viernes, 13 de julio de 2012

GUATEMALA: Las niñas madres


13-7-12 Alianza x tus Derechos

Por Karen Cancinos
kcancinos@siglo21.com.gt
La niña tenía 12 años apenas. Una chica rural, tan ingenua como bonita. Un vecino depravado, treinta y cinco años mayor que ella, la esperó un mal día entre los matorrales y la violó. Por delicadeza no le pregunté a la joven, que hoy tiene 16, si el vejete abusó de ella una vez o varias, pero lo cierto es que resultó embarazada y a los 13 dio a luz una niñita. Su hija, lógicamente, parece su hermana pequeña.
Es una historia muy triste que, para nuestro horror, tampoco resulta rara. Esta misma semana leímos aquí en Siglo.21 que en el primer trimestre de este año se atendieron 514 partos en niñas menores de 14 años. De ellas, cinco tenían apenas 10 años. El dato es escalofriante. Pero me parece que el abordaje del tema que suele hacerse en los medios está fundamentalmente equivocado: se tratan los embarazos infantiles y adolescentes como un tópico de “salud reproductiva”, cuando en realidad es un asunto penal.
Sí, penal. Estamos hablando de violaciones. Porque una jovencita de 14 o menos que tenga relaciones sexuales, aunque diga que estas son “consentidas”, no posee la madurez suficiente para saber exactamente qué es lo que está haciendo.
Tampoco la posee el chiquillo con quien tenga sexo, es verdad. Pero si se acuesta con un fulano mayor de edad, o con un viejo que le triplica o cuadruplica sus añitos, estamos diciendo que se acuesta con un delincuente. Porque un tipo de 20, 30 o más no puede afirmar que una jovencita de 14 o menos tiene sexo con él “voluntariamente”, a menos que sea un pervertido que llame “seducción” a la conminación sinvergüenza.
Mi punto es que una chiquilla puede estar muy desorientada –tristemente, hay muchas así ante la deserción paterna en nuestra sociedad actual–, pero un mayor de edad no puede escudarse tras la inmadurez de una púber para cometer crímenes. Y la violación es un crimen. Sin atenuantes.
Por eso no comparto la visión de que es “el conservadurismo de este país” que impide que se imparta “educación sexual” en escuelas y colegios, la causa de que cada año leamos esas noticias penosas de que algunas niñas están teniendo niños. Escandalícese si quiere, pero de hecho pienso que necesitamos más conservadurismo, no menos.
Porque ser conservador es sostener que el sexo y la maternidad son cosas para mujeres, no para chiquillas. Porque ser conservador es argumentar que la única educación en la sexualidad humana digna de ese nombre, es aquella cimentada en una antropología correcta y cuya idea fundamental es la inmensa dignidad de cada persona. Porque ser conservador es afirmar sin complejos que un simple listado de métodos anticonceptivos y una serie de tópicos políticamente correctos no constituyen ni de lejos “educación sexual”, pero sí una justificación de lo más conveniente para un montón de funcionarios internacionales que ganan fortunas por esgrimir tonterías, como esa de que los embarazos infantiles y juveniles son un tópico de “salud reproductiva”, al que conviene hacer frente repartiendo preservativos entre los niños a partir de los 10 años. Porque ser conservador es sostener que un mayor de edad que tenga sexo con una menor es un violador al que se debe apartar de la sociedad refundiéndolo en una cárcel por muchos años.
http://www.s21.com.gt/reporte-scherezade/2012/07/13/ninas-madres
http://alianzaportusderechos.org/article/guatemala-las-ninas-madres/

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