sábado, 11 de febrero de 2012

Panamá- “Sosteniendo La Antorcha del Desarrollo de la Educación Intercultural Bilinguë, vislumbrando el camino del progreso Social y Cultural está nuestro Pueblo Ngäbe y Buglé”.

11-2-12 Enviado por nuestro compañero panameño Ruben De Gracia

Por: Rubén De Gracia S, Coordinador de ISOCNECSAYCA
“Integración sociocultural de las naciones étnicas de Centro Suramérica y el Caribe”

El proceso de desarrollo cultural, académico, humano, social y político y  de los pueblos Originarios de Panamá demanda ingentes esfuerzo colectivo; tanto de las familias que la integran, así como de los líderes locales, profesionales indígenas y todos los aliados externos, regionales e internacionales, tanto de los organismos con fines Público como Privado.
Buscando esa aspiración, La comarca Ngäbe Buglé, se ha articulado de manera permanente y dinámica en todos los procesos de desarrollo de sus instituciones, tratando a la vez de revitalizar y conservar su cultura, lengua, tradición e identidad como un Pueblo Originario de Panamá.
Es en este marco en el que se desarrolló el Proyecto de Educación Cultural Ngäbe, por ASMUNG y aporte financiero del Banco Interamericano de Desarrollo, BID, específicamente del Centro Cultural del Banco Interamericano de Desarrollo. Este proyecto pretendió sentar las bases para que las y los participantes del proyecto, pudiesen desarrollar las habilidades y las destrezas para la aplicación de una metodología activa y participativa en el proceso de aprendizaje de la lectura y la escritura de la Lengua Ngäbe; a la vez que puedieran  aplicarlos con sus hijos e hijas en el hogar, como una estrategia para la conservación de la lengua materna.
Este es un esfuerzo por la reivindicación de los derechos culturales del Pueblo Ngäbe, y al igual los otros Pueblos Originarios de Panamá, nos mantenemos a la vanguardia de las iniciativas de preservar nuestra identidad Cultural.
Gracias a las cosntantes luchar por nuestros derechos consuetudinarios, el País se ha posesionado en un loable lugar entre todos los países latinoamericanos en materia de las exigencias y reconocimiento de los Derechos de los pueblos originarios de América.

 Hablar del Pueblo Ngäbe y Bugle, es hablar de Rupturas de utopías del desarrollo social Humano, ya que los hechos  históricos, en los aspectos culturales, sociales y demográficos hoy en día lo demuestran.

 Como Población Originaria, a pesar de ser casi exterminado, por la estructura política que se trajo del mundo occidental y que fue impuesta por los  gobiernos de turno, ya sea a través de legislaciones, normas y tratados aprobado en nuestro país, desde sus fundación. Aún hoy estos Pueblos Originarios sabemos demostrar, a lo largo de la Historia, la casta como Población  de una alta consistencia y resistencia ante las ideologías y culturas traídas de Europa. No noshemos sabido doblegar ante nuestros opresores, y gobernantes frente a los que nos ha tocado vivir.
Como pueblos, casi fuimos reducidos, y los pocos de nuestros antepasados que quedaron fueron segregados y  marginados a vivir en las zonas más inhóspitas e improductivas de éste país; seguimos en pie, resistiendo y con más fervor para defender nuestros intereses, preservando la idiosincrasia y el acervo cultural que le tenemos legado a la Humanidad.

 La realidad que nos llega del pasado, en el aspecto demográfico, es contundente; ya que estos Pueblos Originarios, en corto tiempo,  pasó de un millón de habitantes, a sólo ser hoy en día,   un 10.0 % de la población panameña; de los cuales el Pueblo Ngäbe hay representa el 5. 0 % (156 747 habitantes Ngäbe, censo de Contraloría General de Panamá de 2010).

 Desde los albores de la  nacionalidad panameña, los Pueblos Originarios Ngäbe y Bugle, hemos contribuidos en un cien por ciento con la mano de obra para la producción agrícola, pecuaria y hortícola que requería la Nación.

 Sin embargo, la condición paupérrima y precaria en el que se tenía a nuestros trabajadores Ngäbe en los sitios de trabajos como en las zonas bananeras, zonas cafetaleras, y hortícola  los motivó a iniciar una lucha permanente contra  quienes los mantenían sumergidos en el analfabetismo, anulando todos sus derechos humanos y sociales, desconociendo e ignorando todo ese acervo Cultural y  conocimientos ancestrales.

 Esta situación de invisibilidad, abandono y sometimiento causó que aproximadamente tres generaciones de éste Pueblo fuera  útil únicamente como elemento necesario en la producción bananera, Cafetalera, agropecuaria y Hortícola.

 La actitud de total negativa por reconocerles a nuestros  trabajadores indígenas, sus derechos laborales, motivó la conformación de organizaciones que lucharon por la reinvindicación de derechos. Liderizados por personas autóctonas, lucharon por el respeto y la consideración de un estatus laboral digno. De esta manera nos constituimos en los pioneros de los movimientos reivindicativos, al exigir  los derechos fundamentales  e  inalienables de las clases sociales vulnerada trabajadora. De este modo se inicia una lucha de clases que llevaría años reorientándose cada vez a conseguir algo más integral y sólido para todos los moradores de la etnia Ngäbe, como lo fue finalmente la idea de tener un territorio propio.

 Este capítulo en la historia Ngäbe, cobró la vida de muchos líderes. Contra ellos  se emplearon los métodos de las persecuciones, el encarcelamiento y las torturas para alejarlos de sus aspiraciones. Otro método utilizado fue el adoctrinamiento religioso, con ellos se quería apaciguar ese aguerrido espíritu que llevamos todos los indígenas Ngäbe y Buglé; sin embargo, todas estas estrategias fracasaros, ya que la población encontró los mecanismos para resistir y fortalecer cada vez más su visión respecto a su pueblo y los ideales por los que creíamos ver una nación Originaria totalmente autosufuciente, integra y cohesionado.

