rural y no es peligroso, y en el marco de las ciudades hay trabajos peligrosos que se constituyen fuentes de explotación que no han sido investigados como el caso de las trabajadoras del hogar menores de 18 años; ahí la constatación es total y se conoce que el 70% de estas jóvenes adolescentes reciben índices de explotación severos”, enfatizó Domic.
“Si bien en el sector de la zafra hubo avances en cuanto a las condiciones de trabajo de los niños, en el sector minero se conoce que la presencia de menores es cada vez mayor”, agregó.
Cuestionó que si la cifra de niños, niñas y adolescentes en trabajos peligroso es tan elevada en Bolivia, lo primero que se debería preguntar desde el Estado es “¿qué pasaría si estos niños no trabajarían?, ¿a qué se dedicarían?, ¿cómo satisfarían sus necesidades?, ¿cómo sobrevivían?, el trabajo es una respuesta digna, que les permite un proceso de socialización”, argumentó.
Basado en estudios económicos y sociales de proyección de erradicación del trabajo infantil que parten de la premisa de que la pobreza es el factor principal que conlleva al trabajo infantil, Domic señala que ni asegurando un crecimiento económico de alrededor del 6% se lograría en los próximos 80 años erradicar el trabajo infantil en Bolivia.
Advirtió que si se insiste como Estado en abolir el trabajo infantil, podría suceder algo similar que en Colombia, donde a partir de la firma del TLC (Tratado de Libre Comercio) con Estados Unidos ese país está obligado a erradicar el trabajo infantil, y por tanto los niños que trabajan lo hacen en la clandestinidad, “y en esas condiciones están expuestos a más niveles de explotación y de peligro que antes. Así no los estamos protegiendo sino los estamos sometiendo a niveles de desprotección”.
En el país, el trabajo infantil no es ilegal, pero falta regularlo de manera más específica para evitar la explotación laboral, y delitos como la prostitución y/o pornografía infantil, que según Domic, la OIT clasifica erradamente como trabajo. “Esos son delitos que deben ser sancionados bajo el Código Penal”, finalizó.
http://www.jornadanet.com/n.php?a=78268-1
No hay comentarios:
Publicar un comentario