viernes, 13 de enero de 2012

MEXICO: 200 mil menores trabajadores, en situación de riesgo en Michoacán

13-1-12
Es precisamente ese alejamiento de quienes en teoría tendrían que estar pendientes de su bienestar lo que pone en verdadero riesgo a los niños y adolescentes en situación laboral.
Estadísticas oficiales del 2010 indican que en Michoacán son alrededor de 200 mil menores los que se encuentran en situación de trabajo, cifra muy alejada de la realidad, pues desde la perspectiva del jefe del Departamento de Jóvenes y Niños en Riesgo del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) estatal, José Luis Castillo González, podrían ser 100 mil más los menores que de manera visible o discreta desempeñan alguna actividad laboral sin la continua supervisión de sus padres o tutores.
Es precisamente ese alejamiento de quienes en teoría tendrían que estar pendientes de su bienestar lo que pone en verdadero riesgo a los niños y adolescentes en situación laboral.

Los principales riesgos a los que se expone un niño que trabaja en los campos agrícolas van desde las inclemencias climáticas hasta los accidentes con herramientas, fertilizantes y pesticidas.

En la ciudad los menores de edad están altamente expuestos a los tentáculos del crimen organizado, agresiones físicas y sexuales, inducción a las drogas y el alcohol, así como raptos que se derivan en la venta de órganos, explotación sexual y laboral.
Un triste ejemplo es la niña Marisol Orozco Pérez, de sólo nueve años de edad, quien fue objeto de agresiones sexuales, golpes y finalmente asfixiada, en la cabecera municipal de Pátzcuaro, donde se le veía vendiendo chicles en el Centro Histórico.

“Este evento desafortunado no está aislado de las condiciones sociales que lo pueden permitir”, señaló José Luis Castillo, poco antes de referir que si bien los padres tienen cierto grado de responsabilidad, tendríamos que cuestionarnos como autoridades y como sociedad qué acciones tomamos para impedir que esto suceda.

Una realidad que rebasa todo diagnóstico
El titular del Departamento de Jóvenes y Niños en Riesgo dio a conocer que estadísticas del Inegi levantadas en el 2010 muestran que son alrededor de 200 mil niños los que en Michoacán están en situación de trabajo, y se desempeñan principalmente en actividades agrícolas, de prestación de servicios en espacios públicos, urbanos principalmente, y quehaceres domésticos.
El Oriente (80 mil menores), el Bajío (75 mil niños) y la Meseta Purépecha (50 mil infantes) serían las regiones en las que se tiene detectada la mayor incidencia de pequeños y adolescentes que trabajan como jornaleros agrícolas.
Los centros poblacionales con mayor número de habitantes (Morelia, Lázaro Cárdenas, Uruapan, Apatzingán, Zitácuaro) registran a su vez la más elevada tasa de niños lavacoches o limpiaparabrisas, vendedores ambulantes, cerrillitos (empaquetan productos en centros comerciales) y diablitos (cargadores en los mercados).
Comentó que de esos 200 mil niños de los que tiene conocimiento el DIF, 140 mil tienen entre catorce y los 17 años, es decir están en la etapa de la adolescencia, y los restantes 60 mil son menores de catorce años.
El funcionario estatal consideró que las estadísticas oficiales que se tienen en torno a los niños en situación laboral están alejadas de la realidad y podrían aumentar incluso en 100 mil niños más.
“Hablar de trabajo infantil es hablar de que somos un pueblo que permite y hasta promueve esta situación, pensando que es un valor que le va a dar al niño mayores capacidades para desarrollarse, pero no es lo mismo que un niño apoye dentro de su casa o en el negocio familiar, a que salga a la calle (o al campo) y quede a expensas de todo riesgo”, enunció.
Y aclaró: “Cuando el niño tiene alguna actividad fuera de la seguridad de los padres, llámese negocio, la casa o el campo, entonces sí ya estamos hablando de una situación de trabajo infantil”.
Subrayó que los principales riesgos a los que se expone un niño que trabaja en los campos agrícolas van desde las inclemencias climáticas hasta los accidentes con herramientas, fertilizantes y pesticidas. Añadió que por lo regular los pequeños jornaleros presentan alto grado de desnutrición y bajo nivel escolar.
En la ciudad, enfatizó, los menores de edad están altamente expuestos a los tentáculos del crimen organizado, agresiones físicas, inducción a las drogas y el alcohol, así como raptos que se derivan en la venta de órganos, explotación sexual y laboral.

