sábado, 4 de febrero de 2012

BRASIL: Alumnos analfabetos

01/02/2012
Durante el primer semestre de este año se aplicó la prueba ABC (Evaluación Brasileña de final del Ciclo de Alfabetización) a grupos de alumnos que terminaron el 3° año de enseñanza primaria, en todas las capitales del país.
Frei Betto - Escritor y asesor de movimentos sociais - Adital

Una iniciativa del movimiento Todos por la Educación con el Inep (Instituto Nacional de Investigaciones Educacionales Anisio Teixeira).
El resultado es alarmante. Se constató que el 43.9% de los alumnos están flojos en lectura y el 46.6% en escritura. O sea, que son semianalfabetos. No captan el significado de lo que leen y redactan una simple carta con graves errores de ortografía y sintaxis.
En cuanto a la lectura, casi la mitad (48.6%) de los alumnos del estamento público respondió al resultado esperado. En el estamento privado el desempeño fue mucho mejor: 79%. En el apartado escritura tuvieron buen desempeño sólo el 43.9% de los alumnos públicos, mientras fue del 86.2% en redacción en las escuelas particulares.
Estos índices demuestran que en el Brasil la desigualdad social se alía con la desigualdad educacional. Los alumnos de la red pública, oriundos en su mayoría de familias de escasos recursos no traen el hábito de leer desde la cuna. Sus padres poseen una baja escolaridad y el libro no es considerado un bien esencial a comprar, como sucede en las familias más pudientes.
De todos modos, es preocupante el hecho de que alumnos, tanto de las escuelas públicas como privadas, no alcancen el 100% de alfabetización al concluir el 3° año de enseñanza primaria. Eso demuestra falta de método de alfabetización, a pesar de que sea ésta la nación que produjo a Paulo Freire.
Un niño que a los 8 años tenga dificultad para leer y escribir se sentirá incapaz de manejar los textos de otras disciplinas escolares, lo cual perjudicará su aprendizaje. Una alfabetización incompleta constituye un incentivo más para abandonar la escuela o para una escolaridad mediocre.
Es hora de preguntarse si el pase automático, o sea, que el alumno pase al año siguiente superior sin que esté preparado para ello, sea una pedagogía recomendable. Ciertamente, en el futuro con una escolaridad deficiente no obtendrá la aprobación automática en empleos que exigen oposición y cualificación.
Priscila Cruz, del movimiento Todos por la Educación, destaca la importancia de la educación infantil (hogar cuna, jardín de infancia, etc.) para dar al niño una buena educación. Para que se despierte en el niño la facilidad de síntesis cognitiva es importante que comience a oír historias incluso en el vientre materno.
El Brasil es un país de contradicciones. La Constitución de 1988 cometió el error de encomendar al gobierno federal la enseñanza superior, a cada estado la enseñanza media, y al municipio la enseñanza elemental. Ahora bien, una nación se hace con educación. Y la base reside en la enseñanza fundamental. De ésta debiera cuidar el MEC.
Ningún gobierno ha implementado todavía la revolución educacional soñada por Anisio Teixeira, Lauro de Oliveira Lima, Paulo Freire y tantos otros educadores. ¿Cómo vamos a pensar que apenas 4 horas de permanencia en la escuela son suficientes para una buena educación? ¿Por qué los alumnos no permanecen de 6 a 8 horas diarias en la escuela, como sucede en tantos países?
En el Brasil el 10% de la población adulta es considerada analfabeta. En Chile el 3.4%, en Argentina el 2.8%, en Uruguay el 2%, en Cuba y en Bolivia el 0%.
Otros factores que contribuyen a la semialfabetización son: el desinterés de los padres hacia el desempeño escolar de los hijos y el largo tiempo que éstos dedican a la tv y a navegar aleatoriamente por internet. En esta era de la imagen se corre el serio peligro de multiplicar el número de analfabetos funcionales o de alfabetizados iletrados, que son los que saben leer pero no interpretar el texto, y mucho menos evitar errores garrafales en el escrito.
El gobierno le debe a la nación una campaña nacional eficiente de alfabetización, incluso entre alumnos de los cursos 3° y 4°. Para ello hay que tener un método. Hay varios. Quien se interese por un método realmente eficiente basta con que le pregunte al diputado Tiririca, que se alfabetizó en dos meses, al mismo tiempo que obtenía su certificado en la Junta Electoral.

[Frei Betto es escritor, autor de "Alfabetto. Autobiografía escolar”, entre otros libros. http://www.freibetto.org/> twitter:@freibetto.
Traducción de J.L.Burguet
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Frei Betto autorizo la publicacion del presente articulo 
 

 

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