 Finalmente, nuestro pueblo logró romper el yugo de la opresión e  imposición sobre y en contra de sus compañeros.
Este primer episodio, es recordado por la conformación de los primeros Sindicatos bananeros, en la década de los años 1950.

 Pese a las grandes desigualdades socioeconómicas y laborales, que experimentaban la población Ngäbé Bugle, y  la ausencia absoluta de políticas de integración basada en la dignidad humana y la justicia social; en el seno de la población autóctona se conservaba su esencia, su identidad cultural, su idioma y tradiciones y costumbres, sus conocimientos ancestrales, su valor antropológico y ese alto espíritu conservacionistas, pero sobre todo se mantuvo su unidad territorial, social y de conciencia como una Población con identidad propia.

 Aún Hoy en día, El Pueblo Ngäbe y Bugle, creemos en el respeto de  la dualidad hombre-naturaleza, que garantiza la supervivencia y perpetuación del ser humano en este mundo.

 Al crearse la comarca Ngäbe Bugle, mediante ley 10 del 7 de marzo de 1997, nos hemos hecho visibles, al participar de la vida política del país.
Es el momento cuando se consolidó la digna aspiración de los Ngäbe y Buglé, luego de soñarlo por casi tres siglos; Pues, es cuando se legitimó nuestro dominio e identidad sobre nuestro territorio, se confortó e integró la sociedad Ngäbe y Buglé, se validó y reconoció  nuestras estructura milenarias de gobierno tradicional y se creo los espacios políticos locales, Regionales y nacional y se fortaleció y reconoció su aporte cultural a través de la Conservación y promoción de su Idioma, tradición, costumbre y la Cosmovisión.
Cabe destacar que, al concluir el último siglo, éste pueblo originario, sigue contribuyendo a la consolidación de la idiosincrasia panameña, pilar ineludible del  crisol de razas que constituimos.

 Es oportuno elevar éste sentimiento de perseverancia, para que sea notable  nuestra contribución; Hoy, luego de haber recorrido un largo tramo en el tiempo, a nivel del marco jurídico, es Justo aspirar a que se  respeten nuestra manera de pensar, actuar, accionar y vivir. Que se conozcan nuestros elementos culturales, y la vez que se nos permita enseñar a la sociedad y las futuras generaciones, nuestras habilidades interculturales, nuestra cosmovisión y nuestra percepción Antropológica.

 Las Legislaciones Nacional así nos lo permite, por lo que podemos exigir que se garantice la equidad de oportunidades laborales, sociales, académicas y científicas para  la sociedad pluricultural  y multiétnico en el que viven los Ngäbes y Buglé.
Al adentrarnos en este nuevo milenio, es palpable y visible nuestra presencia  en el devenir de la historia de Panamá, tanto estadística, cultural y geográfico.

 Continuamos siendo un factor importante en la producción pecuaria, agrícola, hortícola y últimamente en la industria manufacturera y como recurso pedagógico.
A pesar de que en nuestra zonas se registren los índice de Desarrollo Humano más bajo y tolerable posible; y aunque nuestras  zonas son consideradas las más pobres y de pobreza extrema, desde el punto de vista del desarrollo económico; a la vez es la Zona más rica y codiciable desde el punto de vista ambiental y de los recursos Hídricos y minerales, ni que decir en cuanto a los recursos genéticos y culturales. Pero esta realidad es contradictoria con los estándares y niveles que refleja el País en el ámbito nacional, regional e internacional.

 Nuestro aporte al valor cultural es evidente; somos visibles en todos los espacios políticos, sociales y humanos.
Nuestra última generación se encuentra insertada en la rueda del progreso, aunque de manera lenta y conmedida.
No se puede negar, nuestra contribución con el desarrollo humano,  económico, científico y empresarial del país.

 Es innegable nuestra presencia como profesionales en todas las áreas académicas ya que como Ngäbe, participamos en el desarrollo local, institucional y construimos nuevas estructuras sociales que son  reconocidas jurídicamente por el país.

 Estamos hoy más que nunca, conciente que sostenemos nuestro emblema de amor por la naturaleza, la equidad de género, la igualdad de oportunidades, el respeto por la libertad de pensamiento, el respeto por el derecho a integrarnos en cada uno de los espacios logrados y por lograr. La reivindicación permanente de Los Derechos Humanos, la revitalización de nuestros conocimientos ancestrales, la conservación y promoción  de nuestra Lengua Materna, la promoción y el cumplimiento de los Derechos que nos corresponden como Pueblos Originarios Ngäbe y Bugle de Panamá siguen siendo nuestras principales prioridades.

  Es así que cada año nuestro índice de escolarización se incrementa, se robustece la cifra de profesionales indígenas Ngäbe; nuestro Pueblo Ngäbe y Bugle se incorpora perfectamente en la relación de desarrollo sustentable con el entorno ambiental, social y Político de Panamá y latinoamericano.

 Y Como un aporte más a éste ritmo de interacción, contribución y participación, es que se desarrolló El Proyecto: Educación Cultural Ngäbe, en el que se enalteció nuestro pasado, y logramos augurar un buen fin a nuestra historia.
Con este proyecto se logró reafirmar que los Ngäbes y Bugle  estuvimos, estamos y  estaremos siempre como un  aliado del progreso de éste País.
Tenemos la capacidad de visualizar la senda de la justicia y la equidad social,  que merecen todas las Naciones Originarias de América, la tierra de ABIA YALA, como lo reconoce la constitución, las resientes leyes y decretos nacionales obtenidas y sobre todo por la Declaración Sobre Los Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU.

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