miércoles 25 de enero de 2012
Wooldy Edson Louidor (especial para ARGENPRESS.info)
Del
mismo modo, las autoridades brasileñas prometieron de aquí en adelante
frenar la "ola" de haitianos hacia sus fronteras a través de amenazas de
deportación contra todos los haitianos que ingresen de manera irregular
al país.
La nueva política de Brasil ante la
migración haitiana oscila entre las promesas de regularización y las
amenazas de deportación. Esta política que se define como humanitaria
tiene una limitada probabilidad de éxito por adolecer de una visión
regional y de un enfoque de protección de los derechos humanos de los
migrantes.
La nueva normativa migratoria
El
Consejo Nacional de la Inmigración (CNIg), organismo dependiente del
Ministerio brasileño del Trabajo y del Empleo, publicó el 13 de enero de
2012 en la página 59 del Diario Oficial de la Nación brasileña (Diário
Oficial da União(1)) la Resolución normativa número 97 sobre los
migrantes haitianos. Dicha Resolución, firmada por el director del CNIg,
el Señor Paulo Sérgio de Almeida, consta de 5 artículos.
El
primer artículo de la pieza legal estipula que todo nacional haitiano
podrá recibir, por razones humanitarias (a raíz de la agravación de las
condiciones de vida de la población haitiana luego del terremoto del 12
de enero de 2010), una visa con duración de 5 años y una cédula de
extranjería.
El segundo artículo establece que
esta visa “humanitaria” será otorgada por el Ministerio de las
Relaciones Exteriores (o la Cancillería) de Brasil a través de la
Embajada brasileña acreditada en Puerto Príncipe. Un total de 1.200
visas será concedido a los haitianos cada año, con un promedio de 100
visas mensuales.
El tercer artículo advierte
que el ciudadano haitiano que haya beneficiado de la visa humanitaria
deberá, poco antes de la fecha de vencimiento de dicha visa, comprobar
su situación laboral para poder permanecer en Brasil y renovar su cédula
de extranjería.
Los dos últimos artículos
definen la vigencia de la Resolución desde la fecha de su publicación
(el 13 de enero de 2012) hasta un periodo de dos años, con la
posibilidad de ser prorrogada eventualmente.
Las medidas políticas
En
una conferencia de prensa realizada el 12 de enero de 2012, el ministro
brasileño de la justicia, el Señor José Eduardo Cardozo, aportó algunas
precisiones sobre la Resolución normativa arriba mencionada, así como
un conjunto de medidas políticas complementarias para frenar la ola
migratoria haitiana.
Por ejemplo, el alto
funcionario del gobierno de Dilma Rousseff explicó que esta nueva
modalidad de visa humanitaria para los haitianos es diferente de los
otros tipos de visa de estudio, turismo o trabajo, ya que el solicitante
de esta nueva visa no está obligado a responder a todos los criterios y
exigencias requeridos por Brasil.
Con esta
medida migratoria "flexible" y "humanitaria", cuyo plan de acción
concreto para su operativización aún no ha sido precisado por la
administración brasileña, la Resolución trata de “abrir un canal formal y
legal para la inmigración haitiana”, al tiempo que se propone luchar
contra las redes de trata y tráfico ilegal de migrantes.
Se
trata de ordenar la migración haitiana hacia Brasil, insistió Cardozo,
advirtiendo que de aquí en adelante todos los ciudadanos haitianos
necesitan visa para ingresar al territorio brasileño.
Todos
los haitianos que se encuentran en Brasil antes del 12 de enero de 2012
serán regularizados y recibirán la visa humanitaria, prometió. Sin
embargo, los que lleguen de manera irregular después de esta fecha serán
invitados a dejar el país y, en caso de su negativa a salir del
territorio, serán deportados, concluyó en un tono firme.
Análisis
La
nueva política migratoria de Brasil puso fin a dos años de ambigüedad
del gobierno de Dilma Rousseff respecto a la situación de los migrantes
haitianos que se encuentran en su territorio luego del terremoto del 12
de enero de 2012.
De manera oficial, el
gobierno brasileño decide otorgar visas humanitarias con una duración de
5 años a los haitianos que llegaron al país suramericano hasta el 12 de
enero de 2012. Sin embargo, ni la Resolución normativa ni las medidas
políticas anunciadas se pronuncian formalmente sobre el tema de la
reunificación familiar de los migrantes haitianos que beneficiarán de la
visa humanitaria.
