Vemos con agrado que Le monde diplomatique (Argentina) ha decidido sumarse a la conmemoración del décimo aniversario luctuoso de Pierre Bourdieu publicando al castellano ¿Cómo se forma la opinión pública? (original en francés "La fabrique des débats publics"), un breve artículo extraído de los cursos inéditos del sociólogo francés sobre el Estado (Sur l'Etat. Cours au collège de France 1989-1992.)
¿Cómo se forma la "opinión pública"?
Por Pierre Bourdieu
Un hombre oficial es un ventrílocuo
que habla en nombre del Estado: toma una postura oficial —habría que describir
la puesta en escena de lo oficial—, habla a favor y en nombre del grupo al que
se dirige, habla por y en nombre de todos, habla en tanto representante de lo
universal.
La
opinión pública es la opinión de los que son dignos de tener una opinión.Aquí
llegamos a la noción moderna de opinión pública. ¿Qué es esta opinión pública
que invocan los creadores de derecho de las sociedades modernas, sociedades en
las cuales el Derecho existe? Tácitamente, es la opinión de todos, de la
mayoría o de aquellos que cuentan, de aquellos que son dignos de tener una
opinión. Pienso que la definición patente en una sociedad que se dice
democrática, es decir donde la opinión oficial es la opinión de todos, oculta
una definición latente, a saber, que la opinión pública es la opinión de los que
son dignos de tener una opinión. Hay una especie de definición censitaria de la
opinión pública como opinión ilustrada, como opinión digna de ese nombre.
La lógica
de las comisiones oficiales es crear un grupo así constituido que exhiba todos
los signos exteriores, socialmente reconocidos y reconocibles, de la capacidad
de expresar la opinión digna de ser expresada, y en las formas establecidas.
Uno de los criterios tácitos más importantes para seleccionar a los miembros de
la comisión, en especial a su presidente, es la intuición que tiene la gente
encargada de componer la comisión de que la persona considerada conoce las
reglas tácitas del universo burocrático y las reconoce: en otras palabras,
alguien que sabe jugar el juego de la comisión de manera legítima, que va más
allá de las reglas del juego, que legitima el juego; nunca se está más en el
juego que cuando se va más allá del juego. En todo juego existen las reglas y
el fair-play. A propósito del hombre kabil 1, o del mundo
intelectual, yo había empleado la fórmula: la excelencia, en la mayoría de las
sociedades, es el arte de jugar con la regla del juego, haciendo de ese juego
con la regla del juego un supremo homenaje al juego. El transgresor controlado
se opone completamente al herético.
El grupo dominante coopta miembros
a partir de índices mínimos de comportamiento, que son el arte de respetar la
regla del juego hasta en las transgresiones reguladas de la regla del juego: el
decoro, la compostura. Es la célebre frase de Chamfort: "El Gran
Vicario puede sonreír sobre un tema contra la Religión, el Obispo reír con
ganas, el Cardenal agregar lo que tenga que decir" 2. Cuanto más se asciende
en la jerarquía de las excelencias, más se puede jugar con la regla del juego,
pero ex officio, a partir de una posición que no admita ninguna duda.
El humor anticlerical del cardenal es supremamente clerical.
La verdad de todos
La opinión pública siempre es una
especie de doble realidad. Es lo que no puede dejarse de invocar cuando se
quiere legislar sobre terrenos no constituidos. Cuando se dice “Hay un vacío
jurídico” (expresión extraordinaria) a propósito de la eutanasia o de los bebés
de probeta, se convoca a gente que trabajará aplicando toda su autoridad.
Dominique Memmi 3 describe un comité de
ética [sobre la procreación artificial], compuesto por personas disímiles
—psicólogos, sociólogos, mujeres, feministas, arzobispos, rabinos, eruditos,
etc.— cuyo objetivo es transformar una suma de idiolectos 4 éticos en un discurso
universal que llene un vacío jurídico, es decir que aporte una solución oficial
a un problema difícil que trastorna a la sociedad —legalizar el alquiler de
vientres, por ejemplo—. Si se trabaja en ese tipo de situación, debe invocarse
una opinión pública. En ese contexto, resulta muy clara la función impartida a
las encuestas. Decir "las encuestas están de nuestra parte",
equivale a decir "Dios está de nuestra parte", en otro
contexto.
