21/05/2012|11:56
Informe de la UNESCO
-Infancia Hoy
Los conflictos armados privan a 28 millones de niños de la posibilidad
de instruirse y los exponen al riesgo de ser víctimas de violaciones y
otros abusos sexuales, al tiempo que propician ataques contra las
escuelas y atentados contra los derechos humanos, según el Informe de
Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo 2011 editado por la
UNESCO.
Ciudad de Buenos Aires, 21 May, Agencia Infancia Hoy.- En ese
informe, titulado Una crisis encubierta: conflictos armados y educación,
se advierte que el mundo no va por buen camino para lograr en 2015 los
seis objetivos de la Educación para Todos suscritos por 160 países en
Dakar el año 2000. Aunque se han realizado progresos considerables en
muchos ámbitos, se distará mucho de alcanzar la mayoría de los objetivos
fijados y uno de los motivos importantes de este fracaso son los
conflictos armados que azotan muchas partes del mundo.
Las
conclusiones del informe están respaldadas por cuatro premios Nobel:
Oscar Arias Sánchez, Shirin Ebadi, José Ramos-Horta y el arzobispo
Desmond Tutu. “Las páginas de este informe detallan crudamente la
violencia real que se está ejerciendo contra algunas de las poblaciones
más vulnerables del mundo, comprendidos sus niños en edad escolar, y
retan a los dirigentes de todos los países, ricos y pobres, a emprender
una acción decisiva”, dice el arzobispo Tutu en su colaboración especial
para el informe.
De los niños del mundo en edad de ir a la
escuela primaria que están sin escolarizar, un 42%, esto es 28 millones,
vive en países pobres afectados por conflictos.El
informe presenta propuestas detalladas para llevar cabo cambios y
reformas con vistas a luchar implacablemente contra las violaciones de
los derechos humanos, revisar las prioridades globales de la ayuda
externa, reforzar los derechos de los desplazados internos y prestar más
atención a las deficiencias de los sistemas educativos que pueden
incrementar los riesgos de conflictos.
“Los conflictos
armados –dice la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova– siguen
representando un importante obstáculo para el desarrollo humano en
muchas partes del mundo, pero hasta ahora se han ignorado ampliamente
sus repercusiones en la educación. La originalidad de este informe
estriba en que expone documentadamente la magnitud de esta crisis
encubierta y sus causas subyacentes, al mismo tiempo que presenta
propuestas bien argumentadas para efectuar los cambios que se imponen”.
En
el periodo 1999-2008, 35 países del mundo se vieron afectados por
conflictos armados. Colombia fue uno de ellos. Los sistemas educativos
se hallan en primera línea de esos conflictos, porque los combatientes
consideran “legítimo” lanzar ataques contra los edificios de las
escuelas, los alumnos y los maestros. En Colombia, los grupos armados
suelen reclutar a niños para que combatan en sus filas o trabajen en el
narcotráfico. Con frecuencia, las escuelas son el escenario de esos
reclutamientos forzosos.
En muchos países, las
violaciones y otros abusos sexuales se han convertido en armas de
guerra. La atmósfera de inseguridad y temor creada por las violencias
sexuales hace que muchos niños –y sobre todo niñas– se vean en la
imposibilidad de ir a la escuela. En muchos países que han sufrido
conflictos armados en el pasado –por ejemplo Guatemala– se sigue
señalando la existencia de índices elevados de violaciones y abusos
sexuales, lo que induce a pensar que esos comportamientos surgidos
durante los conflictos violentos se arraigan en la sociedad imprimiendo
un carácter violento a las relaciones entre los sexos.
El
informe exige que se ponga fin a la cultura de impunidad que se da en
torno a las violencias de carácter sexual, intensificando la vigilancia
de los atentados perpetrados contra los derechos humanos, aplicando con
más rigor las normas del derecho internacional vigente y creando una
comisión internacional sobre las violaciones y los abusos sexuales que
esté respaldada por la Corte Penal Internacional.
“Los
niños y los sistemas educativos –dice el director del informe, Kevin
Watkins– no sólo se ven envueltos accidentalmente en un fuego cruzado en
un combate, sino que se están convirtiendo cada vez más en blanco
sistemático en los conflictos armados. El fracaso de los gobiernos en la
protección de los derechos humanos es sumamente nocivo para los niños,
ya que les está privando de la única posibilidad que tienen de recibir
educación. Es hora de que la comunidad internacional pida cuentas a los
que perpetran crímenes odiosos, como las violaciones sistemáticas, y
respalde las resoluciones de las Naciones Unidas con una acción firme y
resuelta”.
El informe señala también que los conflictos armados
desvían hacia el gasto en armamento los fondos públicos que podrían
emplearse en la educación. “Lo que en verdad debemos preguntarnos no es
si podemos disponer de recursos para lograr la universalización de la
enseñanza primaria, sino más bien si podemos permitirnos el lujo de
seguir manteniendo prioridades equivocadas y aplazando el momento de
convertir las bombas en libros”, dice Oscar Arias Sánchez, ex Presidente
de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz (1987), en una colaboración
especial para el informe.
El gasto en armamento también
merma los recursos que los países donantes podrían destinar al apoyo de
la educación en los países pobres. Tan sólo con lo que dedican en seis
días los países ricos al gasto militar se podría enjugar el déficit
anual de financiación de la Educación para Todos, que se cifra en 16.000
millones de dólares.
El informe señala asimismo que el
sistema de ayuda humanitaria no está prestando a los niños que viven en
países afectados por conflictos los servicios educativos que necesitan
y, por eso, pide que ese sistema se revise para dar más importancia a la
educación en la ayuda destinada a esos países. La educación apenas
representa 2% del total de la ayuda humanitaria y sólo se satisface una
proporción muy reducida de las peticiones de apoyo a los sistemas
educativos con los recursos de esta categoría de ayuda. Para enjugar el
déficit de financiación de la educación, los recursos de los fondos
comunes destinados a la ayuda humanitaria tendrían que incrementarse
para alcanzar 2.000 millones de dólares.
El informe llega a
la conclusión de que los donantes deben suprimir la línea divisoria
artificial entre la ayuda humanitaria y la asistencia para el desarrollo
a largo plazo. También preconiza que se canalice una parte más
importante de la ayuda al desarrollo por conducto de los fondos comunes
por país y que los donantes adopten disposiciones multilaterales para
una financiación agrupada, incrementando los recursos de la Iniciativa
Vía Rápida (IVR) en pro de la Educación para Todos, una vez que sea
reformada, a fin de que ésta disponga de una dotación anual de 6.000
millones de dólares.
Los refugiados y desplazados
internos del mundo entero tropiezan con importantes obstáculos para
acceder a la educación, según señala el Informe. Colombia es el segundo
país del mundo, con más desplazados internos. Los adolescentes
desplazados colombianos de 12 a 15 años que todavía cursan primaria son
dos veces más numerosos que los no desplazados de la misma edad.
Esto
indica que los desplazados ingresan tardíamente en la escuela primaria,
repiten curso con mayor frecuencia y la desertan con más facilidad. En
2004, una sentencia transcendental dictada por la Corte Constitucional
estableció la educación gratuita para los niños desplazados y, desde
entonces, la proporción de desplazados internos de 5 a 17 años
escolarizados pasó de un 48% en 2007 a un 86% en 2010.
(Infancia Hoy)
http://www.infanciahoy.com/despachos.asp?cod_des=10223&ID_Seccion=180
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