viernes 13 de enero de 2012-Argenpress
Jacinto Granda (PL)
Tienen generalmente
entre 11 y 17 años de edad y son hijos de mexicanos, latinos en general o
estadounidenses que viven en ambos países, pero los preferidos son
estos últimos porque tienen la ventaja de la nacionalidad
norteamericana.
Especialmente incorporan a
aquellos que integran pandillas juveniles en Estados Unidos, y por
tanto, ya tienen una experiencia delictiva.
La
información sobre ese reclutamiento de niños y adolescente acaba de ser
proporcionada por la agencia antidroga estadounidense (DEA).
Los
pagos que reciben dependen del grupo criminal que los recluta, aunque
Los Zetas y el cártel del Golfo pagan un salario más alto, unos 500
dólares por cada cruce fronterizo de la droga.
Sin
embargo, ese trabajo de "mula" es de menos magnitud criminal que otros
también desempeñados por muchos de ellos, como el de asesino, ejecutor
de diversas acciones delictivas, espía y vigilante (llamados aquí
"halcones").
Para México la mayor amenaza del
crimen organizado no es su extrema violencia, sino la presencia
creciente en sus filas de jóvenes y hasta niños, coinciden analistas.
Lo
que está en juego, afirman, es que así continuará la progresión de la
delincuencia y hasta podría llegar a alcanzar niveles ya indetenibles.
El
escritor mexicano Carlos Fuentes alertó: el gran peligro que veo en
México es que los jóvenes desvíen su destino y se vayan al crimen.
Representantes
de sectores sociales se preguntan cuánto puede esperarse de esas
decenas de miles de niños y muchachos que crecen dentro de un mundo de
asesinatos, secuestros, drogas, abusos y tantas otras manifestaciones de
corrupción y marginalidad.
Incluso algunos son
convertidos en sicarios, como Beto, de la Familia Michoacana, quien con
menos de 17 años ya había asesinado al menos a 18 personas, o Gloria,
de 13 años, también captada para matar.
De
acuerdo con varias fuentes, se estima que las organizaciones criminales
han reclutado por lo menos a 35 mil con edades fluctuantes entre 12 y 17
años.
Pero ellos son, al mismo tiempo, también
víctimas. De acuerdo con datos oficiales, en los últimos cuatro años
más de dos mil 500 fueron asesinados en enfrentamientos entre bandas
rivales.
A ello se añade la dramática cifra de que cada 10 muertos, siete son jóvenes.
En
los últimos cinco años, las Fuerzas Armadas y la Procuraduría General
de la República han detenido a más de cuatro mil "chavos" por estar
vinculados con la delincuencia organizada; entre sus delitos se
encuentran homicidio, secuestro, tortura, tráfico de drogas y robo.
Para su reclutamiento, los narcotraficantes aprovechan la condición de pobreza de sus presas.
El
narcotráfico obtiene millonarias ganancias y sus cabecillas cuentan con
grandes cantidades de dinero para sus operaciones, compras de armas,
sobornos y captación de personal, en el cual incluyen a los menores.
El
sitio digital SIPSE publicó, en un reciente informe de la ONU, que los
ingresos del narcotráfico en México ascienden a 14 mil millones de
dólares anuales, aunque otras fuentes consideran la cifra aún mayor.
De
ahí que la principal fuente de este reclutamiento de los cárteles son
los siete millones 819 mil 180 mexicanos de 12 a 29 años de edad,
quienes no tienen empleo ni tampoco asisten a la escuela.
Ellos son así muy vulnerables ante las provocativas ofertas de los criminales.
El
gobierno, la oposición y los sectores civiles coinciden en que la
solución medular de este tan grave problema que azota al país es
resolver esa falta de oportunidades para la juventud marginada.
México
es un país de jóvenes. Datos del Instituto de Estadística revelan que
la mitad de sus habitantes tienen 26 años o menos y la proporción de
niños (de 0 a 14 años de edad) es del 29.1 por ciento.
http://www.argenpress.info/2012/01/los-ninos-del-crimen-organizado.html
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