Por: Rubén De Gracia S, Coordinador de ISOCNECSAYCA
“Integración
sociocultural de las naciones étnicas de Centro Suramérica y el Caribe”
El proceso de desarrollo cultural, académico, humano, social y político
y de los pueblos Originarios de Panamá demanda
ingentes esfuerzo colectivo; tanto de las familias que la integran, así como de
los líderes locales, profesionales indígenas y todos los aliados externos,
regionales e internacionales, tanto de los organismos con fines Público como
Privado.
Buscando esa aspiración, La comarca Ngäbe Buglé, se ha articulado de
manera permanente y dinámica en todos los procesos de desarrollo de sus
instituciones, tratando a la vez de revitalizar y conservar su cultura, lengua,
tradición e identidad como un Pueblo Originario de Panamá.
Es en este marco en el que se
desarrolló el Proyecto de Educación Cultural Ngäbe, por ASMUNG y aporte
financiero del Banco Interamericano de Desarrollo, BID, específicamente del Centro Cultural del Banco
Interamericano de Desarrollo. Este proyecto pretendió sentar las bases para que
las y los participantes del proyecto, pudiesen desarrollar las habilidades y
las destrezas para la aplicación de una metodología activa y participativa en
el proceso de aprendizaje de la lectura y la escritura de la Lengua Ngäbe; a la
vez que puedieran aplicarlos con sus
hijos e hijas en el hogar, como una estrategia para la conservación de la
lengua materna.
Este es un esfuerzo por la
reivindicación de los derechos culturales del Pueblo Ngäbe, y al igual los
otros Pueblos Originarios de Panamá, nos mantenemos a la vanguardia de las
iniciativas de preservar nuestra identidad Cultural.
Gracias a las cosntantes luchar por
nuestros derechos consuetudinarios, el País se ha posesionado en un loable lugar
entre todos los países latinoamericanos en materia de las exigencias y
reconocimiento de los Derechos de los pueblos originarios de América.
Hablar del Pueblo Ngäbe y Bugle, es
hablar de Rupturas de utopías del desarrollo social Humano, ya que los hechos históricos, en los aspectos culturales, sociales
y demográficos hoy en día lo demuestran.
Como Población Originaria, a pesar de ser casi exterminado, por la
estructura política que se trajo del mundo occidental y que fue impuesta por
los gobiernos de turno, ya sea a través
de legislaciones, normas y tratados aprobado en nuestro país, desde sus
fundación. Aún hoy estos Pueblos Originarios sabemos demostrar, a lo largo de la
Historia, la casta como Población de una
alta consistencia y resistencia ante las ideologías y culturas traídas de
Europa. No noshemos sabido doblegar ante nuestros opresores, y gobernantes
frente a los que nos ha tocado vivir.
Como pueblos, casi fuimos reducidos, y los pocos de nuestros antepasados
que quedaron fueron segregados y marginados a vivir en las zonas más inhóspitas
e improductivas de éste país; seguimos en pie, resistiendo y con más fervor
para defender nuestros intereses, preservando la idiosincrasia y el acervo
cultural que le tenemos legado a la Humanidad.
La realidad que nos llega del pasado, en el aspecto demográfico, es
contundente; ya que estos Pueblos Originarios, en corto tiempo, pasó de un millón de habitantes, a sólo ser
hoy en día, un 10.0 % de la población panameña; de los cuales el Pueblo Ngäbe hay
representa el 5. 0 % (156 747
habitantes Ngäbe, censo de Contraloría General de Panamá de 2010).
Desde los albores de la nacionalidad panameña, los Pueblos
Originarios Ngäbe y Bugle, hemos contribuidos en un cien por ciento con la mano
de obra para la producción agrícola, pecuaria y hortícola que requería la
Nación.
Sin embargo, la condición paupérrima y precaria en el que se tenía a
nuestros trabajadores Ngäbe en los sitios de trabajos como en las zonas
bananeras, zonas cafetaleras, y hortícola
los motivó a iniciar una lucha permanente contra quienes los mantenían sumergidos en el
analfabetismo, anulando todos sus derechos humanos y sociales, desconociendo e
ignorando todo ese acervo Cultural y
conocimientos ancestrales.
Esta situación de invisibilidad, abandono y sometimiento causó que
aproximadamente tres generaciones de éste Pueblo fuera útil únicamente como elemento necesario en la
producción bananera, Cafetalera, agropecuaria y Hortícola.
La actitud de total negativa por reconocerles a nuestros trabajadores indígenas, sus derechos
laborales, motivó la conformación de organizaciones que lucharon por la
reinvindicación de derechos. Liderizados por personas autóctonas, lucharon por
el respeto y la consideración de un estatus laboral digno. De esta manera nos constituimos
en los pioneros de los movimientos reivindicativos, al exigir los
derechos fundamentales e inalienables de las clases sociales
vulnerada trabajadora. De este modo se inicia una lucha de clases que llevaría
años reorientándose cada vez a conseguir algo más integral y sólido para todos
los moradores de la etnia Ngäbe, como lo fue finalmente la idea de tener un
territorio propio.
Este capítulo en la historia Ngäbe, cobró la vida de muchos líderes.
Contra ellos se emplearon los métodos de
las persecuciones, el encarcelamiento y las torturas para alejarlos de sus
aspiraciones. Otro método utilizado fue el adoctrinamiento religioso, con ellos
se quería apaciguar ese aguerrido espíritu que llevamos todos los indígenas
Ngäbe y Buglé; sin embargo, todas estas estrategias fracasaros, ya que la
población encontró los mecanismos para resistir y fortalecer cada vez más su
visión respecto a su pueblo y los ideales por los que creíamos ver una nación
Originaria totalmente autosufuciente, integra y cohesionado.