Una de las
propiedades de las encuestas consiste en plantearle a la gente problemas que
ella no se plantea, en sugerir respuestas a problemas que ella no se ha
planteado; por lo tanto, a imponer respuestas.Pero el tema de las
encuestas es engorroso, porque a veces la opinión ilustrada está contra la pena
de muerte, mientras que los sondeos están más bien a favor. ¿Qué hacer? Se
forma una comisión. La comisión constituye una opinión pública esclarecida que
instituirá la opinión ilustrada como opinión legítima en nombre de la opinión
pública —que, por otra parte, dice lo contrario o no piensa nada (lo que suele
ocurrir a propósito de muchos temas)—. Una de las propiedades de las encuestas
consiste en plantearle a la gente problemas que ella no se plantea, en sugerir
respuestas a problemas que ella no se ha planteado; por lo tanto, a imponer
respuestas. No es cuestión de sesgos en la construcción de las muestras, es el
hecho de imponer a todo el mundo preguntas que se le formulan a la opinión
ilustrada y, por este hecho, producir respuestas de todos sobre problemas que
se plantean sólo algunos; por lo tanto dar respuestas ilustradas, puesto que
han sido producidas por la pregunta: se han creado para la gente preguntas que
no existían para ella, cuando lo que realmente le importaba, era la cuestión en
sí.
Voy a traducirles sobre la marcha
un texto de Alexander Mackinnon de 1828 extraído de un libro de Peel sobre
Herbert Spencer 5. Mackinnon define la
opinión pública; da la definición que sería oficial si no fuera inconfesable en
una sociedad democrática. Cuando se habla de opinión pública, siempre se juega
un doble juego entre la definición confesable (la opinión de todos) y la
opinión autorizada y eficiente que se obtiene como subconjunto restringido de
la opinión pública democráticamente definida:
"Es ese sentimiento sobre
cualquier tema que es cultivado, producido por las personas más informadas, más
inteligentes y más morales de la comunidad. Esta opinión se extiende
gradualmente y es adoptada por todas las personas con alguna educación y
sentimiento que conviene a un Estado civilizado". La verdad de los
dominantes deviene la de todos.
Cómo legitimar un discurso
En los años 1880, en la Asamblea Nacional se decía abiertamente lo que la sociología tuvo que redescubrir, es decir, que el sistema escolar debía eliminar a los niños de las clases más desfavorecidas. Al principio se planteaba la cuestión, pero luego fue totalmente reprimida ya que, sin que se lo pidiera, el sistema escolar se puso a hacer lo que se esperaba de él. Entonces, no hubo necesidad de hablar sobre el tema. El interés del retorno sobre la génesis es muy importante, porque en los comienzos hay debates donde se dicen con todas las letras cosas que, después, aparecen como provocadoras revelaciones de los sociólogos.
El reproductor de lo oficial sabe
producir —en el sentido etimológico del término: producere significa
"hacer avanzar"—, teatralizándolo, algo que no existe (en el sentido
de lo sensible, visible), y en nombre de lo cual habla. Debe producir eso en nombre
de lo que tiene el derecho de producir. No puede no teatralizar, ni dar forma,
ni hacer milagros. Para un creador verbal, el milagro más común es el milagro
verbal, el éxito retórico; debe producir la puesta en escena de lo que autoriza
su decir, dicho de otra manera, de la autoridad en nombre de la cual está
autorizado a hablar.
"Manejar
sabiamente una lengua es practicar una especie de hechicería evocatoria"
—BaudelaireEncuentro la definición de la prosopopeya que estaba
buscando: "Figura retórica por la cual se hace hablar y actuar a una
persona que es evocada, a un ausente, a un muerto, un animal, una cosa
personificada". Y en el diccionario, que siempre es un formidable
instrumento, se encuentra esta frase de Baudelaire hablando de la poesía:
"Manejar sabiamente una lengua es practicar una especie de hechicería
evocatoria". Los letrados, los que manipulan una lengua erudita —como
los juristas y los poetas—, tienen que poner en escena el referente imaginario
en nombre del cual hablan y que ellos producen hablando en las formas; tienen
que hacer existir eso que expresan y aquello en nombre de lo cual se expresan.