La migración haitiana
funciona a través de amplias redes sociales y migratorias tejidas desde
su país de origen y en múltiples países de tránsito. Cada vez más los
migrantes haitianos optan por viajar junto con sus familiares
principalmente nucleares o, en la mayoría de los casos, deciden traerlos
a su país de llegada con la "ayuda" de traficantes. De ahí la
importancia de crear también un canal legal bien definido para los
procesos de reunificación familiar.
Otro gran
ausente de la nueva política migratoria de Brasil es el tema de la
protección de los migrantes haitianos durante su periplo hacia el
territorio brasileño y en la frontera común con Perú y Bolivia.
Al
cerrar su frontera con Perú a nivel del río Acre y al militarizarla, el
gobierno brasileño espera frenar la migración haitiana hacia la ciudad
de Brasiléia ubicada en el Departamento del Acre; lo que parece más bien
una ilusión. Lo único que se logra con este endurecimiento es provocar
una dramática situación humanitaria contra los migrantes haitianos que
se quedan varados en el lado peruano de la frontera.
Del
mismo modo, ocasiona la perpetración de abusos y violaciones contra los
derechos humanos de los haitianos que intentan buscar nuevas rutas por
el lado boliviano de la misma triple frontera Brasil-Bolivia-Perú para
poder llegar a Brasiléia.
Por ejemplo, más de
250 haitianos se encuentran actualmente varados en la pequeña localidad
peruana de Iñapari en la región fronteriza de Madre de Dios. Los
policías federales brasileños les han impedido cruzar hacia Brasil,
mientras que, según Celso Curi, el alcalde de la localidad peruana
habitada por 2.500 personas, los servicios han comenzado a colapsar(2).
De
la misma manera, los haitianos que pasaron por la frontera de Bolivia,
al sur de la ciudad de Brasiléia, para poder ingresar al territorio
brasileño, señalaron haber sido víctimas de robo de su dinero y otras
pertenencias suyas; en especial, las mujeres haitianas declararon haber
sido tocadas y manoseadas por agentes policiales bolivianos, según los
testimonios recogidos el 19 de diciembre del año pasado en Iñapari por
organizaciones de derechos humanos de Brasil, Bolivia y Perú(3).
Lo humanitario no sustituye la protección de los derechos humanos
Para
poder gestionar de manera eficaz la migración haitiana, el gobierno de
Brasil debe llegar a un acuerdo multilateral con sus homólogos de los
vecinos países, Perú y Bolivia, e incluso con otros países suramericanos
implicados en el flujo haitiano tales como Ecuador, Chile y Argentina.
Se debe de adoptar una visión regional para ordenar la migración
haitiana hacia Sur América.
Además, sería
contraproducente que la nueva política migratoria de Brasil, por más
humanitaria que fuera, siguiera contribuyendo a generar más violaciones y
abusos contra los derechos humanos y la dignidad de los migrantes
haitianos. Brasil, así como los demás países de la región, firmaron y
suscribieron una serie de instrumentos de derechos humanos a nivel
internacional y regional que les obligan a proteger los derechos de la
persona humana, más allá de la nacionalidad y el estatus migratorio que
tenga.
Es lamentable que los principales
organismos regionales encargados de velar por el respeto irrestricto de
los derechos humanos en la región, tales como la Unión de las Naciones
Suramericanas (UNASUR) y la Organización de los Estados Americanos
(OEA), aún no se hayan pronunciado públicamente sobre la necesidad de
defender los derechos de los migrantes haitianos que se encuentran en
una situación de vulnerabilidad y con necesidad de protección
internacional.
Finalmente, la nueva política
migratoria no menciona las medidas y las estrategias que el gobierno
brasileño planea adoptar para integrar a la población haitiana en la
sociedad nacional. Esperamos que las autoridades brasileñas contemplen
un plan de integración digna y respetuosa de los derechos humanos de los
migrantes haitianos en Brasil.
Lo humanitario no puede sustituir, en ningún caso, la protección de los derechos humanos.
Notas:
1) http://www.in.gov.br/imprensa/visualiza/index.jsp?jornal=1&pagina=59&data=13/01/2012
2)
Ver artículo “Más de 200 haitianos están varados en Madre de Dios” de
Vanessa Romo Espinoza en el periódico peruano El Comercio en este
enlace:http://elcomercio.pe/peru/1365015/noticia-mas-200-haitianos-estan-varados-madre-dios_1
3)
Ver DECLARAÇÃO DO MINI MAP – DIREITOS HUMANOS. SITUAÇÃO ATUAL DOS
IMIGRANTES HAITIANOS en el siguiente
enlace:http://lindomarpadilha.blogspot.com/2012/01/em-declaracao-do-mini-map-haitianos.html
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