Finalmente, nuestro pueblo logró romper el yugo de la opresión e
imposición sobre y en contra de sus compañeros.
Este primer episodio, es recordado por la conformación de los primeros
Sindicatos bananeros, en la década de los años 1950.
Pese a las grandes desigualdades socioeconómicas y laborales, que
experimentaban la población Ngäbé Bugle, y la ausencia absoluta de
políticas de integración basada en la dignidad humana y la justicia social; en
el seno de la población autóctona se conservaba su esencia, su identidad
cultural, su idioma y tradiciones y costumbres, sus conocimientos ancestrales,
su valor antropológico y ese alto espíritu conservacionistas, pero sobre todo
se mantuvo su unidad territorial, social y de conciencia como una Población con
identidad propia.
Aún Hoy en día, El Pueblo Ngäbe y Bugle, creemos en el respeto de
la dualidad hombre-naturaleza, que garantiza la supervivencia y
perpetuación del ser humano en este mundo.
Al crearse la comarca Ngäbe Bugle, mediante ley 10 del 7 de marzo de
1997, nos hemos hecho visibles, al participar de la vida política del país.
Es el momento cuando se consolidó la digna aspiración de los Ngäbe y
Buglé, luego de soñarlo por casi tres siglos; Pues, es cuando se legitimó
nuestro dominio e identidad sobre nuestro territorio, se confortó e integró la
sociedad Ngäbe y Buglé, se validó y reconoció
nuestras estructura milenarias de gobierno tradicional y se creo los
espacios políticos locales, Regionales y nacional y se fortaleció y reconoció
su aporte cultural a través de la Conservación y promoción de su Idioma,
tradición, costumbre y la Cosmovisión.
Cabe destacar que, al concluir el último siglo, éste pueblo originario,
sigue contribuyendo a la consolidación de la idiosincrasia panameña, pilar
ineludible del crisol de razas que constituimos.
Es oportuno elevar éste sentimiento de perseverancia, para que sea
notable nuestra contribución; Hoy, luego
de haber recorrido un largo tramo en el tiempo, a nivel del marco jurídico, es
Justo aspirar a que se respeten nuestra
manera de pensar, actuar, accionar y vivir. Que se conozcan nuestros elementos
culturales, y la vez que se nos permita enseñar a la sociedad y las futuras
generaciones, nuestras habilidades interculturales, nuestra cosmovisión y
nuestra percepción Antropológica.
Las Legislaciones Nacional así nos lo permite, por lo que podemos exigir
que se garantice la equidad de oportunidades laborales, sociales, académicas y
científicas para la sociedad pluricultural y multiétnico en el que
viven los Ngäbes y Buglé.
Al adentrarnos en este nuevo milenio, es palpable y visible nuestra
presencia en el devenir de la historia de Panamá, tanto estadística,
cultural y geográfico.
Continuamos siendo un factor importante en la producción pecuaria,
agrícola, hortícola y últimamente en la industria manufacturera y como recurso
pedagógico.
A pesar de que en nuestra zonas se registren los índice de Desarrollo
Humano más bajo y tolerable posible; y aunque nuestras zonas son consideradas las más pobres y de
pobreza extrema, desde el punto de vista del desarrollo económico; a la vez es
la Zona más rica y codiciable desde el punto de vista ambiental y de los
recursos Hídricos y minerales, ni que decir en cuanto a los recursos genéticos
y culturales. Pero esta realidad es contradictoria con los estándares y niveles
que refleja el País en el ámbito nacional, regional e internacional.
Nuestro aporte al valor cultural es evidente; somos visibles en todos
los espacios políticos, sociales y humanos.
Nuestra última generación se encuentra insertada en la rueda del
progreso, aunque de manera lenta y conmedida.
No se puede negar, nuestra contribución con el desarrollo humano,
económico, científico y empresarial del país.
Es innegable nuestra presencia como profesionales en todas las áreas
académicas ya que como Ngäbe, participamos en el desarrollo local,
institucional y construimos nuevas estructuras sociales que son reconocidas jurídicamente por el país.
Estamos hoy más que nunca, conciente que sostenemos nuestro emblema de
amor por la naturaleza, la equidad de género, la igualdad de oportunidades, el respeto
por la libertad de pensamiento, el respeto por el derecho a integrarnos en cada
uno de los espacios logrados y por lograr. La reivindicación permanente de Los
Derechos Humanos, la revitalización de nuestros conocimientos ancestrales, la
conservación y promoción de nuestra
Lengua Materna, la promoción y el cumplimiento de los Derechos que nos
corresponden como Pueblos Originarios Ngäbe y Bugle de Panamá siguen siendo
nuestras principales prioridades.
Es así que cada año nuestro índice de escolarización se incrementa,
se robustece la cifra de profesionales indígenas Ngäbe; nuestro Pueblo Ngäbe y
Bugle se incorpora perfectamente en la relación de desarrollo sustentable con
el entorno ambiental, social y Político de Panamá y latinoamericano.
Y Como un aporte más a éste ritmo de interacción, contribución y
participación, es que se desarrolló El Proyecto: Educación Cultural Ngäbe, en
el que se enalteció nuestro pasado, y logramos augurar un buen fin a nuestra
historia.
Con este proyecto se logró reafirmar que los Ngäbes y Bugle estuvimos,
estamos y estaremos siempre como un aliado del progreso de éste País.
Tenemos la capacidad de visualizar la senda de la justicia y la equidad
social, que merecen todas las Naciones
Originarias de América, la tierra de ABIA YALA, como lo reconoce la
constitución, las resientes leyes y decretos nacionales obtenidas y sobre todo
por la Declaración Sobre Los Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU.
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