Deben simultáneamente producir un discurso y producir la creencia en la
universalidad de su discurso mediante la producción sensible (en el sentido de
evocar los espíritus, los fantasmas —el Estado es un fantasma…—) de esa cosa
que garantizará lo que ellos hacen: "la nación", "los
trabajadores", "el pueblo", "el secreto de Estado",
"la seguridad nacional", "la demanda social", etc.
Percy Schramm mostró cómo las
ceremonias de coronación eran la transferencia, en el orden político, de
ceremonias religiosas 6. Si el ceremonial
religioso puede transferirse tan fácilmente a las ceremonias políticas mediante
la ceremonia de la coronación, es porque en ambos casos se trata de hacer creer
que hay un fundamento del discurso que sólo aparece como auto-fundador,
legítimo, universal porque hay teatralización —en el sentido de evocación
mágica, de brujería— del grupo unido y que consiente el discurso que lo une. De
allí el ceremonial jurídico. El historiador inglés E. P. Thompson insistió en
el rol de la teatralización jurídica en el siglo XVIII inglés —las pelucas,
etc.—, que no puede comprenderse en su totalidad si no se considera que no es
un simple artefacto, en el sentido de Pascal, que vendría a agregarse: es
constitutiva del acto jurídico 7. Impartir justicia en
un traje convencional es arriesgado: se corre el riesgo de perder la pompa del
discurso. Siempre se habla de reformar el lenguaje jurídico sin nunca hacerlo,
porque es la última de las vestiduras: los reyes desnudos ya no son
carismáticos.
Puro teatro
Una de las dimensiones más
importantes de la teatralización es la teatralización del interés por el
interés general; es la teatralización de la convicción del interés por lo
universal, del desinterés del hombre político —teatralización de la creencia
del sacerdote, de la convicción del hombre político, de su fe en lo que hace—.
Si la teatralización de la convicción forma parte de las condiciones tácitas
del ejercicio de la profesión del clérigo —si un profesor de filosofía tiene
que aparentar creer en la filosofía—, es porque ello constituye el homenaje
esencial del oficial-hombre a lo oficial; es lo que hay que agregarle a lo
oficial para ser un oficial: hay que agregar el desinterés, la fe en lo
oficial, para ser un verdadero oficial. El desinterés no es una virtud
secundaria: es la virtud política de todos los mandatarios. Las locuras de los
curas, los escándalos políticos, son el desmoronamiento de esta especie de
creencia política en la cual todo el mundo actúa de mala fe, ya que la creencia
es una suerte de mala fe colectiva, en el sentido sartreano: un juego en el cual
todo el mundo se miente y miente a los otros sabiendo que se mienten. Esto es
lo oficial…
Traducción:
Teresa Garufi
- Alusión a un estudio etnológico que Bourdieu realizó sobre los beréberes kabiles. [regresar]
- Nicolas de Chamfort, Maximes et pensées, París, 1795. [regresar]
- Dominique Memmi, "Savants et maîtres à penser. La fabrication d’une morale de la procréation artificielle", Actes de la recherche en sciences sociales, Nº 76-77, 1989, p. 82-103. [regresar]
- Del griego idios, "particular": discurso particular. [regresar]
- John David Yeadon Peel, Herbert Spencer. The Evolution of a Sociologist, Londres, Heinemann, 1971. William Alexander Mackinnon (1789-1870) tuvo una larga carrera como miembro del Parlamento británico. [regresar]
- Percy Ernst Schramm, Der König von Frankreich. Das Wesen der Monarchie von 9 zum 16. Jahrhundert. Ein Kapital aus Geschichter des abendlischen Staates (dos volúmenes), H. Böhlaus Nachf, Weimar, 1939. [regresar]
- Edward Palmer Thompson, "Patrician society, plebeian culture", Journal of Social History, vol. 7, Nº 4, Berkeley, 1976, p. 382-405. [regresar]
http://sociologiac.net/2012/01/15/texto-inedito-de-pierre-bourdieu-como-se-forma-la-opinion-publica/
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