jueves, 31 de mayo de 2012- Argenpress
XINHUA
El
estudio, llevado a cabo por el diario China Youth Daily y publicado hoy
jueves, muestra que el 53,2 por ciento de los 11.754 encuestados son de
la opinión de que los niños actuales no son tan felices como los de
generaciones previas, y un 11,3 por ciento declaran no haber tenido
infancias felices en sus propios casos, aunque piensan que hoy en día la
situación es aún peor.
En
cuanto a la distribución de la responsabilidad, un 78 por ciento cree
que el culpable es el conjunto de la sociedad, alrededor del 51 por
ciento piensa que lo son los padres, y un 44,3 por ciento opina que la
responsabilidad recae en las escuelas.
"La
presión académica y el ansia de los padres por que sus hijos tengan
éxito son las dos principales causas de las infancias infelices", dice
Huang Hongji, experto en estudios infantiles de la Universidad
Pedagógica de Shanghai.
En
opinión de un 71,1 por ciento de los encuestados, la falta de tiempo
libre causada por el exceso de carga académica y las actividades
extraescolares es uno de los principales factores de depresión infantil.
"Las desmedidas expectativas de los padres" y "la presión de los
exámenes" son asimismo factores esenciales, de acuerdo con el sondeo.
Según
Sun Hongyan, investigadora del Centro de Estudios de la Juventud y la
Infancia de China, su equipo condujo un estudio sobre más de 200 alumnos
de primaria y secundaria en escuelas de la capital china de Beijing y
de la provincia oriental de Zhejiang, y descubrió que incluso aquellos
niños que aseguraban ser felices no disfrutaban de una auténtica
felicidad.
Al ser
preguntados qué es la felicidad, la mayor parte de los niños
respondieron que "sacar buenas notas", "tener amigos", y "tener tiempo
libre" les hacía felices.
"Si
un niño considera que ir bien en el colegio es una de las principales
fuentes de felicidad, y el tiempo libre se convierte en un lujo, ¿cómo
puede ser realmente feliz?, dice Sun.
Lu
Zhi, autor de libros infantiles, apunta que el estrés de los
progenitores, que no es más que un reflejo del estrés sufrido por el
conjunto de la sociedad, podría ser una de las razones que explicasen
las emociones negativas de sus hijos, y pueden llegar a destruir sus
infancias.
Los padres, mientras tanto, se sienten frustrados por la situación en la que se encuentran sus vástagos.
"Dudo
que haya padres que realmente quieran encarcelar a sus hijos para que
estudien, pero el inapropiado sistema de selección de talento de la
sociedad, que se basa en gran medida en la formación académica de la
gente, les fuerza a comportarse de ese modo", dice Sun, que además es
madre.
La mayoría de
los encuestados creen que la ausencia de una infancia alegre puede
afectar al estado físico y mental del niño, llevar a aborrecer el
aprendizaje, y socavar la curiosidad, la vitalidad y el pensamiento
independiente.
En el
sondeo, el 85,2 por ciento de las personas respondieron que los niños
necesitan vidas más felices, con más tiempo para jugar y menos deberes y
lecciones. A este respecto, Lu hizo un llamamiento a los padres para
que, primero, alivien sus propias tensiones, y después presten más
atención a la salud psicológica de sus hijos.
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