Trabajo sexual infantil, problema que empieza a atenderse
Si es complicado determinar el número de menores que desempeñan labores domésticas, mucho más complejo se vuelve hacer una estimación respecto a los niños y adolescentes que se encuentran inmiscuidos en el trabajo sexual.
Así lo hizo ver Castillo González, quien destacó que fue la administración estatal que está por concluir la que por primera vez abordó la problemática e inició un programa de capacitación en temas de prevención de explotación o abuso sexual para evitar que siga en aumento.
Sin determinar cifras, indicó que Michoacán no se encuentra entre las entidades del país ubicadas como foco rojo en el mercado internacional de turismo sexual de niños, pero hizo hincapié en que sin esperar a que ello ocurra se tendrían que reforzar las políticas de prevención, sobre todo en localidades con alta vocación turística, principalmente la ciudad de Morelia y el puerto de Lázaro Cárdenas.
“Vemos a niños en la carretera con los animales, por ejemplo una iguana, con la cual te puedes tomar una fotografía, a ojos conservadores es eso, pero para nosotros es un posible foco de explotación sexual, debemos estar atentos a los códigos que se manejan en el mercado de comercio sexual de niños”, asumió.
Expresó que aunque para el común de la sociedad pudiera no ser fácil identificar ciertos códigos, sí es posible que los ciudadanos observen situaciones no comunes en los niños, como pudiera ser el caso de una pequeña maquillada en exageración con ropa que no corresponde a su edad, y procedan con una denuncia anónima al 089.

No hay cultura de la denuncia contra padres explotadores
Aunque precisó que las denuncias por ilícitos cometidos en contra de menores se atienden en la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), Ana Luz Mila Barrera, procuradora de la Defensa del Menor y la Familia, informó que al año esta instancia perteneciente al DIF Michoacán recibe entre 250 y 300 niños de cero a 17 años de edad por situaciones de maltrato, explotación laboral, abandono y extravío.
De tal cifra, comentó, entre 60 y 80 niños son reintegrados a sus familias, entre 20 y 25 son dados en adopción, y el resto se mantienen institucionalizados (en guarda y custodia del DIF) en tanto se resuelven los procesos por los cuales ahí se encuentran.

En entrevista con Cambio de Michoacán, Ana Luz Mila dijo desconocer cuántos procesos existen actualmente en la PGJE por explotación laboral infantil, pero compartió que una valoración que se hizo con el Departamento de Jóvenes y Niños en Riesgo, se llegó a la conclusión de que los niños que laboran en la calle en su mayoría tienen un hogar, una familia, una casa, pero por decisión propia u obligados por sus padres tomaron esta vía como modus vivendi.
La titular de la Procuraduría de la Defensa del Menor asumió que hay gente que se aprovecha de la buena fe de la población y lanza a los niños, adultos mayores y personas discapacitadas a generar el sustento del hogar en la calle.
“Aquí lo que procede es una denuncia en contra de los papás, cosa que la misma sociedad no ha implementado y eso tendría que hacerse como cualquier ilícito a través de una agencia del Ministerio Público. No es el DIF quien va a ir a la calle a recoger a un menor, porque entonces nosotros estaríamos incurriendo en una responsabilidad, porque nosotros no tenemos esa facultad”, declaró.
Coincidió con José Luis Castillo al considerar que el mecanismo más efectivo para desalentar la explotación laboral de los sectores poblaciones vulnerables es no darles recursos económicos. “Si dejan de generar esa percepción económica, lo van a dejar de hacer”.

Menores entre 14 y 17 años sí pueden laborar
La funcionaria agregó que pese a que los menores de 18 años tienen prohibido laborar, la Ley Federal del Trabajo establece que a partir de los catorce años tanto hombres como mujeres pueden incorporarse a una actividad económicamente redituable, siempre y cuando tengan permiso de sus padres o tutores.
Advirtió que las actividades a desempeñar no deben afectar el desarrollo físico o psicológico de los adolescentes, ni limitar sus derechos como menores de edad.
Detalló que en el caso de los institucionalizados (a cargo y custodia del estado), también tienen la posibilidad de laborar, si es que el secretario de Gobierno en funciones les otorga el permiso correspondiente.
Al menos en lo que corresponde a la administración en turno, aseguró, ningún menor institucionalizado obtuvo autorización para laborar.
http://www.cambiodemichoacan.com.mx/vernota.php?id=166563

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